La carrera por anticipar el mundo de ma?ana
En plena crisis, se libra un pulso por entender el futuro e influir en ¨¦l. Algunos expertos dudan de un cambio radical
La carrera de las predicciones ha comenzado. Desde hace semanas, Gobiernos, instituciones internacionales, economistas, laboratorios de ideas y gur¨²s se han embarcado en una competici¨®n por explicar cuanto antes el mundo de ma?ana.
Nadie sabe todav¨ªa c¨®mo terminar¨¢ esta fase de la crisis de la covid-19, la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2 que en cuatro meses se ha extendido desde China al resto del planeta, ha matado a m¨¢s de 155.000 personas y ha confinado a la m...
La carrera de las predicciones ha comenzado. Desde hace semanas, Gobiernos, instituciones internacionales, economistas, laboratorios de ideas y gur¨²s se han embarcado en una competici¨®n por explicar cuanto antes el mundo de ma?ana.
Nadie sabe todav¨ªa c¨®mo terminar¨¢ esta fase de la crisis de la covid-19, la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2 que en cuatro meses se ha extendido desde China al resto del planeta, ha matado a m¨¢s de 155.000 personas y ha confinado a la mitad de la humanidad. No est¨¢ claro c¨®mo ser¨¢ la salida del confinamiento, ni cu¨¢ndo una vacuna garantizar¨¢ el regreso a la normalidad. Nadie est¨¢ seguro de cu¨¢l ser¨¢ la normalidad dentro de unos meses. Pero el instinto humano de ir un paso adelante ¡ªy la necesidad pr¨¢ctica de prepararse para el nuevo mundo y de influir en ¨¦l¡ª es el motor que lleva a una sobreproducci¨®n de documentos para aclararse en la tormenta.
¡°Es precisamente cuando las cosas son complicadas y est¨¢n en movimiento cuando es ¨²til hacer previsiones para ver m¨¢s claro¡±, dice Bruno Tertrais, director adjunto de la Fondation pour la Recherche Strat¨¦gique en Par¨ªs, autor de El a?o de la rata. Consecuencias estrat¨¦gicas de la crisis del coronavirus, un informe claro y conciso sobre lo que se avecina.
Hay dos bandos en la fiebre prospectiva. Primero, el de quienes creen que ¡°ya nada ser¨¢ igual¡±, ¡°habitaremos un mundo distinto¡±, ¡°es el fin del capitalismo y de la globalizaci¨®n¡±. ¡°Es una conmoci¨®n antropol¨®gica profunda. Hemos detenido medio planeta para salvar vidas: no hay precedentes en nuestra historia¡±, ha declarado el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron.
El segundo bando es el de los cautos. Son quienes, mirando a la historia, desconf¨ªan de las fechas que todo lo transforman. Y quienes sostienen que el coronavirus, m¨¢s que marcar un corte en la historia, acentuar¨¢ tendencias en marcha. O quienes incluso advierten de la posibilidad de un retorno a lo de siempre, el business as usual, ¡°la vida normal¡±, como dice Donald Trump.
Tertrais esboza varias tendencias: un retroceso de la mundializaci¨®n; un declive de l¨ªderes populistas acompa?ado del ¨¦xito parad¨®jico de las ideas del soberanismo y la defensa de las fronteras; el retorno del Estado protector; el auge de las sociedades de la vigilancia; el riesgo de acciones oportunistas por parte de Estados y organizaciones: la tentaci¨®n de pescar en r¨ªo revuelto. La ¨²ltima tendencia, a contracorriente de una predicci¨®n muy extendida, es que ninguna potencia ¡ªtampoco China¡ª saldr¨¢ reforzada.
Tertrais describe el coronavirus como una ¡°sorpresa estrat¨¦gica¡± comparable a la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn en 1989 o la crisis financiera de 2008. No todas las ¡°sorpresas estrat¨¦gicas¡± provocan las consecuencias esperadas: en 2001, tras los atentados contra las Torres Gemelas y el Pent¨¢gono, un columnista de The New York Times pronostic¨® la Tercera Guerra Mundial. En 2008, el presidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy crey¨® llegado el momento de la ¡°refundaci¨®n del capitalismo¡±. La hora actual se parece quiz¨¢s a la ca¨ªda del Muro: un acontecimiento que entraba dentro del espectro de lo posible, aunque nadie lo previ¨® entonces; y un mundo a ciegas durante meses. Todo pod¨ªa salir muy bien, o muy mal. ¡°Nadie sab¨ªa lo que iba a ocurrir¡±, recordaba hace unos meses el historiador Pierre Grosser. ¡°Pens¨¢bamos que la Uni¨®n Sovi¨¦tica iba a implosionar, pero no sab¨ªamos si ser¨ªa muy peligroso¡±.
Nathalie Tocci, directora del Istituto Affari Internazionali en Roma, habla de un posible ¡°momento Suez¡± para Estados Unidos en alusi¨®n a la crisis del canal de Suez en 1956 que precipit¨® el fin del Reino Unido como potencia mundial. ¡°No es que China vaya a ser el nuevo imperio, pero es un momento en el que la potencia global de China se consolida. Tendr¨¢ un poder de atracci¨®n, un soft power o poder blando, que no se ejercita de manera coercitiva¡±, dice.
En el informe El orden internacional y el proyecto europeo en tiempos de la covid-19, Tocci dibuja dos escenarios: uno de cierre ¡ªnacionalismo, proteccionismo, rivalidad entre potencias e influencia china¡ª y otro de apertura que podr¨ªa conducir a una mayor cooperaci¨®n global. ¡°Si me pregunta cu¨¢l de estas dos din¨¢micas es m¨¢s fuerte, no lo s¨¦¡±, apunta Tocci. ¡°Pero s¨¦ que hay algo que marcar¨¢ la diferencia: el liderazgo. Y hoy el liderazgo pr¨¢cticamente no existe. Sin liderazgo, temo que vayamos m¨¢s en la direcci¨®n de la competici¨®n que de la cooperaci¨®n¡±.
¡°No sabemos qu¨¦ suceder¨¢, pero vale la pena pensar en ello. Mucho depender¨¢ de c¨®mo salimos y con qu¨¦ da?os¡±, dice Gregory Treverton, exdirector del Consejo Nacional de Inteligencia, la c¨¦lula prospectiva de la inteligencia de Estados Unidos. Su trabajo consist¨ªa en imaginar escenarios. Y uno de los que imagin¨® fue el de una pandemia en 2023. ¡°Si se mira lo que ya ocurr¨ªa antes de la crisis, hab¨ªa un aumento del nacionalismo, de proteccionismo, de la tensi¨®n entre EE UU y China, de la desconexi¨®n entre la gente y los Gobiernos¡±, reflexiona. ¡°La pregunta es c¨®mo afecta la covid-19 a esto. La respuesta es que, a corto plazo, lo exacerbar¨¢¡±.
Warren Hatch, presidente de la empresa de pron¨®sticos Good Judgment, considera que una previsi¨®n geopol¨ªtica ¡ªsobre el ascenso de China y el declive de Estados Unidos¡ª deber¨ªa acotarse y desgranarse en preguntas concretas y verificables: sobre la evoluci¨®n del PIB chino o la contribuci¨®n de este pa¨ªs a las organizaciones internacionales.
A la pregunta sobre si esta crisis lo cambia todo, Hatch responde: ¡°Mucho de lo que sol¨ªamos hacer y que ahora parece inimaginable, como ir a eventos deportivos, creo que lo haremos de nuevo: inventaremos algo. Por otro lado, hay cosas que ya estaban cambiando y se acelerar¨¢n: la idea de trabajar desde casa, por ejemplo, o ver al m¨¦dico desde el domicilio por Internet¡±.
Entre todas las previsiones que circulan sobre el mundo que saldr¨¢ de esta crisis del coronavirus, hay una que puede avanzarse sin miedo al error: ser¨¢ un mundo obsesionado por las pandemias. Tras los atentados de 2001, el terrorismo se convirti¨® en el centro de gravedad, que no dej¨® ver otras amenazas.
Podr¨ªa ocurrir ahora lo mismo, con las pandemias en el lugar del terrorismo. ¡°En efecto, existe el riesgo¡±, dice Tertrais, ¡°de que en los pr¨®ximos cinco a?os la pandemia sea considerada como el riesgo n¨²mero uno y que los otros se vean menos¡±.
Entre las amenazas, se cita el cambio clim¨¢tico. O m¨¢s pandemias. ¡°Esto es un ensayo general¡±, dice Treverton. ¡°Imagine una pandemia tan letal como el ¨¦bola y tan transmisible como la covid-19. No veo otra amenaza semejante¡±.
Una ¡°competici¨®n ¨¢spera¡±, seg¨²n la visi¨®n francesa
"El mundo posterior a las crisis se prepara durante la crisis, y no al final¡±, afirma un informe del Centro de An¨¢lisis, previsi¨®n y estrategia (CAPS) del Quai d¡¯Orsay, una especie de laboratorio de ideas interno del Ministerio de Exteriores franc¨¦s.
El informe, revelado a finales de marzo por el diario 'Le Monde', no fija la pol¨ªtica oficial francesa, sino que apunta l¨ªneas de reflexi¨®n estrat¨¦gica ante la ¡°competici¨®n ¨¢spera¡± que se anuncia. El punto de partida es que el d¨ªa despu¨¦s ser¨¢ convulso y que los proleg¨®menos se juegan en estos momentos.
Las amenazas son m¨²ltiples: desde la estabilidad pol¨ªtica a la paz social. El informe alerta sobre ¡°el relato chino¡±: el posible atractivo futuro de su modelo, reforzado por la propaganda. Por eso, es necesario ¡°no solo desarrollar un contrarrelato sino poder apoyarse en un balance elocuente y poner en evidencia las diferencias de m¨¦todo¡±. Y a?ade: ¡°Porque, a fin de cuentas, ¡®la historia la escriben los vencedores¡±. Los vac¨ªos de poder y el aprovechamiento que puedan hacer potencias como China o Rusia puede conducir a ¡°una aceleraci¨®n de la redistribuci¨®n de las cartas¡±.
Los autores no tercian en el debate sobre si estamos ante un giro radical o un retorno a las inercias del pasado. ¡°Una crisis de tal magnitud siempre es la ocasi¨®n para reorientaciones profundas¡±, se lee. ¡°Pero no implica mec¨¢nicamente ninguna de estas reorientaciones. Al final es la pol¨ªtica la que las impone, o la que no est¨¢ a la altura de la ocasi¨®n¡±.