Las tensiones entre EE UU y China se incrementan en medio de la crisis por el coronavirus
Las acusaciones mutuas sobre el origen del virus y la expulsi¨®n de varios periodistas por parte de Pek¨ªn deteriora la fr¨¢gil relaci¨®n entre las dos potencias
La distensi¨®n entre Pek¨ªn y Washington tras la tregua comercial alcanzada en enero se deteriora por momentos. Las acusaciones mutuas sobre el origen del coronavirus ¡ªagravadas por el propio presidente estadounidense, Donald Trump, que este martes se refiri¨® a ¨¦l como un ¡°virus chino¡±¡ª y la expulsi¨®n horas despu¨¦s por parte del Gobierno chino de una docena de corresponsales estadounidenses han incrementado a¨²n m¨¢s las tensiones entre las dos potencias. La medida ha sido defendida este mi¨¦rcoles por Pek¨ªn como una acci¨®n a la que se ha visto forzada y se ha apresurado a advertir de que se reserva el derecho de ampliar sus represalias contra EE UU si este pa¨ªs intensifica su respuesta.
Donald Trump insisti¨® este mi¨¦rcoles en referirse al pat¨®geno como ¡°virus chino¡±, a pesar que las quejas de Pek¨ªn y de la estigmatizaci¨®n que supone para los ciudadanos del gigante asi¨¢tico. Esta forma de se?alar insistentemente el origen del brote, como si tuviera una nacionalidad, constituye un elemento m¨¢s de la tensi¨®n entre ambos pa¨ªses. Cuestionado por ello en rueda de prensa este mediod¨ªa, el presidente estadounidense replic¨® que hablar de ese modo ¡°no es racista¡±. ¡°Lo llamo as¨ª porque viene de China¡±, dijo, para a?adir que ¡°China ha dicho que ese virus ha venido de los soldados estadounidenses y eso no puede ser¡±. ¡°Yo no digo que ellos nos est¨¦n infligiendo este da?o. Pero podr¨ªan haber dado aviso mucho antes¡±, respondi¨® a otra pregunta sobre el mismo asunto.
El r¨¦gimen de Xi Jinping ha sugerido en los ¨²ltimos d¨ªas, sin pruebas, que el virus fue originado por el personal militar destacado en la regi¨®n china de Wuhan, en lugar de por un animal vivo (el pangol¨ªn) en un mercado de Wuhan. Aunque las medidas de restricciones de viajes han sido m¨¢s prematuras en EE UU que en Europa, Trump ha recibido cr¨ªticas por falta de previsi¨®n en la disponibilidad de kits de prueba del coronavirus y su discurso tard¨® en adoptar el tono de gravedad actual. Este mi¨¦rcoles se defendi¨® en Twitter apuntando a Pek¨ªn, ¡°Siempre he tratado el virus chino muy en serio y he hecho un trabajo muy bueno desde el principio¡±, recalc¨®.
Este pulso forma parte de una escalada de tensi¨®n con otras aristas. La expulsi¨®n de los periodistas de cinco medios (The Wall Street Journal, The Washington Post, The New York Times, Time y Voice of America) ha sido criticada este mi¨¦rcoles por el secretario de Estado, Mike Pompeo: ¡°Lamento la decisi¨®n de China porque dificulta la libertad de prensa en un momento en el que, francamente, ser¨ªa bueno mantenerla para los ciudadanos chinos". El argumento que ha utilizado Pek¨ªn para justificar la medida es que responde a la ¡°opresi¨®n¡± estadounidense contra las corresponsal¨ªas de medios estatales chinos en su territorio. En febrero, la Casa Blanca impuso una serie de medidas punitivas contra cinco de ellas, al considerarlas brazo de la propaganda oficial china. Despu¨¦s de que China expulsara, al d¨ªa siguiente, a tres corresponsales del Wall Street Journal con el argumento de que su peri¨®dico hab¨ªa publicado un art¨ªculo de opini¨®n de titular racista (¡°China es el verdadero enfermo de Asia¡±, dec¨ªa), Washington limit¨® a un centenar el n¨²mero de trabajadores chinos que esos medios estatales pod¨ªan mantener en sus delegaciones.
Pero aunque la raz¨®n aparente sea esta, hay ya mucha marejada de fondo. La buena voluntad que pudo generar la firma de la primera fase de un acuerdo sobre la guerra comercial entre los dos colosos mundiales el pasado mes de enero se ha disuelto a lo largo de las ¨²ltimas ocho semanas, en las que el coronavirus ha hecho estragos en China y amenaza con causarlos del mismo nivel o peor en Europa y Estados Unidos.
En las primeras semanas tras el cierre de la ciudad de Wuhan el 23 de enero, Pek¨ªn y Washington ya se enzarzaron en un primer intercambio de reproches. La raz¨®n, entonces, la decisi¨®n del Gobierno del presidente Donald Trump de prohibir la entrada en territorio estadounidense de extranjeros que hubieran estado en China en las dos semanas anteriores, y la cancelaci¨®n de vuelos. Pek¨ªn ve¨ªa en ello una maniobra de Estados Unidos para intentar sacar ventaja sobre el pa¨ªs rival en sus momentos m¨¢s vulnerables.
Ahora, esos reproches han pasado a mayores. Un portavoz del Ministerio de Exteriores, Zhao Lijian, ha insinuado en Twitter que el virus pudo llegar a Wuhan tra¨ªdo por las Fuerzas Armadas estadounidenses. Por su parte, el propio Trump se ha referido tambi¨¦n en su red social favorita al ¡°virus chino¡±, una expresi¨®n racista que irrita sobremanera a Pek¨ªn.
El anuncio de la expulsi¨®n de los periodistas lleg¨® tan solo un d¨ªa despu¨¦s de esos tuits. Por el amplio n¨²mero de afectados y lo riguroso de sus t¨¦rminos, la dureza de la medida carece de precedentes. Afecta, seg¨²n apunta el Club de Corresponsales Extranjeros en China, al menos a 13 periodistas. Ninguno de los corresponsales obligados a abandonar suelo chino podr¨¢, como hicieron otros en el pasado, asentarse en Hong Kong ¡ªni Macao¡ª para continuar cubriendo este pa¨ªs desde all¨ª.
Ese extremo ha suscitado pol¨¦mica, dado que los dos territorios aut¨®nomos chinos cuentan con sus propias leyes y Hong Kong cuenta, gracias al principio ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡±, con libertades inexistentes en el resto de China. La de prensa es una de ellas.
En su rueda de prensa diaria este mi¨¦rcoles, el Ministerio de Exteriores chino insisti¨® en que entra dentro de su potestad imponer esa prohibici¨®n. La Ley B¨¢sica, la constituci¨®n hongkonesa, estipula que Pek¨ªn es responsable de los asuntos exteriores y la defensa del territorio aut¨®nomo. Por tanto, ha sostenido el portavoz Geng Shuang, vetar a los periodistas de ejercer en la antigua colonia brit¨¢nica entra dentro de las competencias diplom¨¢ticas del Gobierno central.
Geng tambi¨¦n advirti¨® sobre la posibilidad de m¨¢s medidas si Estados Unidos ¡°no corrige sus errores¡±. Washington, puntualiz¨®, ¡°ha dicho que mantiene todas las opciones sobre la mesa. Hoy puedo decirle a Estados Unidos que todas las opciones tambi¨¦n se mantienen sobre la mesa de China¡±.
Adem¨¢s de la expulsi¨®n de sus corresponsales, los tres peri¨®dicos tendr¨¢n que entregar tambi¨¦n informaci¨®n detallada y por escrito sobre sus empleados, financiaci¨®n y propiedades a las autoridades chinas. A esa medida se tendr¨¢n que sumar tambi¨¦n la revista Time y la emisora Voice of America.
¡°No hay ganadores en el uso de los periodistas como piezas diplom¨¢ticas por parte de las dos principales potencias econ¨®micas. Los periodistas arrojan luz sobre el mundo en el que existimos. China, mediante sus acciones, se est¨¢ haciendo m¨¢s oscura¡±, sostiene un comunicado del Club de Corresponsales Extranjeros. ¡°Los corresponsales que trabajan en China se ven sujetos a vigilancia y la presi¨®n del Gobierno, en un clima de extrema hostilidad hacia los tipos de coberturas basadas en los hechos que las autoridades chinas aseguran desear. Este tipo de conducta es inaceptable y existe desde hace mucho tiempo¡±.
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