Jair Bolsonaro tensa el pulso contra el Supremo de Brasil y suma apoyo militar
El ministro de Defensa advierte que analizar los tel¨¦fonos m¨®viles del presidente es un atentado contra la seguridad nacional
El guion se repite desde hace semanas, en plena pandemia de coronavirus: tras d¨ªas complicados, de alta tensi¨®n pol¨ªtica y cruce de declaraciones a trav¨¦s de la prensa, el presidente Jair Bolsonaro se re¨²ne con simpatizantes en las calles de Brasilia. Este domingo, Bolsonaro ha vuelto a dejar la sede del Ejecutivo para aproximarse a sus fieles votantes y, como es habitual, haciendo gala de su desprecio hacia los protocolos de seguridad para evitar el contagio de la covid-19, que ya matado m¨¢s de 22.000 personas en el pa¨ªs y provoc¨® que Estados Unidos vetara la entrada de pasajeros provenientes de Brasil. Antes, sin embargo, ha vuelto a provocar a otro de los poderes de la Rep¨²blica. El presidente ha publicado en su perfil de Twitter y Facebook el art¨ªculo 28 de la Ley de Abuso de Autoridad, insinuando que el magistrado del Supremo Celso de Mello podr¨ªa ser arrestado por haber autorizado la divulgaci¨®n, casi en su totalidad, de la reuni¨®n ministerial del 22 de abril.
Dicho art¨ªculo establece que la ¡°divulgaci¨®n de una grabaci¨®n, o fragmento de grabaci¨®n, que no tenga relaci¨®n con la prueba que se pretende producir, exponiendo la privacidad o mancillando el honor o la imagen de la persona investigada o acusada¡± puede castigarse con penas de uno a cuatro a?os de prisi¨®n. El pasado viernes, se hicieron p¨²blicas algunas partes de la reuni¨®n que, de hecho, no ten¨ªan relaci¨®n directa con la sospecha planteada por el exministro de Justicia, Sergio Moro. Por ejemplo, el fragmento donde el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, expresa la intenci¨®n de aprovechar la pandemia de coronavirus para relajar las regulaciones medioambientales, o aquel donde el ministro de Educaci¨®n, Abraham Weintraub, ofende a los magistrados del Supremo y dice que deber¨ªan estar entre rejas. Debido al contenido de la reuni¨®n, el Poder Judicial se prepara para recibir, en los pr¨®ximos d¨ªas, una avalancha de nuevas denuncias, tanto contra el presidente como contra cuatro de sus ministros.
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) May 24, 2020
En su decisi¨®n, el magistrado Celso de Mello argumenta que la defensa de Sergio Moro justific¨® la divulgaci¨®n completa del v¨ªdeo por entender que ¡°la comprensi¨®n de los hechos supuestamente criminales investigados requerir¨ªa, con respecto al pleno ejercicio de la amplia defensa, la publicaci¨®n ¨ªntegra de los datos¡±. El decano del Supremo afirm¨® que en la grabaci¨®n no hay informaci¨®n que pueda considerarse cuesti¨®n de seguridad nacional, pero determin¨® que se omitieran las partes en las que se mencionan otros pa¨ªses.
La insinuaci¨®n de Bolsonaro contra el miembro m¨¢s antiguo del Supremo es otro ladrillo en el muro que el presidente levanta entre el Ejecutivo y los poderes Judicial y Legislativo, en que alterna ataques y retrocesos t¨¢cticos, dependiendo de la estrategia del momento. Primero se pas¨® semanas atacando al presidente de la C¨¢mara de Diputados, Rodrigo Maia. Despu¨¦s, Bolsonaro volvi¨® sus ca?ones hacia otro magistrado del Supremo, Alexandre de Moraes, que le impidi¨® nombrar a Alexandre Ramagem, hombre de su confianza, como director general de la Polic¨ªa Federal. Y ahora le toca al decano del Supremo, que dejar¨¢ el tribunal en noviembre, cuando cumpla 75 a?os, edad l¨ªmite para ejercer el cargo.
Apoyo militar
Los bolsonaristas tambi¨¦n han criticado a Mello por, supuestamente, haber solicitado que el presidente y su hijo Carlos, concejal de R¨ªo de Janeiro, entreguen sus tel¨¦fonos m¨®viles como parte de la investigaci¨®n sobre el supuesto intento de interferir en la Polic¨ªa Federal. El ministro del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), el general de la reserva Augusto Heleno, lleg¨® a advertir al Supremo, a trav¨¦s de un comunicado, de las consecuencias ¡°impredecibles¡± para la ¡°estabilidad nacional¡± si la Corte decide solicitar el tel¨¦fono m¨®vil del presidente.
El s¨¢bado, el ministro de Defensa, el general Fernando Azevedo e Silva, apoy¨® p¨²blicamente la manifestaci¨®n de Heleno. Ese domingo se mostr¨® al lado de Bolsonaro en Brasilia y, al diario Estado de S?o Paulo, dijo que pedir el m¨®vil del presidente era una ¡°afronta¡± a la ¡°seguridad nacional¡±. Todo esto a pesar de que Celso de Mello aclarara que solo envi¨® al Fiscal General una solicitud que hab¨ªa sido presentada por partidos pol¨ªticos, y que todav¨ªa no hab¨ªa decidido nada sobre el tema de los m¨®viles. Este domingo, un grupo de 89 militares de la reserva ha publicado otro comunicado criticando al Supremo y apoyando al general Heleno.
Es la tercera vez que el ministro de Defensa habla de crisis pol¨ªtica en menos de dos meses. Cuando Bolsonaro particip¨® en actos a favor de la intervenci¨®n militar, hace unas semanas, el ministro emiti¨® una nota destacando el compromiso de los cuarteles con el orden constitucional. Esta vez, ha quedado claro el tono severo del mensaje al Supremo y la idea de que es ¨¦l quien eval¨²a la armon¨ªa entre poderes.
Las frecuentes manifestaciones del ministro de Defensa son otro s¨ªntoma de la crisis institucional que est¨¢ en curso y del dudoso papel que las Fuerzas Armadas han decidido asumir en el Gobierno, el de mayor participaci¨®n militar desde el fin de la dictadura. Bolsonaro, siempre que puede, intenta transmitir la imagen de uni¨®n simbi¨®tica entre el Ejecutivo y los militares. El s¨¢bado, cuando se le pregunt¨® sobre la amenaza del ministro del Gabinete de Seguridad Institucional, que ¨¦l mismo hab¨ªa autorizado el viernes, dijo que ¨¦l, Heleno y Azevedo forman parte del ¡°mismo equipo¡±.
La tensi¨®n pol¨ªtica contrasta con la imagen de tranquilidad que Bolsonaro intenta transmitir junto a sus seguidores cada fin de semana. Este domingo, el presidente ha llegado a abrazar a una ni?a que estaba entre sus votantes y ha aparecido en escenas que sugieren que goza del apoyo popular. Sin embargo, tras divulgarse im¨¢genes a¨¦reas de la manifestaci¨®n, han surgido dudas sobre el n¨²mero de sus seguidores. Las im¨¢genes de la amplia Explanada de los Ministerios sugieren que el presidente no goza de tanto apoyo como afirma en sus entrevistas, apariciones p¨²blicas o redes sociales. Los ¨²ltimos sondeos de opini¨®n apuntan a un apoyo estable de aproximadamente un tercio del electorado, a pesar de las tensiones pol¨ªticas. O tal vez debido a ellas.
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