La represi¨®n de una protesta contra la cuarentena aumenta la tensi¨®n en Bolivia
Los manifestantes se quejan de la falta de ayudas gubernamentales y se oponen a la postergaci¨®n de la cuarentena obligatoria
Por primera vez desde el inicio de la cuarentena en Bolivia, las fuerzas policiales recurrieron a gases lacrim¨®genos para reprimir un bloqueo de calles en la populosa Zona Sur de la ciudad de Cochabamba. El lunes por la noche se produjo un enfrentamiento de varias horas entre polic¨ªas y vecinos que protestaban contra la postergaci¨®n de la "cuarentena estricta¡± hasta el 31 de mayo. Al d¨ªa siguiente, los manifestantes volvieron a las calles porque ¡°no tienen qu¨¦ comer¡±, sus reservas de dinero y alimentos se agotaron y muchos no han recibido ayudas gubernamentales.
Arturo Murillo, ministro de Gobierno encargado de la pol¨ªtica de seguridad y hombre fuerte del gabinete interino de Jeanine A?ez, escribi¨® una carta al expresidente Evo Morales para acusarlo de estar detr¨¢s del ¡°llamado a crear violencia pol¨ªtica en Bolivia¡±. La carta tambi¨¦n dice que para Morales y para el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) a las elecciones suspendidas por la crisis, Luis Arce, ¡°las prioridades no son la salud ni la econom¨ªa de las familias¡±, sino ¡°recuperar el poder y defender el negocio de la coca en el Chapare". El ministro les escribe que tendr¨¢n que esperar a que acabe la lucha contra la pandemia y haya elecciones. Murillo pretende hacer llegar esta carta a Morales a trav¨¦s de Arce. En el MAS se calific¨® su iniciativa como un ¡°show¡± para distraer la atenci¨®n p¨²blica de los problemas sociales y como ¡°la continuaci¨®n de la pol¨ªtica gubernamental de criminalizaci¨®n¡± de este partido y de la protesta popular.
El 7 de mayo, el Gobierno aprob¨® un decreto que advierte que las personas que inciten el incumplimiento de la cuarentena ¡°o difundan informaci¨®n de cualquier ¨ªndole, sea en forma escrita, impresa, art¨ªstica y/o por cualquier otro procedimiento, que ponga en riesgo o afecte a la salud p¨²blica, generando incertidumbre en la poblaci¨®n, ser¨¢n pasibles a denuncias por la comisi¨®n de delitos tipificados en el C¨®digo Penal¡±. Por este decreto, Evo Morales podr¨ªa ser incluido en otro proceso judicial por incitar al incumplimiento de la cuarentena, adem¨¢s de los varios que ya tiene por otros delitos.
Los otros efectos del decreto fueron denunciados y rechazados por las asociaciones de prensa del pa¨ªs: ¡°Establece una severa restricci¨®n inconstitucional, al penalizar el derecho humano y fundamental a la libertad de expresi¨®n¡±, declararon estas en un comunicado. Organismos internacionales como Human Rights Watch ya hab¨ªan advertido previamente sobre la posibilidad de que el control del comportamiento de la poblaci¨®n, necesario para evitar la extensi¨®n de la pandemia, condujera a abusos gubernamentales contra la libertad de pensamiento y de expresi¨®n. Varios columnistas escribieron en contra de la norma, que, curiosamente, se hizo conocer durante la celebraci¨®n del d¨ªa boliviano del periodista. Se objeta los criterios que las autoridades usar¨¢n para definir qu¨¦ informaci¨®n tiene la posibilidad de poner ¡°en riesgo la salud p¨²blica, generando incertidumbre en la poblaci¨®n¡±. En respuesta, el ministro de la Presidencia, Yerko Nu?ez, asegur¨® que los periodistas ¡°nada tienen que temer¡±, pues el decreto se usar¨¢ en contra de los pol¨ªticos que busquen generar caos.
Los voceros del MAS no reconocen la autor¨ªa de las movilizaciones de Cochabamba, y otras previas en la ciudad de El Alto, pero dicen que tampoco puede detener a gente desesperada que recurre a sus tradicionales forma de lucha, a pesar de que la pandemia las han vuelto desaconsejables. El Gobierno hab¨ªa prometido descomprimir las restricciones de movilidad y trabajo a partir del 11 de mayo, pero el Ministerio de Salud lo impidi¨® al calificar a todas las ciudades del pa¨ªs como zonas de ¡°alto riesgo¡± epidemiol¨®gico. Esta contradicci¨®n ha creado una situaci¨®n confusa en la que, mientras las autoridades insisten en mantener el confinamiento total, en las calles hay un creciente movimiento de personas y autom¨®viles. Algunos la han llamado ¡°cuarentena a la boliviana¡±.
Mientras tanto, la cifra de contagiados sigue aceler¨¢ndose en Santa Cruz y Beni, dos regiones orientales y c¨¢lidas del pa¨ªs. En La Paz, en cambio, el aumento de casos es relativamente lento, pero muchos creen que esto se debe a la falta de pruebas, que no est¨¢n disponibles ni siquiera para el personal m¨¦dico. ¡°Sin pruebas no podemos flexibilizar la cuarentena¡±, afirm¨®, por otra parte, Adri¨¢n Oliva, gobernador de Tarija, una regi¨®n que tampoco tiene muchos casos. En el pa¨ªs se han registrado oficialmente m¨¢s de 2.500 casos y casi 120 muertes.
En este contexto, la cr¨ªtica social y pol¨ªtica al gobierno ha aumentado. El expresidente y candidato Carlos Mesa afirm¨® que las autoridades est¨¢n siendo ¡°rebasadas por los acontecimientos¡±. El MAS organiz¨® el pasado domingo un segundo ¡°petardazo¡±, una forma de protesta que consiste en encender petardos (cohetes) a una hora previamente convenida. El primer ¡°petardazo¡±, una semana antes, solo hab¨ªa tenido ¨¦xito en las zonas urbanas pobres; el segundo, tuvo resonancia tambi¨¦n en algunos barrios de clase media, aunque, al mismo tiempo, los seguidores de ??ez y de Mesa gritaron desde las ventanas consignas contra el MAS. En las encuestas digitales que se han conocido hasta ahora, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n aprueba el manejo de la crisis por parte de la presidenta ??ez.
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