El profesor que sab¨ªa demasiado (de la trama rusa)
La desaparici¨®n de un docente de una universidad romana, en el centro del 'Russiagate', provoca un terremoto en los servicios secretos italianos y pone en aprietos al Gobierno
La ¨²ltima foto es de mayo de 2018. Se la tomaron en Z¨²rich, en el despacho de su abogado. Joseph Mifsud, un profesor malt¨¦s de la universidad romana Link, se esfum¨® luego sin dejar ni rastro. El docente, vinculado al Kremlin, se hab¨ªa convertido en la piedra Rosetta del Russiagate despu¨¦s de que el fiscal especial Robert Mueller lo se?alase como el hombre que advirti¨® por primera vez al c¨ªrculo de Donald Trump -a su asesor George Papadopoulos- del hackeo de miles de correos de Hillary Clinton en la campa?a electoral de 2016. Nadie sabe d¨®nde est¨¢ ahora ni para qui¨¦n trabajaba realmente. El exdirector del FBI, James Comey, cree que es un agente ruso. Papadopoulos, condenado por mentirle al FBI sobre sus relaciones con Mifsud, pregona a los cuatro vientos que se trata de un ¡°esp¨ªa italiano controlado por la CIA¡±. Y para el abogado de Trump, Rudolph Giuliani, est¨¢ al servicio de los contraservicios malteses o italianos¡±. Lo ¨²nico cierto es que el profesor desparecido tiene la soluci¨®n a un jerogl¨ªfico que amenaza con enturbiar ahora la pol¨ªtica italiana.
El 15 de agosto, el fiscal general estadounidense, William Barr, y el fiscal John Durham (encargado de la contrainvestigaci¨®n ordenada por Trump) volaron a Roma de forma secreta para, presuntamente, obtener informaci¨®n sobre el paradero de Mifsud. Se vieron con Gennaro Vecchione, director general del departamento de Inteligencia italiano, con el jefe de la oficina de Inteligencia internacional, Luciano Carta, y con Mario Parente, jefe del Servicio Secreto Civil. Nadie en la Embajada estadounidense conoc¨ªa el motivo del viaje y, seg¨²n los medios italianos, pidieron tambi¨¦n escuchar una supuesta grabaci¨®n que conten¨ªa una declaraci¨®n jurada del profesor sobre lo sucedido y en la que ped¨ªa protecci¨®n. Italia no ofreci¨® respuestas.
La visita a Roma, en plena crisis de Gobierno, fue extra?a por el nivel jer¨¢rquico de los participantes, el secreto con el que se llev¨® a cabo y la presunta petici¨®n que se realiz¨®. La informaci¨®n clasificada que pudiese compartirse, critican ahora algunos sectores del Ejecutivo italiano, se usar¨ªa para fines pol¨ªticos internos en EE UU. Algo debi¨® de ir bien, porque seg¨²n cont¨® The New York Times, la misma delegaci¨®n volvi¨® el 27 de septiembre, tambi¨¦n en misi¨®n secreta. Una revelaci¨®n que ha sacudido la pol¨ªtica italiana y las relaciones del Gobierno con sus servicios secretos, puestos en tela de juicio ahora por una presunta colaboraci¨®n con la Administraci¨®n de Trump autorizada por el primer ministro, Giuseppe Conte.
El vaporoso papel de Mifsud en la historia tom¨® cuerpo en marzo de 2016. Papadopoulus, casado con una italiana que hab¨ªa trabajado con el profesor, se encontr¨® con ¨¦l en el campus de la Link, una universidad vinculada al Movimiento 5 Estrellas a trav¨¦s de algunos de sus docentes. No se sabe de qu¨¦ hablaron aquel d¨ªa. Pero Mifsud viaj¨® al cabo de unos d¨ªas a Mosc¨² y a su regreso, en el mes de abril, ambos se vieron nuevamente en Londres. Ah¨ª fue cuando el profesor revel¨® por primera vez la existencia de los correos electr¨®nicos (publicados en los meses siguientes por WikiLeaks). Seg¨²n el informe realizado por el propio Mueller, el profesor habr¨ªa sugerido a Papadopoulos que el Kremlin podr¨ªa echar un mano en la campa?a de Trump, ¡°lanzando informaci¨®n¡± -como escribi¨® el fiscal especial en su informe- ¡°de forma an¨®nima que podr¨ªa perjudicar a Hillary Clinton¡±. Dos semanas despu¨¦s, tras varias copas en un bar de Londres, Papadopoulus le cont¨® la historia a un alto diplom¨¢tico australiano. No se sabe cu¨¢nto cont¨®. Pero cuando los correos empezaron a filtrarse, lleg¨® la llamada definitiva desde Canberra a Langley (Virginia) advirtiendo de lo que estaba ocurriendo.
Mifsud, que seg¨²n algunas versiones podr¨ªa estar ahora en manos de los servicios secretos italianos, tiene un valor incalculable para todas las partes implicadas. La ¨²ltima persona que le vio fue Stephen Ro, su abogado y hombre cercano al Kremlin. Hoy, sin embargo, asegura tambi¨¦n que ignora su paradero. El c¨ªrculo de Trump, incluidos algunos medios como Fox News, consideran que el testimonio de Mifsud demostrar¨ªa que se tendi¨® una trampa a Papadopoulus para perjudicar al entonces magnate. Es la teor¨ªa del complot contra Trump del ¡°Estado profundo¡±. La reciente visita de Mike Pompeo (exjefe de la CIA, fiel soldado de Trump y actual secretario de Estado de EE UU) a Italia, que se prolong¨® inusualmente durante tres d¨ªas, se?alan ahora algunas fuentes, podr¨ªa haber tenido tambi¨¦n ese objetivo de fondo.
Las aguas bajan revueltas estos d¨ªas en el Palacio Chigi. La teor¨ªa que Papadopulus se encarg¨® de difundir en una entrevista en La Verit¨¤ es que Matteo Renzi (primer ministro de Italia durante la ¨²ltima campa?a electoral estadounidense) y el entonces presidente de EE UU, Barack Obama, maniobraron con la ayuda de los servicios secretos italianos para tender la trampa al asesor de Trump. Seg¨²n la misma versi¨®n, ser¨ªa Italia quien habr¨ªa colaborado en aquel periodo para esconder a Mifsud tratando de evitar que se descubriese y abriendo, adem¨¢s, una guerra interna en sus propios servicios secretos. Renzi lo ha negado y ha anunciando una querella contra Papadopoulos.
La tormenta que se avecina, sin embargo, es ahora imprevisible y tambi¨¦n salpica al primer ministro italiano. Conte deber¨¢ declarar en el Copasir, el ¨®rgano parlamentario que vela por el cumplimiento de la Constituci¨®n en todos los movimientos de los servicios de inteligencia. La sospecha de la colaboraci¨®n ileg¨ªtima de Italia, que coincide con el periodo veraniego en el que el primer ministro recibi¨® un espaldarazo de EE UU para cerrar la crisis de Gobierno y deshacerse de Matteo Salvini, enrarece todav¨ªa m¨¢s un ambiente contaminado por una guerra entre servicios secretos que esconde en Roma la respuesta un jerogl¨ªfico internacional.
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