El hijo de El Chapo, tras su detenci¨®n en Culiac¨¢n: ¡°Ya paren todo, ya me entregu¨¦, no quiero m¨¢s desmadre¡±
El Gobierno de L¨®pez Obrador detalla el minuto a minuto del frustrado operativo de captura de Ovidio Guzm¨¢n del 17 de octubre
El Gobierno de M¨¦xico ha revelado este mi¨¦rcoles los detalles del operativo fracasado que busc¨® la captura de Ovidio Guzm¨¢n L¨®pez, uno de los l¨ªderes del cartel de Sinaloa e hijo de Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n. En un ejercicio de transparencia sin precedentes en los tiempos de la guerra contra el narcotr¨¢fico, el secretario de la Defensa, el general Crescencio Sandoval, relat¨® el minuto a minuto que llev¨® al Estado mexicano a encajar una dolorosa derrota propinada por una de las bandas criminales m¨¢s poderosas del pa¨ªs. El operativo fue calificado como un ¡°tropiezo t¨¢ctico¡± y una ¡°acci¨®n precipitada¡± por Alfonso Durazo, el secretario de Seguridad del presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Una de las revelaciones ha sido el v¨ªdeo del momento de la captura de Guzm¨¢n -que despu¨¦s fue liberado- en el que se le ve hablando por tel¨¦fono pidiendo que cesen los ataques contra las fuerzas armadas: "Ya paren todo, no quiero m¨¢s desmadre".
En el largo informe, salieron a la luz detalles ocurridos en las cerca de siete horas de infierno. Nueve soldados y dos oficiales fueron secuestrados por los narcotraficantes en diferentes puntos de la ciudad para ser utilizados como moneda de cambio. Los sicarios entraron a cuatro departamentos habitados por familiares de los militares en Sinaloa. 20 civiles fueron afectados y recibieron atenci¨®n psicol¨®gica. El cartel intent¨® sobornar con tres millones de d¨®lares a uno de los comandantes responsables del operativo, quien se neg¨®, y se hicieron amenazas de expandir la violencia a Estados como Sonora, Chihuahua y Durango.
¡°Habr¨ªa sido f¨¢cil un combate de exterminio. Habr¨ªamos ganado, pero ?a qu¨¦ costo?¡±, ha asegurado Durazo en la peculiar autocr¨ªtica de uno de los funcionarios m¨¢s cuestionados tras el fracaso militar en Sinaloa. El general Sandoval, apoyado con mapas y v¨ªdeos tomados por soldados en medio de la refriega, detall¨® la reconstrucci¨®n de los hechos de ese jueves 17 de octubre. Las ruedas de la Justicia en Washington hab¨ªan comenzado a moverse de tiempo atr¨¢s, desde abril de 2018, cuando el distrito de Columbia emiti¨® la orden de captura de uno de los herederos de?El Chapo?por el tr¨¢fico a Estados Unidos de metanfetaminas y fentanilo, una droga que ha disparado la crisis de opi¨¢ceos en el pa¨ªs norteamericano. El Ej¨¦rcito mexicano recibi¨® el 8 de octubre de 2019 una petici¨®n de colaboraci¨®n de la Guardia Nacional, un cuerpo creado por la Administraci¨®n de L¨®pez Obrador, para capturar al delincuente de alta peligrosidad.
El operativo del d¨ªa 17 de octubre comenz¨® a tomar forma a las 12.00 de Culiac¨¢n, una menos que en Ciudad de M¨¦xico. Elementos de la Guardia Nacional acudieron ante la Fiscal¨ªa en la capital mexicana a presentar un informe sobre la orden de cateo de un domicilio que registrar¨ªan en Culiac¨¢n, la casa de Ovidio Guzm¨¢n. A esa misma hora comenzaron los trabajos de operaci¨®n en la ciudad y la vigilancia de la residencia. El operativo fue planeado por el Grupo de An¨¢lisis e Informaci¨®n del Narcotr¨¢fico (GAIN), quien ha sido responsable de la detenci¨®n de 663 miembros de la delincuencia organizada desde su creaci¨®n a mediados de los a?os noventa, 46 criminales han sido capturados por este grupo desde diciembre de 2018, el inicio de la Administraci¨®n L¨®pez Obrador.
A las 14.00, Ovidio Guzm¨¢n arrib¨® a su casa ubicada en la calle Jos¨¦ Muro Pico, del fraccionamiento Tres R¨ªos, una de las zonas m¨¢s exclusivas de la ciudad. All¨ª, este heredero de El Chapo estaba acompa?ado solo por su familia. La residencia, de altas paredes blancas, fue rodeada 30 minutos m¨¢s tarde por 38 soldados especializados en asalto y reforzados por 8 elementos de la Guardia Nacional. La intenci¨®n era, tras la captura, trasladar al hijo del capo 12.5 kil¨®metros hasta el aeropuerto de Culiac¨¢n. El trayecto tardar¨ªa 25 minutos. Pero les esperaba algo muy distinto.??
Pocos minutos despu¨¦s, a las 14.50, las fuerzas armadas comienzan a reportar agresiones de armas de fuego. El cartel hab¨ªa comenzado a desplegar su fuerza por todo el Estado para frenar la captura de Ovidio. Sus hermanos mayores, Iv¨¢n Archivaldo y Jes¨²s Alfredo, fueron los operadores de la defensa. Los 145 soldados, repartidos en un grupo t¨¢ctico apoyado por cuatro equipos que iban a reforzar el c¨ªrculo de seguridad, comenzaron a enfrentarse con el poderoso fuego del cartel. "La seguridad externa no se logr¨®", ha dicho Sandoval esta ma?ana.
El asedio al operativo se hizo por varios frentes durante m¨¢s de cinco horas. Desde las 14.50 y hasta las 20.00. En muchas ocasiones, el n¨²mero de hombres armados super¨® a las autoridades. Los cuatro equipos encargados del refuerzo perimetral de la operaci¨®n y de apoyar la retaguardia de los elementos de la Guardia Nacional se toparon con numerosos sicarios. El Equipo A, con 24 soldados se encar¨® con 30 sicarios en 6 veh¨ªculos. Los equipos C y D, con 55 soldados, se enfrentaron minutos despu¨¦s de las tres de la tarde en el cruce de las calles Universitarios Oriente y el bulevar S¨¢nchez Alonso con 40 hombres armados repartidos en 8 veh¨ªculos, dos de ellos blindados. Estos tiroteos dejaron un elemento de la Guardia Nacional muerto, 14 militares heridos, tres polic¨ªas locales lesionados y otros 5 sicarios fallecidos. El grupo t¨¢ctico qued¨® al desnudo tras la anulaci¨®n de los refuerzos.
El momento determinante llegar¨ªa a las 15.15. Ovidio Guzm¨¢n, el hombre buscado para ser extraditado a Estados Unidos, sale al estacionamiento de su casa. La puerta se abre y sale una se?ora a pedir a los soldados que no disparen, que hay ni?os dentro. ¡°No se preocupe, se?ora, no somos delincuentes¡±, responde un militar. En el instante, dos hombres m¨¢s abandonan la casa. Son arrodillados y cacheados en busca de armas.
-¡°Ya dile a tu gente que pare todo¡±, dice un hombre con el rostro cubierto a Guzm¨¢n L¨®pez. Un integrante del grupo t¨¢ctico le da un m¨®vil al narcotraficante. Son las 15.17.
-¡°Ya paren todo, oiga. Ya paren todo. Ya me entregu¨¦. Ya paren todo, por favor. Ya tranquilos, ya ni modo¡ Ya no quiero que haya desmadres¡±, dice Ovidio en el tel¨¦fono. El general Sandoval asegura que al otro lado de la l¨ªnea se encontraba Iv¨¢n Archivaldo Guzm¨¢n Salazar, quien se neg¨® a callar las armas.
Las im¨¢genes de esa breve negociaci¨®n se filtraron a los medios de comunicaci¨®n el mismo 17 de octubre. Ese momento se convertir¨ªa en el punto de inflexi¨®n de una tarde infernal. A pesar del llamado de Ovidio a su hermano, las agresiones no disminuyeron. Todo lo contrario. La presi¨®n sobre los elementos increment¨®. ¡°No va a cesar¡±, fue la respuesta de Iv¨¢n Archivaldo seg¨²n el secretario de la Defensa. Minutos despu¨¦s, comenzar¨ªan a registrarse en las calles los primeros heridos del bando militar. Sandoval mostr¨® el v¨ªdeo de un soldado de tropa tendido sobre una camioneta, quien perdi¨® la pierna izquierda por el impacto de una bala calibre 0.50 disparada por una ametralladora Barrett de alto poder. El encargado de Defensa informa al presidente L¨®pez Obrador del tenso operativo en Culiac¨¢n. Son las 15.45.
A las 15.47 los soldados comienzan a verse superados en n¨²mero por sicarios del cartel en ¡°actitud hostil¡±. Tres minutos despu¨¦s, se informa que las bases militares de operaciones en las localidades de Costa Rica y El Fuerte, a las afueras de la ciudad, est¨¢n siendo rodeados por civiles armados. La base militar en Culiac¨¢n fue atacada por 20 sicarios, que dejaron un soldado herido. El conjunto habitacional donde viven los familiares de los uniformados destacados en Sinaloa tambi¨¦n fue agredido. Granadas de mano fueron lanzadas a las zonas comunes, que no explotaron, y los narcos irrumpieron en cuatro apartamentos en busca de gente para raptar. Sandoval dice que personal del Ej¨¦rcito salt¨® por las ventanas y se escondi¨® en los cl¨®sets. Al final, los delincuentes se llevaron de all¨ª a un sargento que minutos antes pudo poner a salvo a 20 ni?os.
Adem¨¢s de los enfrentamientos, los narcotraficantes montaron retenes en las carreteras de la regi¨®n para impedir el refuerzo de militares. En una localidad al norte de Culiac¨¢n llamada Lim¨®n de los Ramos, 15 hombres armados retuvieron a dos soldados que estaban de d¨ªa libre tras la revisi¨®n de un veh¨ªculo.
El despliegue m¨¢s impresionante fue la llegada de 150 sicarios en 30 veh¨ªculos al peaje de la comunidad de Costa Rica, una zona de influencia de Ismael El Mayo Zambada, otro de los l¨ªderes hist¨®ricos del cartel. All¨ª, los narcotraficantes toparon a las 16.20 con 24 soldados y dos oficiales que escoltaban tanques de combustible. Los delincuentes se llevaron a cuatro soldados y a uno de sus mandos para ser intercambiados por Ovidio. Algunos medios de comunicaci¨®n dieron por hecho que la imagen filtrada de uno de estos soldados secuestrados se trataba en realidad del capo disfrazado con uniforme.
A las 17.04 se registra una fuga masiva del penal de Aguaruto. Medio centenar de prisioneros escaparon de la c¨¢rcel local para sumarse al caos en las calles. Muchos de los delincuentes son acusados de delitos federales como posesi¨®n de armas y narcotr¨¢fico, cr¨ªmenes relacionados a la delincuencia organizada. Los sicarios queman veh¨ªculos arrebatados a la poblaci¨®n civil.
Despu¨¦s de horas bajo fuero y la amenaza de expandir la violencia a los Estados de Sonora, Durango y Chihuahua, lleg¨® el amargo momento de la capitulaci¨®n. El reloj marcaba las 18.49. ¡°Se determin¨® retirar a las fuerzas¡±, ha dicho Sandoval en lo que consider¨® una decisi¨®n colegiada del gabinete de seguridad. 31 minutos m¨¢s tarde, el cartel de Sinaloa libera a los militares secuestrados de la caseta de Costa Rica. La violencia seguir¨ªa en algunos puntos de la regi¨®n por una hora m¨¢s.
El saldo de aquella jornada infernal se cerr¨® con 8 muertos (un civil, un agente de la Guardia Nacional, un prisionero fugado del penal de Aguaruto y cinco sicarios) y 19 militares lesionados. La lista de fallecidos aumentar¨ªa en d¨ªas posteriores a 14. La herida en la memoria de Sinaloa sigue marcada con fuego.
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