Bolsonaro flexibiliza el control de armas durante la pandemia
El presidente ha intentado facilitar el acceso a las armas al menos seis veces desde el inicio de su mandato. Gobiernos como el de Mussolini y Hugo Ch¨¢vez tambi¨¦n fomentaron el armamentismo
Corre por las redes sociales brasile?as una imagen de la portada de un antiguo peri¨®dico brasile?o, Correio da Manh?, del 12 de agosto de 1937, donde se lee: ¡°Mussolini dice que solo un pueblo armado es fuerte y libre¡±. El l¨ªder fascista italiano la pronunci¨® en un discurso ante 100.000 personas en Sicilia. El titular fue resucitado despu¨¦s de que se filtraron las im¨¢genes de una reuni¨®n ministerial del presidente Jair Bolsonaro el pasado 22 de abril. El ultraderechista se indignaba con el aislamiento social defendido por alcaldes y gobernadores y se dirig¨ªa a su ministro de Educaci¨®n, Abraham Weintraub: ¡°?Qu¨¦ quieren esos hijos de su madre, eh, Weintraub? ?Es nuestra libertad! (...) La gente est¨¢ dentro de casa. ?Por eso quiero (...) que el pueblo se arme!¡±, afirm¨®. Al d¨ªa siguiente, el entonces ministro de Justicia, Sergio Moro, y el ministro de Defensa, Fernando Azevedo, firmaron una orden interministerial que multiplicaba por 12 ¡ªde 50 a 600 al a?o¡ª el n¨²mero de cartuchos que cada ciudadano puede comprar por arma. ¡°Un alcalde de mierda hace una mierda de decreto y nos encierra a todos dentro de casa. Si la gente estuviera armada, saldr¨ªa a la calle. (...) ?Firma esta ordenanza hoy que quiero mandar un mensaje a esos mierdas! ?Por qu¨¦ estoy armando a la gente? ?Porque no quiero una dictadura!¡±, complet¨® el presidente en la reuni¨®n, sin que nadie le cuestionara su proyecto.
Seg¨²n la ONG Instituto Sou da Paz, la orden de portar m¨¢s municiones fue la cuarta medida que Bolsonaro firm¨® esa semana, debilitando el control de armas en el pa¨ªs. Antes, ya hab¨ªa revocado otras tres ordenanzas del Ej¨¦rcito que ¡°hab¨ªan tra¨ªdo importantes avances para el registro, control y rastreo de armas y munici¨®n¡±, seg¨²n Sou da Paz.
A lo largo de un a?o y medio en el cargo, Bolsonaro ha arremetido contra el desarme. En los primeros d¨ªas de su Gobierno, firm¨® un decreto que flexibilizaba la posesi¨®n de armas en casa. Despu¨¦s, en mayo de 2019, el presidente firm¨® otro decreto en el que autorizaba portar armas para m¨¢s profesionales, aunque el Congreso finalmente no aprob¨® la medida. Sumando todas las iniciativas, la ONG Sou da Paz estima que Bolsonaro ya ha tomado seis medidas para ratificar su voluntad de armar a la poblaci¨®n.
En 2003 entr¨® en vigor el Estatuto del Desarme, blanco de Bolsonaro y de los diputados armamentistas del Congreso, ya que establece reglas m¨¢s estrictas para la adquisici¨®n de armas. Actualmente, a un ciudadano com¨²n se le permite tener un arma dentro de la casa si cumple determinados criterios, pero le est¨¢ prohibido salir armado a la calle. Antes de 2003, se pod¨ªan comprar pistolas y rev¨®lveres sin mucha burocracia en tiendas de deportes o centros comerciales, igual que en Estados Unidos. El desarme vino para ayudar a controlar los ¨ªndices de violencia desde entonces.
Ret¨®rica fascista
El historiador Federico Finchelstein, especialista en fascismo y populismo, explica que la ret¨®rica armamentista de Bolsonaro que se vio en la reuni¨®n del 22 de abril est¨¢ inspirada en los reg¨ªmenes totalitarios y fascistas de Benito Mussolini, en Italia, y Adolf Hitler, en Alemania. Pero el presidente brasile?o tambi¨¦n reproduce el discurso del venezolano Hugo Ch¨¢vez, que lleg¨® a defender que un mill¨®n de personas se armaran para prevenir una supuesta invasi¨®n estadounidense. Y tambi¨¦n del lobby de las armas de Estados Unidos, donde tener derecho a portar armas y tener libertad son sin¨®nimos: algunos grupos incluso argumentan de manera demag¨®gica que los jud¨ªos podr¨ªan haber evitado el Holocausto si hubieran podido adquirir armas.
¡°La violencia es fundamental para el fascismo. Es necesario relacionar esta promoci¨®n de la violencia pol¨ªtica que hace Bolsonaro con la destrucci¨®n por dentro de la democracia que promueven los reg¨ªmenes fascistas¡±, eval¨²a Finchelstein, profesor de la New School for Social Research. ¡°Creaban la fantas¨ªa de que las calles eran violentas y, con eso, impulsaban la formaci¨®n de milicias fascistas. Es decir, era una profec¨ªa autorrealizable, porque quienes promov¨ªan el caos y la muerte eran los agentes fascistas del desorden¡±.
La creaci¨®n de milicias fascistas tuvo lugar tanto en la Italia de Mussolini como en la Alemania de Hitler. ¡°Las SA y las SS eran civiles armados del partido nazi que luego se incorporaron al Estado¡±, explica el historiador. Aunque cree que Bolsonaro tambi¨¦n se parece a Ch¨¢vez, Finchelstein explica que en Venezuela se promovi¨® la violencia como ¡°un medio¡±. All¨ª, el r¨¦gimen chavista promovi¨® la formaci¨®n de colectivos, grupos paramilitares que act¨²an en los barrios marginales. En Brasil, la familia Bolsonaro es investigada por su v¨ªnculo con los milicianos de R¨ªo de Janeiro, incluido el jefe de la llamada Oficina del Crimen, el expolic¨ªa Adriano da N¨®brega, que muri¨® en Bah¨ªa este a?o en una acci¨®n policial.
¡°?l quiere un Estado fuerte y violento, pero tambi¨¦n quiere que sus seguidores promuevan esa violencia¡±, analiza el historiador. ¡°Quiere que la gente se arme contra la autonom¨ªa del Poder Judicial, contra el Congreso, contra la prensa, contra los gobernadores y los alcaldes¡±, concluye.
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