El v¨¦rtigo de Quito, del caos a la militarizaci¨®n

Las negativas empezaron el s¨¢bado por la ma?ana. ¡°Imposible¡±, en todas sus declinaciones. ¡°Est¨¢ prohibido ir¡±. Los transportistas, precisamente el gremio m¨¢s afectado por los ajustes econ¨®micos y el alza del precio de la gasolina que hace 12 d¨ªas desataron una oleada de protestas en Ecuador, tienen miedo. Muchos de ellos no quieren o¨ªr hablar de la Asamblea Nacional o del Parque del Arbolito, epicentro de las movilizaciones de las comunidades ind¨ªgenas en Quito. El trayecto entre el centro financiero de la capital y el Parlamento, de unos 4,5 kil¨®metros, es una inmersi¨®n en una ciudad fantasmal, abandonada.

Primero se divisan a lo lejos las se?ales de humo. Despu¨¦s, las detonaciones anticipan el escenario de batalla campal desatado en torno al mediod¨ªa. Los violentos enfrentamientos entre grupos de manifestantes y las fuerzas de seguridad abrieron la caja de Pandora. Y mientras la Confederaci¨®n de Nacionalidades Ind¨ªgenas (Conaie), que se deslind¨® de la actuaci¨®n de los violentos, anunciaba su disposici¨®n a dialogar con el Gobierno, Len¨ªn Moreno tom¨® una decisi¨®n radical y decret¨® la militarizaci¨®n y el toque de queda durante 24 horas en todo el distrito metropolitano.

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Las barricadas ind¨ªgenas de Ecuador

¡°He dispuesto al comando conjunto de las fuerzas armadas inmediatamente tomar las medidas y operaciones que sean necesarias. Restableceremos el orden en todo el Ecuador¡±, asegur¨® el mandatario. La medida no evit¨® nuevos disturbios, aunque los contuvo. Sobre todo, gener¨® un clima de inquietud e incertidumbre que se sum¨® a las im¨¢genes de la quema de la Contralor¨ªa, m¨¢ximo ¨®rgano de control fiscal del pa¨ªs, y asaltos a medios de comunicaci¨®n. La organizaci¨®n ind¨ªgena atribuy¨® justo al intento de ¡°evitar un ba?o de sangre¡± su cambio de postura. En los ¨²ltimos d¨ªas Quito ha vivido momentos de guerrilla urbana. Ha habido saqueos, vandalismo, violencia, detenciones masivas y episodios de represi¨®n. Al menos cinco personas fallecieron, seg¨²n la Defensor¨ªa del Pueblo.

La noche transcurri¨® en medio de la expectativa de la primera reuni¨®n entre las partes, facilitada por Naciones Unidas y la Conferencia Episcopal. El encuentro, cuyos?resultados son a¨²n inciertos, estaba previsto para las tres de la tarde, hora local, pero se retras¨® tras repetirse escenas de disturbios y represi¨®n en las calles de la capital. Durante la ma?ana se escucharon caceroladas en algunos sectores. Los sonidos que proced¨ªan de las ventanas chocaban con el silencio sepulcral de la mayor¨ªa de las calles. El parque de La Carolina, en la zona de I?aquito, se mantuvo desierto, mientras patrullas de uniformados custodiaban los hoteles y los edificios p¨²blicos. Las v¨ªas al aeropuerto quedaron inhabilitadas y varias compa?¨ªas cancelaron operaciones.

Este domingo por la ma?ana, a la espera del encuentro entre los representantes ind¨ªgenas y el Ejecutivo, el Ej¨¦rcito levant¨® parcialmente las restricciones de movilidad hasta las ocho de la tarde del domingo. Los vecinos, incluso algunas familias, salieron a la Avenida de El Salvador para reanudar, poco a poco, su rutina. Un chelo toca Vivaldi en una esquina, mientras la inmensa mayor¨ªa de los bares, restaurantes, centros comerciales siguen cerrados.

Camila Torres, contable de 44 a?os en una empresa de repuestos para autom¨®viles, busca un comercio abierto para comprar algo de comida. Asegura que experiment¨® miedo. ¡°No sab¨ªamos qu¨¦ iba a pasar¡±, afirma. Espera que la negociaci¨®n calme las aguas y a partir de este lunes puedan volver a trabajar. ¡°Tenemos que cobrar la quincena¡±, recuerda. La ciudad sigue, en cualquier caso, sumida en la conmoci¨®n. Moreno insisti¨® en culpar de lo sucedido a ¡°fuerzas oscuras vinculadas a la delincuencia pol¨ªtica organizada y dirigidas por Correa y Maduro en complicidad con el narcoterrorismo, con pandillas y con ciudadanos extranjeros violentos¡±. Sin embargo, se avino a revisar el paquete de recortes solicitado por el FMI y conocido como decreto 883, aun sin modificar, al menos por ahora, la subida del precio de la gasolina. A cambio, el presidente propuso un bono de 20 d¨®lares mensuales a los empleados del sector privado.