La UE revisa su alianza con ?frica ante el creciente empuje chino en el continente
Los Veintisiete tratan de afianzar su relaci¨®n con el vecino sure?o en campos como el cambio clim¨¢tico o la digitalizaci¨®n
Los gestos han sido constantes. El primer viaje fuera de la UE de la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula Von der Leyen, una semana despu¨¦s de asumir el cargo en diciembre, tuvo como destino Addis Abeba. La capital et¨ªope fue tambi¨¦n testigo del aterrizaje de una veintena de comisarios liderados por la pol¨ªtica alemana para un encuentro con la Uni¨®n Africana hace dos semanas. Y cuando la crisis del coronavirus empez¨® a hacer estragos, Bruselas dedic¨® una peque?a partida de 15 millones de euros para ...
Los gestos han sido constantes. El primer viaje fuera de la UE de la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula Von der Leyen, una semana despu¨¦s de asumir el cargo en diciembre, tuvo como destino Addis Abeba. La capital et¨ªope fue tambi¨¦n testigo del aterrizaje de una veintena de comisarios liderados por la pol¨ªtica alemana para un encuentro con la Uni¨®n Africana hace dos semanas. Y cuando la crisis del coronavirus empez¨® a hacer estragos, Bruselas dedic¨® una peque?a partida de 15 millones de euros para apoyar los ex¨¢menes m¨¦dicos en la regi¨®n. Los Veintisiete, conscientes de la pujanza demogr¨¢fica y, en ciertos casos, econ¨®mica, del continente africano, buscan una relaci¨®n m¨¢s estrecha en un momento en que China asienta su influencia financiando infraestructuras a bajo inter¨¦s y apuntalando los lazos militares. La hoja de ruta para la nueva relaci¨®n UE-?frica, presentada este lunes en la capital comunitaria, abarca cinco puntos: transici¨®n verde, digitalizaci¨®n, crecimiento econ¨®mico, paz y gobernanza e inmigraci¨®n y movilidad.
La UE vuelve la mirada hacia el sur en plena crisis del multilateralismo, con el tradicional socio estadounidense convertido en un actor imprevisible desde la victoria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y recelosa del creciente poder¨ªo chino. El objetivo es pasar de los gestos a la materializaci¨®n de una alianza que sustituya a la de 2007. ¡°Se concibi¨® en un escenario muy distinto. El mundo ha cambiado¡±, justificaba este lunes la comisaria de Cooperaci¨®n Internacional, Jutta Urpilainen. La pol¨ªtica finlandesa no ocult¨® que uno de los motivos que han empujado a la UE a dar el paso es la ¡°competencia geopol¨ªtica entre potencias¡±.
Europa es, con diferencia, el primer inversor mundial en ?frica con 222.000 millones de euros, cinco veces m¨¢s que China (42.000), y EE UU (38.000). Tambi¨¦n lidera el tr¨¢fico de mercanc¨ªas ¡ªlos intercambios suman 235.000 millones frente a los 125.000 de China y los 46.000 de EE UU¡ª. Pero la realidad es que mientras Pek¨ªn toma posiciones m¨¢s deprisa gracias al incesante fluir de sus cr¨¦ditos, la agenda UE-?frica sigue opacada por el problema migratorio. ¡°Uno de los esfuerzos que estamos haciendo es no ver a ?frica solo desde el prisma de la migraci¨®n. Por desgracia, la sociedad europea lo ve desde esa ¨®ptica, como si fuera el ¨²nico problema¡±, lamentaba el alto representante de Pol¨ªtica Exterior de la UE, Josep Borrell.
La intenci¨®n es ir hacia una relaci¨®n de igual a igual en la que el club comunitario no contemple el dinero rumbo a ?frica ¨²nicamente como el coste de taponar la inmigraci¨®n irregular ¡ªlas mayores oleadas migratorias de los ¨²ltimos a?os provienen de la guerra en Siria¡ª. Un riesgo cada vez mayor ante el despertar populista en los Veintisiete. Tambi¨¦n que la UE logre convertirse en algo m¨¢s que un banco al que los pa¨ªses africanos acuden en busca de ayuda humanitaria y pueda propiciar mejoras en derechos humanos, gobernanza o lucha contra el cambio clim¨¢tico. ¡°No podemos dar la imagen del buen samaritano que hace regalos y no entra en lo pol¨ªtico¡±, insisti¨® Borrell.
Para que no se quede en una mera declaraci¨®n de intenciones, ambas partes mantendr¨¢n durante los pr¨®ximos meses varias reuniones, y realizar¨¢n diversas consultas con organizaciones de la sociedad civil con vistas a firmar una declaraci¨®n conjunta en la cumbre que se celebrar¨¢ en octubre en Bruselas. ¡°Nuestro crecimiento y seguridad dependen de lo que ocurre en ?frica quiz¨¢ m¨¢s que de cualquier otra parte del mundo¡±, asegur¨® el jefe de la diplomacia europea. El boom demogr¨¢fico que auguran las estad¨ªsticas avala buena parte de ese planteamiento: el 60% de la poblaci¨®n africana tiene menos de 20 a?os, y se calcula que en los pr¨®ximos 15 a?os se incorporar¨¢n al mercado laboral 375 millones de j¨®venes.
Los t¨¦rminos finales del acuerdo est¨¢n todav¨ªa por definir, pero el primer documento traslada prioridades comunitarias a suelo africano. La UE quiere exportar su modelo de transici¨®n hacia una econom¨ªa respetuosa con el medio ambiente ¡ªuno de los programas bandera del actual Ejecutivo¡ª a ?frica, donde ya participa de numerosos proyectos de energ¨ªas renovables. Y ve la digitalizaci¨®n como una palanca de desarrollo de la que se acabar¨ªa beneficiando colateralmente. Los n¨²meros de Bruselas dicen que cada 10% de aumento de la cobertura digital suponen un crecimiento del 1% del PIB africano. Y ve con buenos ojos su aspiraci¨®n de construir un mercado ¨²nico digital. Eso sin descuidar otros flancos de la relaci¨®n tradicional como la lucha contra el terrorismo en el Sahel o la cooperaci¨®n al desarrollo.