La rebeli¨®n interna contra Johnson acelera un posible adelanto electoral
El primer ministro afirma que no quiere elecciones, pero fuentes gubernamentales apuntan a que si el Parlamento frena el Brexit el l¨ªder buscar¨¢ elecciones anticipadas
Se ha convertido en un duelo de fuerza y Boris Johnson no est¨¢ dispuesto a perderlo. La oposici¨®n regresa este martes al Parlamento con la intenci¨®n de impulsar con urgencia una resoluci¨®n que obligue al primer ministro a solicitar a la UE otro plazo de dos meses. Downing Street ha amenazado con expulsar del grupo parlamentario a los conservadores rebeldes ¡ªm¨¢s de 15¡ª dispuestos a apoyar esa propuesta. El primer ministro les acusa de atar sus manos en la negociaci¨®n con Bruselas. ¡°No quiero unas nuevas elecciones¡±, ha desafiado Johnson. ¡°Pero bajo ninguna circunstancia retrasar¨¦ la fecha del Brexit¡±.
Un cebo, una petici¨®n y una advertencia. Johnson compareci¨® este lunes a media tarde ante las puertas de Downing Street. Se dirigi¨® expresamente a los diputados conservadores que 24 horas despu¨¦s pretenden votar, junto a la oposici¨®n, para pedir una nueva pr¨®rroga de la salida de la UE. ¡°En las ¨²ltimas semanas han aumentado las posibilidades de alcanzar un acuerdo, por tres razones. Porque ven que claramente queremos un acuerdo, porque ven que tenemos una visi¨®n clara de cu¨¢l debe ser la relaci¨®n futura entre el Reino Unido y la Uni¨®n Europea, y porque han visto fortaleza en nuestra decisi¨®n¡±. Ese era el cebo, a pesar de que ninguna evidencia demuestra que las negociaciones con Bruselas hayan avanzado ni un cent¨ªmetro. ¡°Si los diputados respaldan otro retraso sin sentido del Brexit como propone Jeremy Corbyn [el l¨ªder de la oposici¨®n] segar¨¢n la hierba bajo nuestros pies y har¨¢n imposible cualquier negociaci¨®n en el futuro¡±. Esa era la petici¨®n, para evitar una derrota humillante que paralizar¨ªa la acci¨®n del Gobierno. ¡°Quiero que todo el mundo lo sepa: bajo ninguna circunstancia pedir¨¦ una nueva pr¨®rroga a Bruselas. Nos vamos el 31 de octubre, y no hay pero que valga. (...) Yo no quiero unas elecciones anticipadas, y la gente no quiere unas elecciones anticipadas¡±. Y esa era la advertencia. Porque Johnson no descart¨® con claridad el uso del arma electoral, que su equipo de Gobierno aire¨® desde primera hora del lunes, sino que construy¨® su discurso con una l¨®gica que solo lleva a dos desenlaces posibles. Si el Parlamento aprueba este martes una resoluci¨®n legal que limite su capacidad de gobierno, la alternativa es incumplir la ley o reclamar de los electores un mandato legitimador. Fuentes del Gobierno anticiparon ya a diversos medios brit¨¢nicos que la fecha de unas futuras elecciones ser¨ªa el 14 de octubre, si Johnson resulta derrotado en Westminster. Dos semanas antes de la fecha fijada para la salida del Reino Unido de la UE, y tres d¨ªas antes del crucial Consejo Europeo del 17 de octubre.
?Downing Street tiene intenci¨®n de emplear todos los instrumentos a su alcance para ganar esta batalla. La oposici¨®n desvel¨® este lunes su estrategia e hizo p¨²blica la carta que pretende obligar a Johnson a enviar al presidente del Consejo Europeo. En el texto reclaman una nueva pr¨®rroga de tres meses en la fecha de salida, hasta el 31 de enero. La iniciativa ha sido liderada por el Partido Laborista, y la primera firma es la del diputado de su direcci¨®n, Hillary Benn. Pero junto a su nombre figuran pesos pesados del Partido Conservador como el exministro de Econom¨ªa, Philip Hammond, o el exministro de Justicia, David Gauke. Hasta 15 tories rebeldes se han mostrado dispuestos a votar en contra de Johnson, quien apenas retiene una mayor¨ªa parlamentaria de un diputado. Por eso Downing Street ha amenazado con expulsar del grupo parlamentario e impedir su reelecci¨®n a todos ellos, pero la amenaza ha provocado el efecto de envalentonar a¨²n m¨¢s a todos aquellos que piensan que esta semana es la ¨²ltima oportunidad de evitar la cat¨¢strofe econ¨®mica que supondr¨ªa una salida desordenada de las instituciones comunitarias.
Parad¨®jicamente, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, gran parte de la presi¨®n sobre el primer ministro se ha desplazado sobre los hombros del l¨ªder laborista, Jeremy Corbyn. Bajo la Ley de Mandato Parlamentario Fijo de 2011, Johnson no puede convocar por s¨ª mismo un adelanto electoral. Necesita el respaldo de dos tercios de la C¨¢mara de los Comunes. Es decir, necesita al principal partido de la oposici¨®n. Corbyn lleva meses reclamando nuevas elecciones. Y, sin embargo, el lunes mismo dos ex primer ministros como Gordon Brown o Tony Blair le advirtieron de que no cayera en la ¡°trampa para elefantes¡± tendida por su rival y se centrara en apoyar las iniciativas desplegadas en el Parlamento para frenar a Johnson. ¡°Unas elecciones ser¨ªan la respuesta m¨¢s democr¨¢tica para salir de esta situaci¨®n, y dar¨ªan a la ciudadan¨ªa la posibilidad de escoger entre dos rutas muy diferentes¡±, respondi¨® Corbyn, quien se neg¨® a desvelar sus cartas a pesar de la divisi¨®n interna que ha vuelto a aflorar en el seno de su formaci¨®n.
Fuentes del Gobierno han presentado la votaci¨®n de esta semana como un modo de que los diputados expresen si mantienen o no la confianza en el reci¨¦n elegido primer ministro. ¡°?Qui¨¦n deber¨ªa controlar la agenda legislativa? ?Johnson o Corbyn?¡±, se preguntaba en la BBC Jacob Rees-Mogg, el euroesc¨¦ptico que aup¨® a Johnson al poder. ¡°Se trata de una cuesti¨®n de confianza, porque es importante para el Gobierno que esa confianza sea expresada¡±, ha dicho.?
El verdadero peso de los rebeldes ¡®tories¡¯
Los diputados conservadores que desaf¨ªan a Boris Johnson son, en su mayor¨ªa, pol¨ªticos que en su d¨ªa tuvieron un gran peso, pero que hoy son minor¨ªa en un partido cada vez m¨¢s radicalizado por el Brexit. Su n¨²mero ¡ªal menos 15¡ª es suficiente para, aliados con la oposici¨®n, derrotar a la exigua mayor¨ªa parlamentaria de Johnson. El exministro de Econom¨ªa Philip Hammond; el exabogado general del Estado Dominic Grieve; el actual ¡®padre del Parlamento¡¯, por su veteran¨ªa, Kenneth Clarke, o David Lidington, exjefe de Gabinete de Theresa May, se han convertido en las voces m¨¢s representativas de un grupo que parece no tener ya nada que perder y est¨¢ dispuesto, dicen, a anteponer los intereses del pa¨ªs a los de la formaci¨®n que les ha acogido durante d¨¦cadas.
Muchos de ellos expresaron sus dudas ¡ªy hasta su rechazo¡ª al liderazgo de Boris Johnson. Y algunos, como Grieve o Clarke, no han disimulado nunca su voluntad de permanecer en la Uni¨®n Europea, pero el verdadero factor de unidad de todos estos parlamentarios es el rechazo contundente a una salida desordenada del Reino Unido de la UE, que ¡ªseg¨²n los principales an¨¢lisis publicados¡ª llevar¨ªa al pa¨ªs a una cat¨¢strofe econ¨®mica.
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