El colapso de Venezuela multiplica la vulnerabilidad de la poblaci¨®n frente a la pandemia
El pa¨ªs afronta el coronavirus sin recursos y con un sistema sanitario empobrecido. El coste de una mascarilla, de uso obligatorio en p¨²blico, equivale a un tercio del salario m¨ªnimo
Hace una semana, el d¨ªa que se inform¨® del primer caso de coronavirus en Venezuela, en el Hospital El Algodonal, en Caracas, suspendieron las cirug¨ªas por falta de mascarillas. Hicieron unas intervenciones sencillas, porque tampoco ten¨ªan aire acondicionado en los quir¨®fanos. La falta de la indumentaria b¨¢sica de protecci¨®n se sum¨® a los obst¨¢culos y les hizo suspender los planes. Este es uno de los centros que el Gobierno venezolano ha catalogado como ¡°centinela¡± junto a dos m¨¢s en la capital y 43 en todo el pa¨ªs para atender los casos confirmados de la Covid-19.
Es el lugar donde la doctora Marietta Rea ha trabajado 40 a?os de su vida. ¡°El Algodonal no tiene nada, absolutamente nada. No hay con qu¨¦ hacer las pruebas, ni material para protegernos. No hab¨ªa tapabocas para entrar a pabell¨®n ni trajes ni botas. Hay temor con esta crisis y es natural, porque no hay con qu¨¦ trabajar¡±, dice con decepci¨®n sobre el centro que alguna vez fue referencia en el pa¨ªs para enfermedades respiratorias. Un hospital donde en otro tiempo se fabricaron vacunas, se hizo medicina experimental y se realiz¨® el primer trasplante de v¨¢lvula cardiaca en el pa¨ªs.
Pese a las recomendaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), Nicol¨¢s Maduro ha exigido el uso masivo de mascarillas, de cualquier tipo, incluso artesanales, en tiendas y transporte p¨²blico, que se venden a un d¨®lar (un tercio del salario m¨ªnimo) en las puertas de las estaciones de metro. Pero en los hospitales, que tendr¨¢n la mayor exposici¨®n, no hay. Algunos de los casos sospechosos de los que estuvieron en esos dos vuelos de Iberia que iniciaron la epidemia en Venezuela, fueron a El Algodonal y tuvieron que ser remitidos a otros centros por la imposibilidad de manejarlos, dice Rea.
La pandemia en Venezuela se suma a una emergencia sanitaria que se viene advirtiendo desde 2016 y que desde el a?o pasado mantiene en el pa¨ªs a equipos humanitarios de las Naciones Unidas y la Cruz Roja Internacional. Con los primeros 33 casos (ahora hay 42), el Gobierno despleg¨® las medidas de distanciamiento social que han obligado al cierre de colegios, suspensi¨®n de actividades laborales, restricci¨®n de la circulaci¨®n interna y cierre de vuelos. Aun as¨ª, Venezuela tiene una carencia dif¨ªcil de compensar: se trata del precario estado del sistema sanitario, deteriorado despu¨¦s de a?os de desinversi¨®n, que han disparado casos de enfermedades controladas y tambi¨¦n han generado una contabilidad de muertes evitables por fallas el¨¦ctricas y falta de insumos m¨¦dicos.
La llegada del virus al pa¨ªs ha venido tambi¨¦n con protestas del personal m¨¦dico. Es en los hospitales donde hay m¨¢s temor por el virus que ahora est¨¢ haciendo estragos en Europa. ¡°Las enfermeras exigen las barreras de protecci¨®n eficaces, no algo que de la sensaci¨®n de protecci¨®n. A los enfermeros no nos pueden obligar a trabajar en condiciones de riesgo, porque hay un principio de sobrevivencia y si eso no se garantiza al personal de salud en una crisis epidemiol¨®gica como esta, no vamos a tener personal para luego. Apenas estamos en la primera semana¡±, dice Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras de Caracas.
En un hospital en el oeste de Caracas, con una donaci¨®n de tres rollos de tela empezaron esta semana a fabricar tapabocas. No tienen casos sospechosos ni son un centro centinela, pero nadie tiene mascarillas. ¡°Con este material sacaremos unos 5.000¡±, dice Daniel Hern¨¢ndez, representante sindical del centro de salud, que hizo videos con su tel¨¦fono en los que un grupo de mujeres confeccionaba las mascarillas simples. Reconoce que hay otros problemas que resolver para mantener la limpieza en un hospital sin y agua y que estas indumentarias no van a servir para los m¨¦dicos y enfermeras que traten directamente con los infectados por coronavirus.
Los sindicatos de salud vienen haciendo un monitoreo diario de la existencia de guantes, tapabocas, jab¨®n, desinfectante, cloro y agua en los hospitales. Todos los d¨ªas faltan uno u otro. Hay jab¨®n, pero no hay agua. Hay guantes, pero no tapabocas. La Encuesta Nacional de Hospitales encontr¨® en 2019 que en el 78% de los establecimientos tuvo fallas en el suministro de agua. En algunos falta de todo. ¡°El ausentismo laboral ha sido grande estos d¨ªas. Hay miedo, hay quienes est¨¢n reutilizando los tapabocas y tambi¨¦n muchas dificultades para llegar a los centros de salud, porque adem¨¢s en los transportes tambi¨¦n deben usar el tapabocas¡±, dice Mauro Zambrano, delegado en el Hospital Universitario de Caracas.
Gustavo Villasmil es miembro de la comisi¨®n de expertos que nombr¨® Juan Guaid¨® para atender la epidemia. Como m¨¦dico, asegura que las medidas tomadas por Maduro han sido acertadas, pero asegura que el tiempo que se est¨¢ ganando con el distanciamiento social, que deber¨ªa ralentizar los contagios, debe emplearse en las dos puntas de la cadena sanitaria: la de los ambulatorios y centros peque?os que puedan atender los casos leves, que est¨¢ totalmente desmantelada, y en los grandes centros adecuando y ampliando la ¨ªnfima infraestructura de terapia intensiva del pa¨ªs, donde no se llega a 100 camas con respiradores mec¨¢nicos.
¡°Se necesitan monitores y ventiladores mec¨¢nicos, el equipo de protecci¨®n para el personal de salud, pues la tasa de contagio entre m¨¦dicos en China fue tres o cuatro veces m¨¢s que la de la poblaci¨®n. Es la hora de las mascarillas, de los guantes, de los visores, de los ventiladores para cuando llegue el momento cumbre de la ola epid¨¦mica no nos golpee tan fuerte¡±.
A la espera de pruebas
Desde 13 de marzo, cuando se inform¨® de los primeros contagios, el crecimiento de casos en Venezuela ha sido casi exponencial. El martes, sin embargo, hubo una ca¨ªda abrupta y el mi¨¦rcoles no se registraron, seg¨²n lo anunciado por los voceros del Gobierno. Venezuela inici¨® su ciclo con el coronavirus con 300 tests que entreg¨® la Organizaci¨®n Panamericana de la Salud, agotados en los primeros d¨ªas.
La poca capacidad de hacer todas las pruebas, que ha sido clave en otros pa¨ªses para controlar la epidemia, ha dificultado tener una mirada clara del avance del virus en Venezuela, as¨ª como tambi¨¦n la escueta informaci¨®n que han dado las autoridades, que no informa con regularidad ubicaci¨®n, modos de contagio, edades y sexo de los casos.
Este jueves se volvieron a sumar casos y el n¨²mero lleg¨® a 42. El anuncio lo hicieron durante la recepci¨®n de 4.000 kits de diagn¨®stico que envi¨® China y que, seg¨²n el ministro de Informaci¨®n Jorge Rodr¨ªguez, permitir¨¢n hacer 320.000 pruebas. Maduro tambi¨¦n pidi¨® m¨¢s pruebas e insumos m¨¦dicos a la OMS para enfrentar la epidemia, luego de que el Fondo Monetario Internacional negara el financiamiento de 5.000 millones que pidi¨® para la emergencia, dejando atr¨¢s todas las cr¨ªticas que el chavismo ha hecho al organismo, al punto de haber cerrado su oficina en el pa¨ªs en 2005.
Desde 2017 la informaci¨®n epidemiol¨®gica de Venezuela no es p¨²blica y los m¨¦dicos y la poblaci¨®n navegan a ciegas sobre el avance de enfermedades de notificaci¨®n obligatoria. A la censura de esta informaci¨®n se suma el hostigamiento a periodistas por parte de polic¨ªas y autoridades durante la cobertura de la crisis y el bloqueo hecho a una web que lanz¨® esta semana el equipo de la Asamblea Nacional para divulgar informaci¨®n sobre el virus, una muestra de que el conflicto pol¨ªtico en el pa¨ªs no tom¨® cuarentena.
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