En el coraz¨®n de la guerra en M¨¦xico

El comandante Teto lidera un moderno ej¨¦rcito de Pancho Villa donde todos los veh¨ªculos han sido modificados. El blindaje de las ventanas es una gruesa superposici¨®n de vidrios, las puertas tienen placas de hierro soldadas y, a la altura de la manija, hay orificios como un buz¨®n por los que asoma el ca?¨®n del arma. En el techo, Teto y los suyos, han fabricado una esclusa de hierro tipo submarino desde la que es posible asomarse y seguir disparando.

Detr¨¢s de su Ford hay un Jeep, una Lincoln, una Dodge, una negra, una blanca, una roja¡­ As¨ª hasta 15 camionetas 4x4 forman el convoy que vigila Coahuayana, de 11.000 habitantes, la ¨²ltima poblaci¨®n de Michoac¨¢n antes de entrar en Colima, en la costa del Pac¨ªfico. En caso de ataque la estrategia es clara: atrincherarse dentro el veh¨ªculo y echar bala hasta que se termine la munici¨®n. Con tantas modificaciones al coche, cuando llueve, el agua se cuela en peque?as cascadas en el habit¨¢culo.

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No importa. El interior de ese veh¨ªculo es el lugar m¨¢s seguro para el comandante, al frente de 80 hombres malencarados con todo aquel que no conocen. Mientras mueve el volante, H¨¦ctor Zepeda, Teto, consulta WhatsApp y abraza su R-15 como si fuera un seguro de vida. A simple vista, dentro de la camioneta hay un rifle autom¨¢tico, otros dos calibre 22 que lleva en el cintur¨®n, el AR-15 del copiloto, C¨¦sar, un antiguo pescador, y cuatro pistolas y dos AK-47 que portan quienes viajan en la parte de atr¨¢s con el cuerpo envuelto en cartucheras. Sobre el asiento hay tambi¨¦n una ametralladora Barret con mira telesc¨®pica y un lanzagranadas. ¡°Todo se lo hemos quitado a ellos cuando salen corriendo¡±, presume el comandante.

Desde hace algunos meses en el Estado mexicano de Michoac¨¢n, a tres horas en coche de la capital, se suceden las muertes, los decapitados, los cuerpos desmembrados arrojados en avenidas o la aparici¨®n de ahorcados en puentes p¨²blicos. En esta rica regi¨®n del centro del pa¨ªs de donde sale el 70% del aguacate mundial y gran parte del lim¨®n y la papaya que come el mundo, la pelea entre los grupos de autodefensa y el poderoso Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n (CJNG) se disputa a sangre y fuego, metro a metro, en los l¨ªmites con Colima y Jalisco.

¡°Hace seis a?os nos jugamos la vida para echar al cartel de Los Caballeros Templarios a puro balazo y ahora no vamos a dejar que vengan los de Jalisco a meterse¡±, dice Teto acariciando su rifle, sobre el grupo criminal que hasta 2014 controlaba estas tierras. ¡°No permitiremos que vuelvan los asesinatos, las extorsiones ni los secuestros. Y ah¨ª est¨¢n los datos para demostrarlo. Desde que las autodefensas vigilan Coahuayana todos los delitos de alto impacto se han reducido a cero. Somos el pueblo unido para defender a nuestras familias¡±.

La caravana estilo Mad Max se mueve lentamente por el municipio vigilando lo que sucede: un joven en una moto vendiendo cristal, un coche sospechoso, un individuo al que nadie conoce. Cuando los veh¨ªculos llegan al letrero que marca el comienzo de Colima dan la vuelta y regresan a Michoac¨¢n.

Michoac¨¢n: la guerra interminable

El WhatsApp del comandante Teto echa humo. Mientras se realiza la entrevista en Coahuayana (mediod¨ªa del viernes 30 de agosto) sus viejos amigos de las autodefensas de Tepalcatepec le est¨¢n describiendo la batalla que se libra a 180 kil¨®metros de ah¨ª. Seg¨²n sus noticias un grupo de 100 sicarios del Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n han intentado entrar y tomar el control del pueblo. Tras varias horas pendiente del celular el ¨²ltimo mensaje le pone contento: ¡°Ni una baja¡±, dice. ¡°Bueno, de nosotros. A ellos les chingamos nueve cabrones¡±, aclara con la sonrisa fr¨ªa de quien espera tenso su momento. ¡°Y t¨² crees que a estos hijos de su chingada madre hay que darles abrazos y no balazos, como propone el Gobierno¡±, ironiza sobre eslogan de campa?a del presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Est¨¢ feliz por la victoria. Los periodistas de EL PA?S siguen la escena con los pies sobre bolsas de supermercado llenas de balas.

Y no es para menos tanta satisfacci¨®n. Por la extensi¨®n de la zona en disputa ¡ªlos 66 kil¨®metros que comparten Michoac¨¢n de Colima y los 563 con Jalisco¡ª, por el n¨²mero de hombres movilizados el viernes ¡ªunos 120 hombres de cada bando¡ª, por el armamento empleado ¡ªun centenar de veh¨ªculos blindados, francotiradores, miles de balas, lanzagranadas Barret, 10 bombas de mano¡ª, por la estrategia utilizada ¡ªun avi¨®n del CJNG sobrevol¨® dos semanas antes el municipio lanzando papeles que advert¨ªan a la poblaci¨®n que no saliera de casa¡ª, por la duraci¨®n de la batalla ¡ªcasi tres horas de fuego¡ª y por el n¨²mero de bajas ¡ªnueve muertos y 11 heridos¡ª el balance es similar al que arrojan algunas batallas en Siria, Irak o Afganist¨¢n.

La batalla del 30 de agosto se libr¨® a 560 kil¨®metros del palacio donde L¨®pez Obrador ley¨® el pasado domingo su informe de Gobierno. Durante el mismo no hizo ninguna referencia a Tepalcatepec y pas¨® por encima sobre un asunto que alcanza cifras hist¨®ricas. Con 100 muertos diarios (22 cada 100.000 habitantes), M¨¦xico vive los meses m¨¢s violentos desde la Revoluci¨®n, seg¨²n datos oficiales, una sangr¨ªa que L¨®pez Obrador atribuye a la descomposici¨®n social heredada de Gobiernos anteriores. Aunque admiti¨® que la violencia es el gran ¡°desaf¨ªo¡± que enfrenta su Gobierno, de los 95 minutos que emple¨® en hablarle al pa¨ªs solo dedic¨® 40 segundos al tema. Las cifras, no obstante, confirman el fracaso de un plan de seguridad enfocado en distribuir a la Guardia Nacional (militares) por las zonas calientes del pa¨ªs. Una estrategia cuya principal novedad es que el Ej¨¦rcito no intervenga, tal y como comprob¨® este diario sobre el terreno.

Hasta ahora los ¨²nicos capaces de frenar al poderoso cartel de Jalisco en su intento por controlar Michoac¨¢n han sido las autodefensas, el movimiento popular que en 2013 encandil¨® al mundo cuando se levant¨® en armas contra el cartel de Los Caballeros Templarios y comenz¨® una cruzada que los expuls¨® pueblo a pueblo. Posteriormente se convirtieron en polic¨ªa rural y algunos l¨ªderes fueron coptados por la pol¨ªtica, otros se desvincularon y otros se asociaron a carteles m¨¢s peque?os. Con la ca¨ªda de El Chapo Guzm¨¢n, el debilitamiento del Cartel de Sinaloa y la casi desaparici¨®n de Los Zetas, el CJNG ha emergido como el m¨¢s fuerte, acaudalado y violento del pa¨ªs. Con presencia en toda Am¨¦rica Latina y un pie en Asia, que intentara apoderarse de Michoac¨¢n por las buenas o por las malas era solo cuesti¨®n de tiempo. Desde entonces los vecinos de lugares como Coahuayana, Tepalcatepec, Aquila o La Ruana se dividen en dos: los que se fueron y los que esperan un ataque en cualquier momento.

La carretera de la muerte no es la que recorre Los Andes o la ladera de los Anapurna, sino los 36 kil¨®metros que unen Jalisco y Michoac¨¢n a trav¨¦s de Jilotl¨¢n, un peque?o pueblo rodeado de pinos y encinas, considerado el cuartel general del CJNG en el Oeste del pa¨ªs. Un municipio de 9.000 habitantes conformado por muchos ranchos dispersos y un peque?o z¨®calo con casas de teja. Sobre la carretera hay una buena tienda de herramientas y un imponente campo de f¨²tbol con unas gradas reci¨¦n construidas al nivel de un tercera divisi¨®n en Europa. De lejos, los sicarios del CJNG parecen jornaleros que regresan hacinados sobre la parte de atr¨¢s de una camioneta. De cerca, sin embargo, lo que parec¨ªa el azad¨®n o el machete son en realidad R-15 y AK-47. Uno de ellos va con el brazo vendado manchado de sangre. Son las secuelas de la batalla del d¨ªa anterior.

El resto de la ruta hasta Tepalcatepec son restos de llantas, casquillos y furgonetas tiroteadas y abandonadas en la cuneta. ¡°Termin¨¦ todos los cargadores y tuve que ir a por m¨¢s¡±, explica frente a la trinchera uno de los comandantes de las autodefensas que defendi¨® la plaza y que prefiere no dar su nombre por temor. El d¨ªa anterior vaci¨® los nueve cargadores que lleva en el pecho, fueron en total 390 tiros. Pero en el limbo legal que vive Michoac¨¢n el polic¨ªa rural tiene m¨¢s miedo a identificarse que a pasar tres horas bajo el fuego.

La ma?ana de ese viernes este mismo comandante fue el encargado de llamar al cuartel de la regi¨®n militar de Apatzing¨¢n para pedir ayuda y alertar de que decenas de camionetas se dirig¨ªan al pueblo, ¡°pero la nueva orden recibida es no intervenir y esperar a que todo termine¡±, le confes¨® un alto mando desde el otro lado de la l¨ªnea. Y as¨ª fue. 10 horas despu¨¦s los soldados llegaron, levantaron un reporte del enfrentamiento y se retiraron. ¡°Es humillante el abandono en que nos han dejado las autoridades. Estamos haciendo su trabajo de dar seguridad a la poblaci¨®n y encima nos desprecian¡±, se?ala a pocos metros de donde comienza Jalisco. ¡°Desde que hace seis a?os echamos a los Templarios sabemos que estamos muertos. Pero preferimos morir as¨ª, peleando, y no como perros amenazados".

La violencia en Michoac¨¢n no es nueva, de hecho, fue de los primeros lugares en exportar marihuana gracias a su f¨¦rtil tierra. Sin embargo, en 2006 la situaci¨®n se sali¨® de control y el gobernador del Estado lanz¨® un llamado de auxilio al presidente Felipe Calder¨®n (2006-2012) ante la brutal violencia impuesta por Los Zetas, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios. La respuesta del mandatario fue desplegar al Ej¨¦rcito y desde entonces no han vuelto a los cuarteles. Michoac¨¢n es una regi¨®n estrat¨¦gica por ser un lugar de paso de la droga y el control del puerto L¨¢zaro C¨¢rdenas en el Pac¨ªfico, punto de entrada de los qu¨ªmicos para las drogas sint¨¦ticas que ha hecho millonario al CJNG. Otros dos ingredientes m¨¢s sazonan la olla: el dinero que dejan las minas de oro y el aguacate, se?ala Alejandro Hope, experto en seguridad.

Como trasfondo a la violencia m¨¢s reciente est¨¢ la irrupci¨®n del cartel de Los Viagras y el enfrentamiento entre dos vecinos: Nemesio Oseguera, alias El Mencho, l¨ªder del CJNG y nacido a pocos kil¨®metros de aqu¨ª, en Aguililla, y Juan Jos¨¦ Far¨ªas, alias El Abuelo, un veterano l¨ªder de las autodefensas adorado por su pueblo. Para el Gobierno de Michoac¨¢n es un delincuente pero para miles de personas es un ¡°luchador social¡± que fue recibido en su pueblo con mariachis y fuegos artificiales cuando en mayo de 2018 qued¨® en libertad sin cargos tras ser investigado.

Seg¨²n Eunice Rend¨®n, asesora en seguridad, contratada en 2015 por el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto para convertir a las autodefensas en polic¨ªa rural, aquellas evolucionaron de forma desigual y se mueven en "una l¨ªnea muy fina" entre quienes defienden leg¨ªtimamente su pueblo y quienes se vincularon con otros carteles. Y pone un ejemplo: "Durante los ex¨¢menes de confianza para convertirlos en polic¨ªas locales hubo que quitar las preguntas sobre si hab¨ªan consumido drogas o conocen a alg¨²n criminal porque ninguno superaba las pruebas", comenta. El actual gobernador, Silvano Aureoles, rechaz¨® una entrevista con este diario para conocer su opini¨®n.

A 30 kil¨®metros de Tepalcatepec, en La Ruana, cuatro polic¨ªas protegen d¨ªa y noche la casa de Hip¨®lito Mora. El agricultor de lim¨®n de 64 a?os que se levant¨® contra los Templarios, vive atrincherado esperando tambi¨¦n a que lleguen en cualquier momento. Ni siquiera sabe qui¨¦n. Aunque ha cortado relaciones con sus antiguos amigos de las autodefensas, a quienes considera parte de otro cartel, el veterano l¨ªder, coincide con ellos en dos cosas: en sus burlas a la estrategia de L¨®pez Obrador y en que todo est¨¢ peor que antes. ¡°?Abrazos y no balazos?¡±, dice ir¨®nico, ¡°Ojal¨¢ el Gobierno se pusiera en nuestros huaraches (zapato campesino). Han vuelto a secuestrar y a exigir derecho de piso y yo no tengo otra soluci¨®n que volver a tomar las armas¡±, anuncia. ¡°Esta gente no entiende otro idioma y no hay nada que hablar con ellos porque no es posible dialogar con el diablo. Yo no perdono a ninguno de los que mataron a mi hijo¡±, lamenta mientras ense?a la nueva almena que ha construido en su azotea para defenderse cuando lleguen a por ¨¦l.