El nuevo tel¨®n de acero pasa por Italia
El secretario de Defensa estadounidense advierte a Roma de la propaganda que esconden las ayudas de Pek¨ªn y Mosc¨²
El 25 de marzo un convoy de camiones y todoterrenos del ej¨¦rcito ruso entr¨® a B¨¦rgamo (Lombard¨ªa) por la frontera con Austria. Transportaba militares, material sanitario y 104 enfermeras y m¨¦dicos que todav¨ªa siguen en Italia. La imagen, con la bandera rusa ondeando en primer plano, debi¨® de llegar en pocos segundos a Washington, como lo hab¨ªa hecho d¨ªas antes la de los aviones chinos con toneladas de ayuda. Italia se desangraba en plena pandemia de la covid-19, pero sus aliados miraban hacia otro lado. Pek¨ªn y Mosc¨², dos potencias que han tejido una s¨®lida relaci¨®n con Italia desde que un vendaval populista lleg¨®, aprovecharon ese flanco. Pero EE UU se ha hartado.
El secretario de Defensa norteamericano, Mark Esper, advirti¨® directamente a Italia el pasado lunes sobre su peligrosa promiscuidad con Rusia y China. ¡°Pek¨ªn y Mosc¨² explotan el virus para tener m¨¢s poder en Italia¡±, lanz¨® en una entrevista con el peri¨®dico La Stampa. La incomodidad no es nueva. Surgi¨® ya con la cercan¨ªa de Matteo Salvini con Rusia cuando fue viceprimer ministro italiano. Al l¨ªder de la Liga le cost¨® m¨¢s de una advertencia diplom¨¢tica. Pero no se hab¨ªa escuchado hasta ahora aviso tan claro.
El Pentagono ha asignado a la naviera estatal italiana un contrato de 5.000 millones
Italia no puede permitirse ahora ser un caballo de Troya. Y el primer ministro, Giuseppe Conte, respondi¨® a las palabras de Esper asegurando que su pa¨ªs ¡°no ha cambiado de aliados¡±. ¡°Recibimos ayuda de muchos pa¨ªses. Entre ellos tambi¨¦n estaban China y Rusia. Las hemos gestionado con total transparencia hacia nuestra opini¨®n p¨²blica y nuestros aliados¡±.
Lo mismo ha hecho durante toda la semana el ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, en distintas entrevistas. En su ministerio consideran que el aviso desde Washington es fruto de la guerra tecnol¨®gica que mantiene EE UU con China y que no responde a la realidad. Italia ha recibido ayuda de 60 pa¨ªses y no ve motivo para focalizar el problema en solo dos Estados. De puertas para adentro, se considera el tema ¡°delicado¡± y se trata con extremo cuidado.
En el Gobierno italiano conviven dos almas (al menos) con distintas visiones sobre esta cuesti¨®n. Di Maio siempre ha estado m¨¢s cerca de China y durante su periodo como vicepresidente del Gobierno pilot¨® el acuerdo sobre la Ruta de la Seda (el primero de los pa¨ªses del G7), dirigiendo la escenificaci¨®n de aquellos lazos con la sonada visita de Xi Jinping. Un teatro pol¨ªtico que ya le cost¨® la reprimenda de algunos socios de la UE. En las filas del PD (Partido Democr¨¢tico), con el ministro de Defensa, Lorenzo Guerini, a la cabeza, la posici¨®n es muy distinta y se observa con mayor recelo. Lo mismo que sucede en el palacio del Quirinal, donde el presidente de la Rep¨²blica, Sergio Mattarella, encarna a¨²n la identidad de un pa¨ªs con enormes lazos al otro lado del Atl¨¢ntico.
La estrategia de EE UU tiene algo de palo y zanahoria. La advertencia de Esper llega solo cuatro d¨ªas despu¨¦s de que el Pent¨¢gono adjudicase a Fincantieri, la naviera p¨²blica italiana, un contrato de 5.580 millones de d¨®lares (unos 5.160 millones de euros) para la construcci¨®n de 10 fragatas de guerra. La primera, un lanzamisiles, dejar¨¢ ya 795 millones de d¨®lares. El contrato ¡ªtambi¨¦n concursaba la espa?ola Navantia¡ª ha sido asignado a la filial americana de Fincantieri, que fue rescatada en 2009 por la empresa italiana y que permiti¨® conservar 3.000 puestos de trabajo y tres f¨¢bricas en Illinois y Wisconsin. ¡°Es solo una confirmaci¨®n de las buenas relaciones que tenemos¡±, se?alan fuentes del Gobierno. Pero si el apoyo de Rusia y China formaba parte de una estrategia propagand¨ªstica, como sostiene Esper, podr¨ªa decirse que ha sido m¨¢s fruct¨ªfera.
Los italianos pierden confianza hacia los tradicionales aliados y desplazan el eje hacia el Este. Una encuesta reciente de SWG revel¨® que China es el pa¨ªs m¨¢s amigo para un 52% de los ciudadanos, con un incre¨ªble aumento del 42% en solo un a?o. Le sigue Rusia, con un 32% y EE UU con un 17%. A la pregunta sobre con qui¨¦n debe aliarse Italia en el futuro, el 36% responde que debe hacerlo con China y solo el 30% se?ala que deber¨ªa ser con EE UU. El coronavirus ha vuelto a convertir a Italia, primer pa¨ªs donde se detectaron casos de transmisi¨®n local en Europa, en la frontera entre dos mundos en conflicto. Una plaza apetecible donde librar una batalla internacional.
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