Trump agita unos Estados Unidos al l¨ªmite de tensi¨®n
La mayor ola de protestas contra el racismo en medio siglo se suma a la pandemia y la crisis econ¨®mica m¨¢s dura desde la Gran Depresi¨®n. El presidente acusa a la ¡°extrema izquierda¡± de la violencia
Estados Unidos debat¨ªa hace una semana el ritmo de la reapertura del pa¨ªs, tras m¨¢s de dos meses de confinamiento, por la peor pandemia en un siglo. La destrucci¨®n de empleo por el par¨®n econ¨®mico evocaba los peores fantasmas de la Gran Depresi¨®n, pero el peligro de rebrote obligaba a calibrar bien las fases de desescalada, porque, en medio de todo esto, ?cu¨¢ndo estar¨ªa lista la vacuna? El coronavirus sigue activo, pero en estas noches de fuego y rabia nadie parece acordarse de ¨¦l. Todas las restricciones han saltado por los aires ante una ola de tensi¨®n racial que empez¨® con la muerte de un afroamericano bajo la rodilla de un polic¨ªa y ha puesto a la primera potencia ante una tensi¨®n l¨ªmite, con toques de queda en las grandes ciudades, la Guardia Nacional desplegada y el Ej¨¦rcito preparado para actuar. No hab¨ªa ola de protestas y disturbios contra el racismo tan generalizada desde el 68.
Al frente de este polvor¨ªn, Donald Trump no ha abandonado su manual pol¨ªtico de supervivencia: la agitaci¨®n de las diferencias. Lejos de calmar las aguas, el presidente de Estados Unidos ha se?alado a la ¡°extrema izquierda¡± como responsable de la violencia desatada, ha atacado a las autoridades dem¨®cratas del Estado de Minnesota, origen del conflicto, y se ha mostrado retador ante los manifestantes m¨¢s agresivos. En unas protestas marcadas tambi¨¦n por la agresividad de la polic¨ªa contra los medios de comunicaci¨®n, el republicano tampoco ha olvidado uno de sus viejos enemigos. El domingo acus¨® a la ¡°prensa d¨¦bil¡± de ¡°hacer todo lo que est¨¢ en su poder para fomentar el odio y la anarqu¨ªa¡±.
El s¨¢bado, despu¨¦s de la primera noche de tensi¨®n ante la Casa Blanca, el mandatario se despach¨® con este otro mensaje: ¡°Una gran multitud, profesionalmente organizada, pero nadie se acerc¨® a atravesar la valla. Si lo hubieran hecho, habr¨ªan sido recibidos por los perros m¨¢s feroces y las armas m¨¢s amenazantes que he visto jam¨¢s. Ah¨ª es cuando la gente podr¨ªa haber sido herida de gravedad, por lo menos. Muchos agentes del servicio secreto solo aguardaban para pasar a la acci¨®n¡±. Y a?adi¨®, desafiante y en letras may¨²sculas: ¡°Esta noche, ?entiendo que es la noche de MAGA [siglas en ingl¨¦s de Hagamos Am¨¦rica Grande de Nuevo, su eslogan de campa?a] en la Casa Blanca?¡±.
Horas despu¨¦s, desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, despu¨¦s de que EE UU marcara un nuevo hito en la carrera espacial, habl¨® un Trump de tono m¨¢s presidencial. ¡°Apoyamos el derecho de los manifestantes pac¨ªficos y escuchamos sus s¨²plicas. Pero lo que estamos viendo ahora en las calles de nuestras ciudades no tiene nada que ver con la justicia o con la paz. La memoria de George Floyd est¨¢ siendo deshonrada por alborotadores, saqueadores y anarquistas¡±, dijo tras un fondo de estrellas y el logo de la NASA. Esa misma tarde, sin embargo, hab¨ªa tuiteado: ¡°Son los antifascistas y la extrema izquierda. ?No echen la culpa a otros!¡±.
El Trump que lee los discursos en el teleprompter suele ser m¨¢s comedido que el que agarra su cuenta de Twitter. Este viernes, la red social marc¨® un antes y un despu¨¦s al penalizar por primera vez un mensaje del presidente por ¡°ensalzamiento de la violencia¡±. El republicano hac¨ªa referencia a los graves disturbios y advert¨ªa: ¡°Cuando empiezan los saqueos, empiezan los disparos¡±, una expresi¨®n que record¨® a la usada en 1967 por el jefe de la polic¨ªa de Miami Walter Headley, acusado de racista, que promet¨ªa mano dura contra los disturbios raciales ante la convenci¨®n dem¨®crata que se iba a celebrar.
En un tono o en otro, Trump ha tomado la bandera nixoniana de la ¡°ley y el orden¡± en este conflicto, como hizo en la campa?a de 2016. El s¨¢bado por la noche, los manifestantes que desafiaron el toque de queda en Minneapolis se toparon con una respuesta policial m¨¢s contundente y el imponente despliegue de la Guardia Nacional, lo que contuvo el vandalismo. Las noches previas, las autoridades trataron de evitar la escalada de violencia y se quemaron decenas de edificios, incluida una comisar¨ªa.
El domingo por la ma?ana, el presidente alab¨® la labor de los reservistas y aprovech¨® para criticar al alcalde dem¨®crata, Jacob Frey: ¡°Los anarquistas antifascistas fueron detenidos r¨¢pidamente. ?Si el alcalde lo hubiese hecho el primer d¨ªa, no hubiese habido problemas!¡±. Acto seguido, emplaz¨® a los gobernantes dem¨®cratas en otras ciudades y Estados sacudidos por los disturbios a trabajar por ¡°el freno total de los anarquistas y la izquierda radical en Minneapolis¡±. Y por la tarde, anunci¨® en otro tuit que el movimiento antifascista ser¨¢ considerado grupo terrorista, aunque sin detallar el procedimiento. ¡°La violencia instigada y llevada a cabo por Antifa [modo de referirse en EE UU a los movimientos antifascistas] y otros grupos similares vinculada a los disturbios es terrorismo dom¨¦stico y se tratar¨¢ en consonancia¡±, ha se?alado en un comunicado el fiscal general, William Barr.
A seis meses de las elecciones presidenciales, Trump se erige en garante del orden y trata de mantener una agenda ambiciosa pese a la pandemia, multiplicando sus actos y tratando de salvar la celebraci¨®n de la cumbre de l¨ªderes del G7. El presidente ha decidido aplazar hasta septiembre la cita, que estaba prevista en junio en Washington, y quiere invitar a Rusia de nuevo, lo que puede generar disputas en este club de potencias porque el Kremlin fue expulsado en respuesta a la anexi¨®n ilegal de Crimea en 2014.
Su rival para las elecciones de noviembre, el candidato dem¨®crata in pectore, Joe Biden, emiti¨® un comunicado el domingo condenando los disturbios. El exvicepresidente de la era Obama calific¨® de ¡°correcto y necesario¡± protestar contra la brutalidad policial, lo que encarna ¡°una respuesta completamente estadounidense¡±, pero no lo es, dijo, ¡°quemar comunidades y la destrucci¨®n innecesaria¡±. ¡°Nunca deber¨ªa permitirse que el acto de protestar ensombrezca el motivo por el que protestamos¡±, agreg¨®.
Si en algo coinciden Trump y los pol¨ªticos dem¨®cratas es en que los graves altercados vividos estos d¨ªas no representan al grueso de la poblaci¨®n que se moviliza contra el racismo, sino que es obra de grupos organizados que no han hallado en la muerte del afroamericano George Floyd m¨¢s que una excusa. En Minneapolis, despu¨¦s de los destrozos, los vecinos salen con escobas y palas a limpiar los restos de la destrucci¨®n.
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