Israel decide en las urnas si pone fin a la d¨¦cada de hegemon¨ªa de Netanyahu
Los israel¨ªes repiten las elecciones cinco meses despu¨¦s en un plebiscito sobre el primer ministro
Solo cinco meses despu¨¦s de las ¨²ltimas votaciones, la repetici¨®n de las elecciones legislativas en Israel vuelve a someter este martes a plebiscito la continuidad en el poder de Benjam¨ªn Netanyahu tras m¨¢s de una d¨¦cada de hegemon¨ªa pol¨ªtica. Con los sondeos rodeados por la incertidumbre de un empate con su rival centrista, el exgeneral Benny Gantz, el primer ministro conservador ha apurado hasta la recta final de la campa?a los golpes de efecto para movilizar a los votantes de la derecha nacionalista. En plena jornada de reflexi¨®n prometi¨® la anexi¨®n de parte de la ciudad palestina de Hebr¨®n si es reelegido.
Los gestos hacia los colonos de los asentamientos de Cisjordania y Jerusal¨¦n Este, que han florecido durante un decenio jalonado por sus tres mandatos consecutivos, se han multiplicado en una campa?a en la que ni la econom¨ªa ni la seguridad han acaparado la agenda del debate pol¨ªtico.
Tras anunciar la semana pasada la extensi¨®n de la soberan¨ªa israel¨ª al valle del Jord¨¢n palestino, que representa un 30% de la superficie cisjordana, Netanyahu se comprometi¨® el lunes a anexionar a Israel el centro hist¨®rico de Hebr¨®n ¡ªque incluye la mezquita de Ibrahim y el santuario jud¨ªo de la Cueva de los Patriarcas¡ª y el asentamiento colindante de Kyriat Arba si revalida el cargo de primer ministro por quinta vez.
El Gobierno de la Autoridad Palestina entr¨® tambi¨¦n en campa?a poco despu¨¦s, para salir al paso de las promesas anexionistas de Netanyahu, con una reuni¨®n de sus ministros en el valle del Jord¨¢n que dio la r¨¦plica al c¨®nclave mantenido el domingo por el Gabinete israel¨ª en ese territorio ocupado.
El l¨ªder del Likud no ha cesado de agitar la campa?a para tratar de desviar el rumbo hacia una partida en tablas augurado en los ¨²ltimos sondeos, publicados el pasado viernes. El analista pol¨ªtico del diario Haaretz Chemi Shalev considera que la abstenci¨®n ser¨¢ clave en los resultados. El agotamiento de los votantes, llamados a ejercer el sufragio por tercera vez en nueve meses, puede favorecer la emergencia de partidos radicales habitualmente excluidos de la Kneset, el Parlamento unicameral de 120 esca?os.
Una elevada abstenci¨®n, en una jornada electoral todav¨ªa veraniega y que en Israel es adem¨¢s semifestiva, puede beneficiar al primer ministro. Netanyahu y el bloque de la derecha rozan la mayor¨ªa en los sondeos, con 58 esca?os acumulados, pero el ultraconservador laico Avigdor Lieberman y su partido Israel Nuestra Casa posee la llave de la gobernabilidad, con una predicci¨®n de ocho esca?os.
Pero si los extremistas anti¨¢rabes del grupo Poder Jud¨ªo, herederos de un partido racista proscrito, logran irrumpir con cuatro parlamentarios en la Kneset, Netanyahu puede ver completada la mayor¨ªa de 61 votos que precisa. Una victoria que le permitir¨ªa reeditar la vigente f¨®rmula de Gobierno, considerado el m¨¢s conservador en la historia de Israel junto con los ultraortodoxos y la extrema derecha, y acabar de paso con el bloqueo pol¨ªtico que forz¨® la vuelta a las urnas.
El riesgo de una ca¨ªda de la participaci¨®n en la comunidad ¨¢rabe, que representa un 20% del censo electoral ¡ªcomo ya se constat¨® en los comicios de abril¡ª y la temida desaparici¨®n del laborismo de la C¨¢mara, el hist¨®rico partido de la izquierda, amenazan las posibilidades de forjar una alternativa de centroizquierda liderada por Gantz. El antiguo jefe del Ej¨¦rcito aspira a seguir la estela de primeros ministros castrenses plebiscitados por la ciudadan¨ªa, como Isaac Rabin y Ehud Barak, pero los 54 esca?os previstos en los sondeos para la oposici¨®n en su conjunto no parecen bastarle para descabalgar al primer ministro en funciones.
Como ha ocurrido en las dos ¨²ltimas elecciones en Israel, la actual votaci¨®n vuelve a tornarse en un refer¨¦ndum sobre Netanyahu. El l¨ªder del Likud no tiene en frente rivales con su altura de estadista internacionalmente reconocido, aunque hay se?ales que apuntan a que su ciclo de poder empieza a tocar a su fin, despu¨¦s de haber polarizado y tensado hasta el l¨ªmite la sociedad plural del pa¨ªs.
Tanto Donald Trump como Vlad¨ªmir Putin, atentos a una eventual alternancia en Israel, no le han ofrecido el pleno respaldo que recibi¨® en abril. El presidente de EE UU solo ha prometido a Netanyahu un vago acuerdo de seguridad bilateral, pendiente de confirmar tras los comicios. El l¨ªder del Kremlin se limit¨® a darle la callada por respuesta cuando le reclam¨® manos libres para intervenir en Siria contra Ir¨¢n.
Israel es hoy un pa¨ªs mucho m¨¢s conservador e individualista que el Estado guiado por la izquierda colectivista nacido hace 71 a?os. La d¨¦cada de Netanyahu solo ha ahondado en esa deriva.
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