La visita de cortes¨ªa de dos diplom¨¢ticos espa?oles que acab¨® en incidente en Bolivia

La implicaci¨®n de Espa?a en las crecientes fricciones diplom¨¢ticas entre Bolivia y M¨¦xico sucedi¨® de manera accidental. Comenz¨® con la visita de cortes¨ªa, sin car¨¢cter oficial, que solicit¨® el jueves por una v¨ªa informal la embajadora mexicana en La Paz, Mar¨ªa Teresa Mercado, a la encargada de negocios de Espa?a en Bolivia, Cristina Borreguero.

La diplom¨¢tica mexicana ha vivido un mes y medio de tensi¨®n con el Gobierno interino boliviano por el asilo dado a nueve leales al expresidente boliviano Evo Morales, que abandon¨® su puesto el 10 de noviembre. Desde entonces, las instalaciones de la Embajada mexicana han estado custodiadas por polic¨ªas bolivianos. M¨¦xico protest¨® la semana pasada y denunci¨® hostigamiento e intimidaci¨®n a su personal. Y es en ese embrollo donde terminaron enredados dos diplom¨¢ticos espa?oles. Este s¨¢bado, tras el incidente, Arturo Murillo, el ministro interino del Gobierno boliviano, ha anunciado que pedir¨¢ el cambio de los funcionarios de la legaci¨®n espa?ola.

La casa de la embajadora Mercado est¨¢ en La Rinconada, un ¨¢rea completamente vallada y cerrada al tr¨¢fico. La entrada est¨¢ controlada por una caseta de vigilancia y una barrera. La Rinconada se encuentra enclavada en la Zona Sur, la parte m¨¢s acomodada de La Paz, donde viven muchos diplom¨¢ticos. En ese barrio, la protesta contra Morales fue m¨¢s intensa que en cualquier otro lugar de la capital boliviana. Y lo sigue siendo ahora. Grupos de vecinos y de j¨®venes, opositores del partido de Morales, organizaron ayer una vigilia en La Rinconada.

Los manifestantes estuvieron a la intemperie durante toda la noche y el s¨¢bado por la tarde segu¨ªan apostados en la salida de la urbanizaci¨®n tras el incidente protagonizado el viernes por dos diplom¨¢ticos espa?oles y sus escoltas. Aseguraron que permanecer¨¢n all¨ª cuanto haga falta para evitar que los ¡°narcotraficantes¡± del anterior Gobierno ¡ªcomo llaman a los nueve altos cargos del Ejecutivo de Morales asilados en la Embajada, entre ellos cinco exministros y el exfiscal general¡ª escapen de la residencia de la embajadora mexicana. Con el consentimiento de la polic¨ªa, los participantes en la vigilia detienen y revisan los autom¨®viles que entran y salen de la urbanizaci¨®n. La tensi¨®n se increment¨® la ma?ana del viernes, cuando una camioneta sali¨® de las instalaciones con una heladera y los manifestantes supusieron que all¨ª se escond¨ªa el hombre m¨¢s buscado del pa¨ªs, Juan Ram¨®n Quintana, el exministro de Interior de Morales, quien est¨¢ en la residencia mexicana y a quien las nuevas autoridades de Bolivia acusan de sedici¨®n y terrorismo. Luego comprobaron que se trataba de una falsa alarma.

La encargada de negocios de Espa?a en Bolivia, Cristina Borreguero, se present¨® en la Embajada de M¨¦xico cerca de las ocho de la ma?ana del viernes, el d¨ªa acordado para la visita. La acompa?aba el c¨®nsul de Espa?a en La Paz, ?lvaro Fern¨¢ndez. El encuentro se produjo sin el conocimiento de la ministra de Defensa de Espa?a encargada de Exteriores, Margarita Robles. Dur¨® 40 minutos, seg¨²n la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores de M¨¦xico (SRE), que no ha revelado el contenido de la charla. Tampoco lo ha hecho Exteriores en Madrid.

El problema se present¨® al final del encuentro, cuando la embajadora Mercado acompa?¨® a sus invitados a la salida de la residencia oficial. Al llegar a una terraza a la entrada de la casa, donde los diplom¨¢ticos espa?oles esperaban encontrar los dos autom¨®viles que los hab¨ªan llevado, vieron que no hab¨ªa ninguno. Los coches hab¨ªan salido de la urbanizaci¨®n obligados por los vecinos. En ellos iban cuatro escoltas del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la polic¨ªa espa?ola, que se cubrieron el rostro ante los fot¨®grafos locales.

Mercado fue al extremo de la terraza para observar la cuesta que conduce a su casa y por donde deb¨ªan subir los coches con matr¨ªcula diplom¨¢tica. Los coches no llegaban. Escuch¨® gritos. La diplom¨¢tica invit¨® entonces a Borreguero y Fern¨¢ndez a volver a la residencia. ¡°En ese momento los diplom¨¢ticos espa?oles fueron informados de que sus autos hab¨ªan sido detenidos en el acceso a la urbanizaci¨®n y no les permit¨ªan ingresar¡±, inform¨® en una nota Relaciones Exteriores de M¨¦xico el viernes por la tarde. Borreguero y Fern¨¢ndez intentaron establecer una comunicaci¨®n, sin ¨¦xito, con el Ministerio de Exteriores boliviano. Tambi¨¦n informaron de estos hechos a su ministerio para saber qu¨¦ pasos deb¨ªan seguir.

La embajadora mexicana acudi¨® a las redes sociales en ese momento. Eran las 09.10 de la ma?ana del viernes. ¡°Estoy con encargada de negocios y c¨®nsul de Espa?a en residencia, han detenido su auto con placas diplom¨¢ticas adem¨¢s de haberlos agredido!!!! [sic]¡±, escribi¨® en Twitter Mercado dirigiendo su mensaje a la ministra de Exteriores boliviana, Karen Longaric, y el subsecretario mexicano encargado de Am¨¦rica Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes. Mercado dec¨ªa en su tuit que el evento era una ¡°violaci¨®n¡± de la convenci¨®n de Viena sobre relaciones diplom¨¢ticas. El mensaje fue borrado, pero se viraliz¨® r¨¢pidamente en medio de un ambiente de tensi¨®n.

La polic¨ªa boliviana impidi¨® el acceso de los autom¨®viles a la urbanizaci¨®n. Finalmente, en una llamada, la Canciller¨ªa boliviana dijo a Borreguero que deb¨ªan bajar la cuesta a pie. La diplom¨¢tica y el c¨®nsul se negaron a hacer la caminata sin protecci¨®n de sus escoltas. Como alternativa, el ministerio a cargo de Longaric ofreci¨® un coche para cubrir la distancia, de unos 300 metros, que lleg¨® una hora despu¨¦s. M¨¢s tarde, Longaric acus¨® a Espa?a de abusar de sus privilegios y enrareci¨® el ambiente al afirmar que ¡°los encapuchados [los escoltas] representaban una potencial amenaza¡±. Un l¨ªo diplom¨¢tico por una visita de cortes¨ªa.