John Magufuli, el Bolsonaro de ?frica
El pol¨¦mico y autoritario l¨ªder tanzano abandera en ?frica la negaci¨®n de la pandemia e insta a sus ciudadanos a seguir trabajando
Un pu?ado de l¨ªderes pol¨ªticos en el mundo, con Donald Trump y Jair Bolsonaro a la cabeza, negaron el impacto del coronavirus y se resistieron a adoptar medidas, aunque conforme sus pa¨ªses se fueron viendo afectados matizaron su discurso y acciones. En ?frica emerge la figura de John Magufuli, el pol¨¦mico presidente de Tanzania, quien apenas da informaci¨®n sobre casos positivos y fallecidos, apela a dios y a ba?os de hierbas para combatir la enfermedad, se resiste a cualquier medida de c...
Un pu?ado de l¨ªderes pol¨ªticos en el mundo, con Donald Trump y Jair Bolsonaro a la cabeza, negaron el impacto del coronavirus y se resistieron a adoptar medidas, aunque conforme sus pa¨ªses se fueron viendo afectados matizaron su discurso y acciones. En ?frica emerge la figura de John Magufuli, el pol¨¦mico presidente de Tanzania, quien apenas da informaci¨®n sobre casos positivos y fallecidos, apela a dios y a ba?os de hierbas para combatir la enfermedad, se resiste a cualquier medida de confinamiento y, hace unos d¨ªas, asegur¨® que hab¨ªa enviado muestras de una papaya y una cabra para ser analizadas y que dieron positivo, en un nuevo intento de arrojar dudas sobre la covid-19 y su verdadero impacto.
Cuando John Magufuli, de 60 a?os, fue designado candidato a las elecciones de 2015 en Tanzania, un pa¨ªs de ?frica oriental de 55 millones de habitantes, muchos se llevaron una sorpresa. El profesor de Matem¨¢ticas que se doctor¨® en Qu¨ªmicas en la Universidad de Dar es Salam y que hab¨ªa llegado a ser ministro de Obras P¨²blicas no se codeaba con las altas esferas del partido gubernamental. Trabajo, trabajo y trabajo. Esa era la premisa de este ferviente cat¨®lico que se labr¨® fama de incorruptible y se gan¨® el apodo de Tingatinga, bulldozer en suajilii, mientras llenaba su pa¨ªs de carreteras y otras infraestructuras.
El primer d¨ªa en el cargo, Magufuli ya dej¨® claro que no iba a ser un presidente al uso: se present¨® por sorpresa en el Ministerio de Finanzas para comprobar que todo el mundo estaba en su puesto de trabajo. Ha hecho bandera de la lucha contra el absentismo laboral, la corrupci¨®n y el despilfarro de dinero p¨²blico. Prohibi¨® los viajes al extranjero de los altos cargos del Gobierno que no estuvieran debidamente justificados y convirti¨® la celebraci¨®n anual de la Independencia en un d¨ªa de limpieza nacional. Su foto recogiendo basura con sus propias manos en los exteriores del palacio presidencial, manejada como una estrategia de mercadotecnia, dio la vuelta al mundo.
Sin embargo, las sombras de la deriva autoritaria no tardaron en aparecer. El Bulldozer detesta las cr¨ªticas y su r¨¦gimen, por acci¨®n u omisi¨®n, se convirti¨® en azote de toda voz disidente y de la prensa libre. ¡°Diputados de la oposici¨®n considerados como cr¨ªticos con el r¨¦gimen han sido el objetivo de actos de acoso e intimidaci¨®n y algunos han sido detenidos (¡). La libertad de prensa se ha deteriorado notablemente¡±, asegura el ¨²ltimo informe de Amnist¨ªa Internacional. Tres peri¨®dicos, seis cadenas de televisi¨®n y 21 emisoras de radio han sido cerradas por decreto y dirigentes pol¨ªticos detenidos y juzgados por un delito de incitaci¨®n al odio. El periodista Azory Gwanda desapareci¨® en 2017 cuando investigaba una serie de asesinatos en su comunidad y un l¨ªder opositor fue tiroteado sin que haya habido una investigaci¨®n concluyente.
Ahora la crisis del coronavirus ha puesto a Tanzania en la mirilla del mundo. Tras asegurar que las cifras en su pa¨ªs no eran reales y acusar de las mismas a un ¡°sabotaje imperialista¡±, el presidente ha ordenado que no se faciliten datos diarios para evitar que se extienda el miedo. Hasta este lunes, Tanzania ha declarado 509 casos y 18 fallecidos, pero la ¨²ltima actualizaci¨®n es de hace cinco d¨ªas. Al mismo tiempo, el incremento en la capacidad de hacer test en el continente africano y la expansi¨®n de la pandemia han elevado los positivos en toda ?frica a unos 62.000, 20.000 en los ¨²ltimos diez d¨ªas, y m¨¢s de 2.000 fallecidos.
Despu¨¦s de pedir a los tanzanos que rezaran para combatir el virus porque la enfermedad ¡°no puede sobrevivir en el cuerpo de Cristo¡±, Magufuli ha decidido pasar a la acci¨®n. A finales de abril envi¨® muestras de cabras, ovejas, papayas, aceite de coche, un conejo y de un p¨¢jaro llamado kware al laboratorio encargado de los an¨¢lisis de coronavirus en Tanzania, asegurando que se trataba de personas con s¨ªntomas. ¡°Los resultados de la papaya dieron positivo, los del kware y la cabra tambi¨¦n (¡) ?Significa eso que todas las papayas y las cabras deben ser aisladas? Alguien est¨¢ haciendo juego sucio. Aconsejo a los tanzanos que no se preocupen, la gripe siempre ha estado ah¨ª y esto es solo un paso m¨¢s¡±, asegur¨® el presidente.
Un d¨ªa m¨¢s tarde, el director y el responsable de control de calidad del laboratorio fueron destituidos al mismo tiempo que se abr¨ªa una investigaci¨®n. Posteriormente, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) neg¨® que las pruebas estuvieran fallando, mientras que John Nkengasong, director de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) en ?frica, asegur¨® que los test que se usan en Tanzania son los mismos que para el resto del continente y dud¨® de la versi¨®n de Magufuli.
Desde que apareciera el primer caso de coronavirus en Tanzania el pasado 17 de marzo, el Gobierno se ha resistido a adoptar medidas dr¨¢sticas. Los colegios y las universidades han cerrado, pero los comercios, los mercados, las mezquitas y las iglesias siguen abiertos y los medios de transporte funcionan con normalidad. El propio presidente anima a los ciudadanos a seguir trabajando, aunque adoptando las medidas de protecci¨®n personal fijadas por el Gobierno. Muchos ciudadanos intentan quedarse en casa, pero la mayor¨ªa vive al d¨ªa y tienen que salir a buscar su sustento cotidiano. En los pr¨®ximos d¨ªas est¨¢ previsto que empiece a comercializarse una pol¨¦mica tisana embotellada a base de artemisa, llamada Covid-Organics, creada por un centro de investigaci¨®n malgache que ya ha sido distribuida a una decena de pa¨ªses.
La oposici¨®n acusa a Magufuli de negar la evidencia. En una entrevista televisada, Freeman Mbowe, l¨ªder del principal grupo opositor Chadema, se mostr¨® tajante: ¡°Vemos gente muriendo y sus entierros son supervisados por el Gobierno bajo medidas estrictas, pero no nos informan si esas personas murieron por el coronavirus. Necesitamos transparencia y verdad¡±. Este partido ha pedido a sus diputados que no acudan al Parlamento despu¨¦s del fallecimiento de tres congresistas en el plazo de 11 d¨ªas. ¡°Desgraciadamente nos seguimos enterando de la muerte de diputados y otros tanzanos por la covid-19¡±, apunt¨® Mbowe en un comunicado tras la repentina muerte del ministro de Asuntos Constitucionales, Augustine Mahiga, de 74 a?os, sin que el Gobierno diera m¨¢s explicaciones sobre la causa del ¨®bito.
John Magufuli sabe que su gesti¨®n de la crisis del coronavirus ser¨¢ juzgada en las pr¨®ximas elecciones presidenciales de octubre. Si los casos siguen aumentando a¨²n est¨¢ a tiempo de dar un giro a sus pol¨ªticas, aunque muchos expertos creen que no tiene nada que temer. ¡°Hay analistas que consideran que la robusta econom¨ªa tanzana, impulsada por el enorme gasto del Gobierno en infraestructuras y por la exportaci¨®n de minerales, ayudar¨¢ a Magufuli a ganar otra vez. Adem¨¢s, recuerdan que el partido gobernante Chama Cha Mapinduzi nunca ha perdido¡±, asegura en su ¨²ltimo art¨ªculo sobre Tanzania Peter Fabricius, miembro del Instituto para Estudios de Seguridad.