Una semana para frenar a Boris Johnson

Boris Johnson puede atribuirse el m¨¦rito de haber sembrado el Reino Unido de ¡°ruido y furia¡±. A partir del martes, cuando el Parlamento abra sus puertas y los jueces sus o¨ªdos, podr¨¢ comprobarse si el clamor desatado por la decisi¨®n del primer ministro de callar la voz de los diputados durante cinco semanas no es m¨¢s que la escandalera in¨²til en que, seg¨²n Macbeth, consiste la vida, o la crisis constitucional m¨¢s grave sufrida por el pa¨ªs en d¨¦cadas.

?¡°Johnson ha forzado a todo el mundo a hacerse la misma pregunta: ?de qu¨¦ lado est¨¢s t¨²? Y esa es la pregunta que todos los diputados deber¨¢n plantearse cuando comience la pr¨®xima semana¡±, explicaba este s¨¢bado al diario The Times Keir Starmer, el dirigente laborista que mantuvo hasta el ¨²ltimo minuto la bandera de un segundo refer¨¦ndum sobre el Brexit, cuando Jeremy Corbyn flaqueaba en su estrategia. El veterano l¨ªder de izquierdas ha dado muestras en las ¨²ltimas horas de tener por fin una estrategia clara: ¡°Esta es nuestra ¨²ltima oportunidad, y haremos todo lo que est¨¦ en nuestras manos para evitar un Brexit sin acuerdo, o para impedir que el primer ministro nos ponga en manos de Donald Trump y de un acuerdo comercial con Estados Unidos. Porque esa es su verdadera agenda oculta. Ya hay muchos trabajos preparativos en marcha para el pr¨®ximo martes¡±, dijo Corbyn en Glasgow.

La oposici¨®n en bloque, junto a un pu?ado de conservadores moderados que pueden rondar la veintena, dise?a estos d¨ªas de una manera coordinada y discreta una estrategia parlamentaria rel¨¢mpago. Dispondr¨¢n de apenas siete d¨ªas ¡ªla sesi¨®n en Westminster se reanudar¨¢ el martes, y cerrar¨¢ sus puertas el lunes siguiente; algunos diputados trabajan ya en forzar s¨¢bado y domingo como d¨ªas h¨¢biles¡ª. De todas las v¨ªas reglamentarias escudri?adas, la m¨¢s probable es la conocida como Orden Permanente 24. Con la prevista complicidad del speaker (presidente de la C¨¢mara de los Comunes), John Bercow, los diputados solicitar¨¢n un debate de emergencia con el objetivo de arrebatar al Gobierno su prerrogativa de fijar el orden del d¨ªa. Y conf¨ªan en poder sacar adelante una resoluci¨®n con fuerza legal que obligue a Johnson a solicitar un nuevo aplazamiento de la fecha del Brexit, fijada oficialmente para el 31 de octubre. ¡°Espero que seamos capaces de actuar esta misma semana para que, si el primer ministro no logra sacar adelante un acuerdo con la UE, est¨¦ obligado a solicitar una nueva pr¨®rroga¡±, explicaba el s¨¢bado el conservador rebelde Oliver Letwin, a la BBC. Su declaraci¨®n, plagada de matices, expon¨ªa crudamente todas las contradicciones internas que existen en el bando de los detractores de Johnson.

Letwin pertenece a ese grupo de conservadores moderados al que aterran las consecuencias econ¨®micas de un Brexit desordenado, pero tiembla mucho m¨¢s ante la posibilidad de una moci¨®n de censura que llevara a Corbyn hasta Downing Street. Y que, en un acto de cierto voluntarismo, todav¨ªa quieren dar una ¨²ltima oportunidad al primer ministro, quien estos d¨ªas repite ¡ªsin aportar ninguna evidencia¡ª que ha conseguido extraer de la UE una mayor flexibilidad ante sus exigencias.

Junto a la batalla contra reloj de los diputados tendr¨¢ lugar la batalla judicial. Hasta tres jueces han fijado para esta semana vistas p¨²blicas, en las que se debatir¨¢ la decisi¨®n de suspender la actividad de Westminster. Los Altos Tribunales de Londres, Edimburgo y Belfast decidir¨¢n, con car¨¢cter de urgencia, si Johnson ha atravesado una l¨ªnea roja constitucional al utilizar a la reina para callar la voz de los diputados, en un momento crucial para el pa¨ªs como es la recta final del Brexit.

La v¨ªa judicial

Los tres magistrados han considerado que el asunto contiene la suficiente gravedad como para no descartar de antemano las demandas. Aunque la mayor¨ªa de los expertos dudan del ¨¦xito de esta v¨ªa, pesos pesados del mundo de la pol¨ªtica ¡ªcomo el ex primer ministro, John Major¡ª o del mundo jur¨ªdico ¡ªcomo el prestigioso abogado, David Pannick¡ª han apostado por ella. ¡°Los tribunales no van a desafiar una decisi¨®n personal de la reina, porque ella, como cabeza de nuestra estructura constitucional, es legalmente inmune. Pero lo que s¨ª podemos contestar ante la justicia es la legalidad del consejo pol¨ªtico dado por el primer ministro a la monarca para que suspenda el Parlamento¡±, ha escrito Pannick.

Boris Johnson, definido por sus cr¨ªticos como un pol¨ªtico vago y temeroso de desagradar a nadie, ha demostrado esta semana una audacia y una fr¨ªa capacidad de c¨¢lculo con la que pocos contaban. En el peor de los casos, calcula su equipo, un golpe parlamentario mortal de la oposici¨®n ¡ªen forma de moci¨®n de censura¡ª se traducir¨ªa en unas elecciones anticipadas cuya fecha decidir¨ªa ¨¦l, que bien podr¨ªan ser con el Brexit ya concluido, y en un momento en el que los vientos de las encuestas soplan a su favor. Las protestas en la calle, que convocan a una ciudadan¨ªa harta de este embrollo y que se muestra dispuesta a pasar p¨¢gina sea como sea, pueden acabar siendo simplemente una bolsa de ¡°ruido y furia¡± en el centro de Londres, pero a cientos de kil¨®metros de distancia del resto del pa¨ªs.