¡°Bolivia no es una colonia de M¨¦xico¡±
En entrevista, la canciller boliviana acusa al Gobierno mexicano de mentir sobre el asedio de su Embajada en La Paz para interferir en la pol¨ªtica interna del pa¨ªs sudamericano
La crisis diplom¨¢tica entre M¨¦xico y Bolivia se agudiza. El Gobierno mexicano afirma que su Embajada en La Paz est¨¢ bajo acoso desde que decidi¨® dar asilo pol¨ªtico al expresidente Evo Morales, en noviembre pasado, y est¨¢ dispuesto a llevar el conflicto ante la justicia internacional. Pero para sus contrapartes bolivianas la historia es diferente. "Deleznables", "ofensivas", "falaces", "indignantes". La canciller boliviana, Karen Longaric, no escatima en adjetivos para calificar las acusaciones de M¨¦xico. "Simplemente pedimos al Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador que no se inmiscuya m¨¢s en nuestros asuntos internos y que respete la soberan¨ªa boliviana, Bolivia no es una colonia de M¨¦xico", afirma Longaric en entrevista telef¨®nica con EL PA?S, previa a que se hiciera p¨²blico el confuso incidente con diplom¨¢ticos espa?oles en la Embajada de M¨¦xico en La Paz. Desde su perspectiva, las autoridades mexicanas han tergiversado la realidad para debilitar la imagen del Gobierno interino de Jeanine ??ez y permitir el regreso de Morales y sus partidarios al poder.
"?Qu¨¦ derecho tiene L¨®pez Obrador a cuestionar las decisiones del pueblo simplemente por su amistad o cercan¨ªa ideol¨®gica con Evo Morales?", se pregunta Longaric y contin¨²a: "Los intereses de Bolivia no pasan por los del presidente de otro pa¨ªs que lo ¨²nico que quiere en este momento es beneficiar pol¨ªticamente a su socio, a su ac¨®lito". Estos son los argumentos que la ministra boliviana de Relaciones Exteriores esgrime con mayor insistencia y subraya que nunca se han violentado los recintos oficiales de M¨¦xico en Bolivia. "No lo haremos nunca, est¨¢ absolutamente descartado, somos un pa¨ªs civilizado que conoce sus l¨ªmites en materia internacional", asegura Longaric.
El enfriamiento de las relaciones con M¨¦xico ha derivado tambi¨¦n en una escalada en las descalificaciones y en dichos cada vez m¨¢s dif¨ªciles de justificar. "L¨®pez Obrador, este c¨ªnico sinverg¨¹enza, se pas¨® de bellaco con Bolivia", dijo Jorge Tuto Quiroga, expresidente de Bolivia (2001-2002) y funcionario del Gobierno de ??ez, en uno de los puntos m¨¢s ¨¢lgidos de la crisis diplom¨¢tica. "Ha decidido ser el padrino de los tiranos latinoamericanos y usted es un cobarde matoncito", agreg¨® el exmandatario, cuyos dichos han sido secundados por el expresidente Carlos Mesa (2003-2005), as¨ª como otros pol¨ªticos latinoamericanos de corte conservador. Horas antes, el Ejecutivo mexicano dijo que su pa¨ªs no tuvo estos problemas "ni con Pinochet". "Nos tiene sin cuidado como nos califique el se?or L¨®pez Obrador", revira Longaric. La ministra tambi¨¦n ha evitado hablar de la llamada "cacer¨ªa", en palabras de ministros de su Gobierno, contra los exministros protegidos por M¨¦xico.
La canciller boliviana dice que los comentarios de Quiroga no reflejan la visi¨®n del Gobierno, pero no oculta la molestia por las acciones del Gobierno de L¨®pez Obrador en las ¨²ltimas semanas. Ah¨ª residen las ra¨ªces del conflicto, seg¨²n el Gobierno boliviano. Mientras M¨¦xico afirma que defiende su prerrogativa de dar protecci¨®n diplom¨¢tica a Morales, el Gobierno interino de Bolivia dice que el expresidente no tiene derecho al asilo porque cometi¨® "cr¨ªmenes de lesa humanidad". Para sostener esos dichos, Longaric dice que esos delitos contra la humanidad (entre los que est¨¢n tipificados el exterminio y la tortura) fueron los bloqueos de los seguidores de Morales en el conflicto poselectoral. Mientras la Canciller¨ªa mexicana acusa de que se est¨¢ hostigando a nueve exfuncionarios del Gobierno de Morales resguardados en su Embajada, sus contrapartes bolivianas dicen que se est¨¢ protegiendo a autores de actos terroristas. "No s¨¦ cu¨¢l es la motivaci¨®n de tener esta actitud con Bolivia, que viene desde dos meses atr¨¢s", lamenta Longaric.
No hay terreno intermedio entre ambas posiciones en el n¨²cleo del problema. En cuanto a las acusaciones de asedio policial y espionaje, la Canciller¨ªa boliviana insiste en que fueron las autoridades mexicanas quienes solicitaron que aumentara la vigilancia y que ellos simplemente cumplieron con esa petici¨®n. Al cuestionarle que dos de esas solicitudes se mandaron entre el 19 y el 29 de noviembre, en uno de los momentos de mayor inestabilidad por el conflicto poselectoral, Longaric contesta que el Gobierno mexicano es el que debe decir si esas peticiones se sacaron de contexto o no. "La Embajada es el instrumento que utiliza M¨¦xico para confrontar a Bolivia", repite la canciller.
"Esta crisis puede superarse y no debi¨® haberse dado nunca", matiza Longaric. Pese a que ambas partes se dicen dispuestas a dialogar, no se han establecido canales concretos de comunicaci¨®n. M¨¦xico dice que ha buscado sin ¨¦xito al encargado de Negocios de Bolivia y La Paz afirma que se le ha negado la acreditaci¨®n a su representante. Incluso, una mudanza de los recintos oficiales de M¨¦xico, que ya estaba planeada desde hace varias semanas y que no tiene relaci¨®n con el conflicto seg¨²n la Canciller¨ªa mexicana, ha levantado todo tipo de sospechas en las ¨²ltimas horas.
La canciller de Bolivia se?ala que la diferencia por los salvoconductos de los nueve exfuncionarios resguardados en la Embajada se sali¨® de toda proporci¨®n y se mantiene firme en que deben ser entregados a la justicia ordinaria. Pero ser¨¢ dif¨ªcil que M¨¦xico acepte esas condiciones, aunque por ahora ha descartado el cierre de la Embajada, as¨ª como una ruptura diplom¨¢tica definitiva. Mientras la disputa llega a la Corte Internacional de Justicia y las relaciones entre ambos Gobiernos se deterioran, no hay visos pr¨®ximos de una salida negociada ni atisbos de las posiciones que asumir¨¢n varios pa¨ªses con peso espec¨ªfico en el sistema internacional de la regi¨®n.
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