Trump ataca a la embajadora Yovanovitch mientras esta relata c¨®mo se sinti¨® amenazada por ¨¦l
"Aqu¨ª nos tomamos muy en serio la intimidaci¨®n de testigos¡±, ha se?alado Adam Schiff, presidente del Comit¨¦ de Inteligencia del Congreso, donde ten¨ªa lugar la audiencia por el 'impeachment' al mandatario
El ala oeste de la Casa Blanca, Veep, House of Cards. Las series televisivas sobre los entresijos del poder en Washington constituyen un socorrido abanico de espejos de ficci¨®n sobre los que reflejar los diferentes momentos pol¨ªticos que atraviesa el pa¨ªs. Pero, desde que comenz¨® hace casi ya dos meses el proceso de impeachment al presidente Trump, todo en Washington remite a otra serie, de intrigas geopol¨ªticas, diplom¨¢ticos, esp¨ªas e intereses turbios: Homeland. Y en el guion que escriben los dem¨®cratas, el papel de Carrie Mathison, salvando las evidentes distancias, corresponde a la exembajadora Marie Yovanovitch. Honrada, noble, patriota, de val¨ªa incontestada, pero inevitable v¨ªctima de los intereses espurios.
La exembajadora ha testificado este viernes ante los congresistas que investigan el impeachment de Trump, durante m¨¢s de seis horas, en la segunda jornada de estas hist¨®ricas audiencias p¨²blicas. Para los dem¨®cratas, Yovanovitch es una valiosa pieza en el puzle que tratan de armar ante los ojos de los votantes. El de un presidente que abus¨® de su poder persiguiendo su propio beneficio pol¨ªtico personal, y no los intereses de los estadounidenses. En ese relato, la exembajadora permite a los dem¨®cratas trascender las abstracciones y ofrecer algo de carne y hueso: una aut¨¦ntica v¨ªctima del supuesto compl¨®.
Yovanovitch ya hab¨ªa contado todo en?su testimonio a puerta cerrada, y los medios ya lo hab¨ªan recogido en las transcripciones. Por eso hoy el objetivo era servir a los millones de espectadores (hasta 13 millones siguieron los primeros testimonios solo en televisi¨®n, sin contar el streaming) una raci¨®n de empat¨ªa. Un rostro capaz de convertir esta compleja historia de geopol¨ªtica en algo personal y cercano.
El presidente Trump les ha echado un cable, que el astuto Adam Schiff, maestro de ceremonias en calidad de presidente del Comit¨¦ de Inteligencia de la C¨¢mara, no ha desaprovechado. En medio del interrogatorio de los dem¨®cratas, el presidente ha sucumbido a su fiebre tuitera.
Everywhere Marie Yovanovitch went turned bad. She started off in Somalia, how did that go? Then fast forward to Ukraine, where the new Ukrainian President spoke unfavorably about her in my second phone call with him. It is a U.S. President¡¯s absolute right to appoint ambassadors.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 15, 2019
¡ªMientras hablamos el presidente la est¨¢ criticando en Twitter. Perm¨ªtame que se lo lea: ¡°Cada lugar al que ha ido Marie Yovanovitch ha acabado mal¡¡±. ?Qu¨¦ opina? ¡ªha preguntado Schiff.
¡ªSe puede demostrar que yo y otros hemos mejorado las cosas para Estados Unidos, as¨ª como para los pa¨ªses donde hemos servido. ¡ªha respondido la diplom¨¢tica, con 33 a?os de experiencia en siete destinos que incluyen, adem¨¢s de Ucrania, Somalia y Mosc¨².
Entonces Schiff le ha preguntado si los esfuerzos de Trump est¨¢n dise?ados para intimidarla, sobre lo que Yovanovitch ha preferido no especular, pero ha reconocido que sus palabras ten¨ªan ese efecto en ella. ¡°Algunos de nosotros aqu¨ª nos tomamos muy, muy en serio la intimidaci¨®n de testigos¡±, ha concluido Schiff, a?adiendo, ante las c¨¢maras, un potencial delito nuevo sobre el que construir el impeachment de Trump.
La exembajadora ha vuelto a contar, esta vez en directo para todo el pa¨ªs, la supuesta campa?a de desprestigio que acab¨® con su s¨®lida carrera diplom¨¢tica. Un relato, corroborado por otros testigos, de c¨®mo Rudy Giuliani, abogado personal del presidente Trump, trabaj¨® mano a mano con un fiscal ucranio corrupto, y acus¨® a la exembajadora de maniobrar contra el presidente cuando, en realidad, lo que quer¨ªan era deshacerse de ella porque la ve¨ªan como un obst¨¢culo en su objetivo de presionar al Gobierno ucranio para obtener trapos sucios sobre los rivales dem¨®cratas de Trump y, en particular, sobre las actividades en Ucrania del hijo del precandidato dem¨®crata a la Casa Blanca y exvicepresidente Joe Biden.
Yovanovitch ha explicado por qu¨¦ es importante para Estados Unidos combatir la corrupci¨®n en Ucrania y por qu¨¦ esa fue su prioridad como embajadora. ¡°No todos los ucranios abrazaron nuestros esfuerzos anticorrupci¨®n¡±, ha advertido. Yovanovitch tuvo que abandonar en mayo su puesto, defiende, porque figuras corruptas en Ucrania trataron de apartarla, y encontraron aliados en Estados Unidos para lograrlo. ¡°?C¨®mo pudo nuestro sistema fallar as¨ª?¡±, se ha preguntado. ¡°?C¨®mo puede ser que intereses corruptos for¨¢neos manipularan a nuestro Gobierno?¡±.
La diplom¨¢tica, nacida en Canad¨¢ de un padre que huy¨® de los nazis y una madre que escap¨® de los bolcheviques, asegura que en la primavera pasada le dijeron que ¡°cuidara sus espaldas¡± y que se marchara de Kiev ¡°en el siguiente avi¨®n¡±. ¡°No es la manera como habr¨ªa querido terminar mi carrera¡±, ha reconocido.
Ha vuelto a recordar Yovanovitch su sorpresa cuando supo que su nombre sali¨® en la conversaci¨®n telef¨®nica entre Trump y el presidente de Ucrania, Volod¨ªmir Zelenski, el pasado 25 de julio, en la que el presidente de Estados Unidos se refiri¨® a ella como ¡°una mala noticia¡± y dijo que le iban a ¡°pasar algunas cosas¡±.
¡°Estaba asombrada, horrorizada, devastada¡±, ha dicho. ¡°Una persona que me vio leyendo la transcripci¨®n dijo que el color desapareci¨® de mi cara. Incluso ahora, me faltan las palabras¡±. Los congresistas le preguntaron sobre ello:
¡ª?Qu¨¦ es lo que le preocupaba?
¡ªNo sonaba bien. Sonaba como una amenaza.
¡ª?Se sinti¨® amenazada?
¡ªS¨ª. Lo sent¨ª como una amenaza imprecisa, y me preguntaba qu¨¦ significaba. Me preocup¨®.
Los dem¨®cratas buscaban un testimonio que conmoviera al p¨²blico. El de una prestigiosa profesional que ha servido a seis presidentes, republicanos y dem¨®cratas, exponiendo con crudeza c¨®mo Trump estaba dispuesto a todo, incluso a marginar a la diplomacia oficial de su pa¨ªs y sustituirla por otra representaci¨®n altamente irregular, para obtener beneficios pol¨ªticos personales. Y ese testimonio poderoso es el que Yovanovitch les ha aportado.
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