La ¡°devastaci¨®n total¡± de la econom¨ªa de Las Vegas
La ciudad de los casinos, cuya actividad est¨¢ completamente ligada al turismo, se queda en dos meses paralizada y sin perspectivas de recuperaci¨®n por el coronavirus
En la capilla de bodas r¨¢pidas Viva Las Vegas siempre habr¨¢ un Elvis. Que vuelva a haber bodas, est¨¢ por ver. El due?o, Ron Decar, ha visto desaparecer el negocio de un d¨ªa para otro. No decaer, desaparecer. En los ¨²ltimos dos meses de cierre por el coronavirus ha perdido 600 bodas. El pasado mi¨¦rcoles, Decar mostraba las modificaciones que ha hecho en este establecimiento cl¨¢sico de Las Vegas. Tiene la intenci¨®n de reabrir el d¨ªa 15, de acuerdo con las fases de desescalada de la cuarentena en el Estado de Nevada. Ha puesto pegatinas en el suelo para medir la distancia entre los invitados. Se sentar¨¢n separados dos metros en los bancos de la capilla. Habr¨¢ gel desinfectante. Decar se seguir¨¢ vistiendo de Elvis, pero con mascarilla. ¡°Nosotros estamos en el negocio de juntar a la gente, no de separarla¡±, se lamentaba.
El concepto de normalidad en Las Vegas ya era discutible antes de la pandemia. Normal, no es. Pero la imagen de estos d¨ªas roza lo surrealista. Todos los casinos de la ciudad est¨¢n cerrados por orden del Estado. Los pocos hoteles que funcionan no tienen servicios y operan al 5% de su capacidad. La comida solo se sirve a domicilio. El aeropuerto est¨¢ desierto. En el famoso Strip, la calle de los hoteles y casinos, familias de residentes pasean en bicicleta con los ni?os por mitad de la calzada. Los adolescentes hacen carreras en monopat¨ªn entre los casinos. No hay m¨²sica, ni fuentes, ni nada que anunciar. Es como si alguien hubiera dejado abandonado un enorme decorado, vac¨ªo y silencioso en medio del desierto.
Detr¨¢s de ese decorado se est¨¢ gestando una cat¨¢strofe econ¨®mica y, posiblemente, humana. La regi¨®n de Las Vegas tiene dos de los tres millones de habitantes de Nevada. El Strip de Las Vegas es el coraz¨®n econ¨®mico del Estado. La autoridad de turismo de la ciudad calcula que 368.000 empleos (el 37%) dependen del turismo. Las Vegas tiene 150.000 camas de hotel (m¨¢s que Nueva York) con una media de ocupaci¨®n del 90%. El turismo gener¨® 57.600 millones de d¨®lares en 2018, el 51% del PIB del sur de Nevada.
La ciudad entera depende de actividades que est¨¢n paralizadas y, adem¨¢s, no van a volver en un futuro cercano: hoteles, restaurantes, juego y espect¨¢culos. Lo que en otros lugares es una parte de la econom¨ªa, en Las Vegas es la econom¨ªa, sin m¨¢s. Alan Feldman, exejecutivo de MGM y experto en Juego Internacional de la Universidad de Nevada, lo califica de ¡°devastaci¨®n total¡±. ¡°Es un cierre completo. Trato de cuidar las palabras porque me empiezan a faltar. ¡®Sin precedentes¡¯ ya no vale. Es una destrucci¨®n competa de todo¡±.
En el caso de la capilla Viva Las Vegas, depende en un 29% del turismo internacional para sobrevivir. Sobre todo de Espa?a. ¡°Yo he casado a Alaska y Mario, vestido de Elvis, dos veces¡±, afirma Decar. La pareja de celebrities espa?olas se cas¨® en esta capilla para su programa de televisi¨®n y desde entonces es un destino muy popular. Alaska y Mario aparecen en el luminoso de la calle. ¡°Este verano no van a venir espa?oles¡±, se lamenta. Ni europeos en general. Ha recibido una ayuda federal de 10.000 d¨®lares, pero es consciente de que es un parche. ¡°El dinero no va a quitar a la gente el miedo a viajar¡±.
Las cifras de desempleo en EE UU son pavorosas. Esta semana ha llegado al 14,7%. Las Vegas envidia esa cifra. El paro en Nevada ha pasado del 4% al 22% entre febrero y mayo. El 80% de las bajas son en la regi¨®n de Las Vegas. Nadie se libra de la situaci¨®n. Una portavoz de Caesars Entertainment detalla que el 90% de su plantilla se ha ido a casa. ¡°No estamos generando ingresos¡±, afirma. Caesars es un gigante del turismo, due?o de Caesar¡¯s Palace y el hotel Paris, entre otros. De los 60.000 empleados afiliados al sindicato de hosteler¨ªa de Las Vegas, la Uni¨®n Culinaria, el 98% est¨¢ sin trabajo, afirma su portavoz, Bethany Khan. Algunas grandes marcas, como Wynn, han aceptado pagar las bajas, pero la mayor¨ªa no.
Molestina Rivera, inmigrante dominicana de 57 a?os, trabaja arreglando habitaciones en el hotel Bellagio a 20 d¨®lares la hora. La mandaron a casa el 16 de marzo con dos semanas de paga. No tiene ahorros y no ha recibido ning¨²n ingreso desde entonces. ¡°La oficina de desempleo de Las Vegas no contesta el tel¨¦fono¡±, se queja. Todos sus compa?eros est¨¢n igual. ¡°He dejado de pagar la renta y el carro. Solo pago la luz y el agua, lo primordial para vivir¡±. Rivera est¨¢ deseando volver a trabajar, pero por otra parte teme estar en primera fila de los contagios. ¡°Viene gente de todo el mundo. Nosotros estamos m¨¢s en peligro porque estamos todo el d¨ªa en las habitaciones, tocamos las almohadas y las s¨¢banas, hablamos con los clientes¡±. La Uni¨®n Culinaria ha pedido a todos los hoteles que primen la seguridad antes de reabrir.
Rivera ha empezado a ir a por comida al banco de alimentos del sindicato. Las colas de gente como ella empiezan a verse por todo Las Vegas. Los tres casinos de la cadena Station se han convertido en centros de reparto de comida mientras est¨¢n cerrados. Larry Scott, director ejecutivo de la ONG Three Square, que organiza estos repartos de comida, cuenta que en los primeros d¨ªas del cierre asumieron ¡°cientos de toneladas¡± de comida perecedera de los casinos. Despu¨¦s, la no perecedera. ¡°Ahora ya no recibimos nada de ellos¡±. Sigue habiendo comida gracias a donaciones, por ahora. Three Square reparte m¨¢s de 500 toneladas de comida a la semana.
¡°El principal cambio que hemos visto es en las marcas de los coches que hacen cola para recoger comida¡±, dice Scott. ¡°Eso te dice que todas las clases sociales est¨¢n afectadas¡±. Seg¨²n Scott, hay un 12% de personas con dificultades para encontrar comida en Nevada. ¡°Los an¨¢lisis dicen que puede subir a un 14%. Lo que vamos a ver son muchos meses en los que los trabajadores pobres van a caer en la pobreza severa¡±.
En el refugio de Las Vegas Rescue Mission se junta cada d¨ªa la cara m¨¢s miserable de Las Vegas, personas sin hogar cr¨®nicas, para recibir comida y cama. Heather Enge, directora ejecutiva de la organizaci¨®n, cuenta que dan 1.000 comidas al d¨ªa. Vieron subir los n¨²meros en marzo, pero en abril bajaron, porque la gente empez¨® a recibir las ayudas federales. ¡°En un par de semanas los n¨²meros volver¨¢n a subir¡±, pronostica. ¡°Si somos honestos, ninguno de nosotros estamos a m¨¢s de un par de pagas de una vida diferente¡±. Eso es lo que lleva Las Vegas sin ingresos, dos meses.
Recuperar la actividad econ¨®mica en Las Vegas pasa por una condici¨®n ineludible: recuperar el juego. No se puede levantar el resto de la econom¨ªa sin ese pilar. ¡°El juego es entre el 30% y el 40% del negocio del Strip¡±, afirma el exejecutivo de MGM Alan Feldman. ¡°Los buenos hoteles y los espect¨¢culos en directo existen por el juego. Nadie m¨¢s se puede permitir montar producciones as¨ª¡±. ?C¨®mo se juega sin tocar las cartas, o las fichas, o los dados, o sentado a metros de distancia, o sin poder ver la cara a los dem¨¢s jugadores? Toda la econom¨ªa de la ciudad descansa sobre una actividad aparentemente incompatible con el distanciamiento f¨ªsico. El hotel casino Wynn ha sido el primero en publicar un protocolo sobre c¨®mo piensa reabrir. Se desinfectar¨¢n las fichas y las tragaperras. Se quitar¨¢n asientos. Habr¨¢ gel desinfectante en las mesas, los hu¨¦spedes llevar¨¢n mascarilla¡
Pero una timba de p¨®ker con mascarillas y desinfectante sobre la mesa es, como poco, anticinematogr¨¢fico. La realidad es que ¡°el concepto normal ya no existe¡±, afirma Feldman. ¡°Los casinos tendr¨¢n que pensar hasta qu¨¦ punto se puede usar la tecnolog¨ªa, para jugar por v¨ªdeo con un dealer, por ejemplo¡±. Feldman cree que hay que empezar a ¡°ser creativos¡± e imaginarse ese futuro para el negocio. ¡°Tambi¨¦n hab¨ªa quien pensaba que los lectores de peri¨®dicos jam¨¢s renunciar¨ªan a la experiencia del papel¡±, razona Feldman. ¡°Tenemos que hacer 20 a?os de innovaci¨®n en los pr¨®ximos 2 a?os¡±.
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