Rusia, de la libertad de 1990 al autoritarismo
Pol¨ªticos de la era Yeltsin ven la reforma constitucional de Putin como una transgresi¨®n del esp¨ªritu de la declaraci¨®n de soberan¨ªa de hace 30 a?os
Rusia conmemora hoy el 30? aniversario de su declaraci¨®n de soberan¨ªa, el proyecto de Estado democr¨¢tico que el 12 de junio de 1990 fue aprobado por Bor¨ªs Yeltsin, el reci¨¦n elegido jefe del Parlamento ruso (por entonces el Soviet Supremo), y por un nuevo ¨®rgano legislativo, que se llam¨® Congreso de los Diputados Populares de la Rep¨²blica Socialista Sovi¨¦tica de Rusia.
Aquella soberan¨ªa marcaba un cambio de planteamiento en la mayor de las 15 rep¨²blicas de la URSS, pero ten¨ªa car¨¢cter l...
Rusia conmemora hoy el 30? aniversario de su declaraci¨®n de soberan¨ªa, el proyecto de Estado democr¨¢tico que el 12 de junio de 1990 fue aprobado por Bor¨ªs Yeltsin, el reci¨¦n elegido jefe del Parlamento ruso (por entonces el Soviet Supremo), y por un nuevo ¨®rgano legislativo, que se llam¨® Congreso de los Diputados Populares de la Rep¨²blica Socialista Sovi¨¦tica de Rusia.
Aquella soberan¨ªa marcaba un cambio de planteamiento en la mayor de las 15 rep¨²blicas de la URSS, pero ten¨ªa car¨¢cter limitado, pues se proclamaba en el marco de un Estado piramidal, que el l¨ªder sovi¨¦tico Mija¨ªl Gorbachov a¨²n confiaba en salvar frente a las tendencias centr¨ªfugas ya evidentes.
Las fuerzas pol¨ªticas integradas en el Congreso de los Diputados Populares ruso (c¨¢mara de 1.068 esca?os) respaldaron aquel documento, que obtuvo 907 votos a favor, 13 en contra y nueve abstenciones. Entre aquella declaraci¨®n de soberan¨ªa ¡°dentro de una URSS renovada¡± y la actualidad, media una agitada historia, cuyo punto culminante fue la desintegraci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en diciembre de 1991. Sin embargo, la declaraci¨®n constituy¨® el germen a partir del cual se configur¨® el sistema estatal postsovi¨¦tico de Rusia y se perfilaron los cap¨ªtulos b¨¢sicos de la Constituci¨®n actual.
Este 30? aniversario coincide con la tramitaci¨®n de una reforma constitucional orquestada por la Administraci¨®n del presidente Vlad¨ªmir Putin. De ah¨ª que se compare aquel momento de apertura con este de involuci¨®n.
Dados los cambios de perspectiva en la pol¨ªtica rusa desde 1990, la fiesta del 12 de junio resulta algo confusa. La jornada que se instituy¨® en 1994 se llam¨® inicialmente ¡°d¨ªa de la declaraci¨®n de soberan¨ªa de Rusia¡±. Informalmente, tambi¨¦n se denomin¨® ¡°d¨ªa de la independencia¡±, aunque, seg¨²n uno de los diputados de aquel congreso, ¡°a finales de los noventa nadie entend¨ªa ya de qu¨¦ independencia se trataba¡±. Lo que se hab¨ªa visto como una ¡°liberaci¨®n¡± de Rusia respecto a otras rep¨²blicas sovi¨¦ticas se hab¨ªa transformado en una ¡°cat¨¢strofe geopol¨ªtica¡± en la percepci¨®n de los gobernantes. A partir de 2002, tras la llegada de Putin al Kremlin, pas¨® a llamarse el ¡°d¨ªa de Rusia¡±.
La declaraci¨®n de soberan¨ªa fue, en realidad, un producto de los cambios que puso en marcha Gorbachov en los a?os ochenta. Ya en 1988 en foros internos del Partido Comunista (por entonces el ¨²nico) se hablaba de renovar las estructuras del Estado y las relaciones entre las diferentes nacionalidades y territorios, pues la perestroika hab¨ªa destapado tensiones que, tras estar sofocadas durante d¨¦cadas, reaparecieron como problema en cuanto ces¨® la represi¨®n. En el oto?o de 1986 hubo enfrentamientos ¨¦tnicos en Kazajist¨¢n, cuando Gorbachov sustituy¨® al m¨¢ximo l¨ªder de la rep¨²blica, un kazajo, por un ruso; en febrero de 1988 los armenios se proclamaron independientes de forma unilateral en el territorio azerbaiyano del Alto Karabaj y en 1989 se registraron conflictos en Uzbekist¨¢n.
Antes de que Rusia adoptara su propia declaraci¨®n de soberan¨ªa, las rep¨²blicas b¨¢lticas, Estonia, Letonia y Lituania, hab¨ªan adoptado ya las suyas propias y lo mismo hab¨ªa hecho Azerbaiy¨¢n. Para fines de 1990, todas las rep¨²blicas de la URSS hab¨ªan participado en el proceso de ¡°soberanizaci¨®n¡± y solo una parte de las 15 quer¨ªa participar en la renovaci¨®n del Estado sovi¨¦tico que Gorbachov propon¨ªa mediante un nuevo tratado de car¨¢cter confederal. El documento deb¨ªa sustituir al firmado en 1922 por las tres rep¨²blicas eslavas (Rusia, Bielorrusia y Ucrania) y una confederaci¨®n del C¨¢ucaso que dej¨® de existir en 1931.
El proceso para la firma de un nuevo Tratado de la Uni¨®n fue abortado por el intento de golpe de Estado perpetrado por un grupo de altos funcionarios de la URSS en agosto de 1991. En diciembre de aquel a?o, las tres rep¨²blicas eslavas pusieron fin al tratado de 1922 en los bosques de Bielorrusia y la URSS dej¨® as¨ª de existir como sujeto de derecho internacional. La declaraci¨®n de soberan¨ªa pas¨® a ser considerada por unos como un elemento m¨¢s en la destrucci¨®n de la URSS y por otros como un intento fallido de replantear aquel Estado sobre nuevas bases. ¡°A Putin y los veteranos de los servicios de seguridad que llegaron con ¨¦l al Kremlin la declaraci¨®n de soberan¨ªa les avergonzaba, porque la consideraban como un elemento de la desintegraci¨®n de la URSS¡±, se?ala Lev Ponomariov, exdiputado del Congreso ruso.
En sus 15 puntos, la declaraci¨®n de soberan¨ªa contemplaba la creaci¨®n de un ¡°Estado democr¨¢tico de derecho en el marco de una Uni¨®n renovada¡± y el ¡°derecho de los pueblos¡± a su ¡°autodeterminaci¨®n en las formas nacionales-estatales y nacionales-culturales por ellos elegidas¡±. Tambi¨¦n establec¨ªa la supremac¨ªa de las leyes rusas sobre las de la URSS y el Tratado de la Uni¨®n renovado como mecanismo para dirimir conflictos. Adem¨¢s, Rusia se erig¨ªa en exclusiva propietaria de sus riquezas.
¡°La declaraci¨®n de soberan¨ªa fue un ejemplo de consenso y compromiso, que contrasta con el vigente lema de ¡°el Estado soy yo¡±, afirma Oleg Rumiantsev, que en 1990 era secretario de la Comisi¨®n Constitucional del Congreso de los Diputados Populares de Rusia. Seg¨²n Rumiantsev, la responsabilidad por la desintegraci¨®n de la URSS recay¨® en Yeltsin ¡°por no haber tomado la iniciativa para sustituir a Gorbachov en la tarea de promover un nuevo Tratado de la Uni¨®n tras el intento de golpe de estado de agosto de 1991¡±. ¡°Hoy estamos ante una ¡°operaci¨®n de encubrimiento, cuyo objetivo es conservar una enorme concentraci¨®n de poder econ¨®mico en manos de un clan, de un grupo muy peque?o de gente rica para garantizarles que podr¨¢n legar sus activos en herencia a sus hijos¡±, afirma. Se trata de una ¡°usurpaci¨®n de poder¡±, sentencia el jurista en un debate organizado ayer entre pol¨ªticos de los a?os noventa.
"Estamos ante una falsa reforma constitucional que lleva a una mayor concentraci¨®n de poder y no deja ning¨²n mecanismo independiente a la sociedad civil ni para las actividades pol¨ªticas y econ¨®micas¡±, afirma Rumiantsev.
¡°Nosotros no pusimos la bomba de relojer¨ªa en las reformas de Gorbachov¡±, dice a su vez Guennadi B¨²rbulis, que fue secretario de Estado de Rusia con Yeltsin. B¨²rbulis cree que el ¡°objetivo, esp¨ªritu y sentido de la Constituci¨®n rusa¡± se ven ¡°invalidados moral y jur¨ªdicamente¡± por las contradicciones internas de la reforma. ¡°En el futuro habr¨¢ que restablecer las normas y mandatos constitucionales porque la sociedad no puede permanecer mucho tiempo en este estado de anulaci¨®n de los principios¡±, dice. Advierte B¨²rbulis, sin embargo, que resulta ¡°una simplificaci¨®n peligrosa e ingenua¡± pensar que las modificaciones constitucionales responden ¡°al deseo de una sola persona¡±. ¡°Hay que comprender que el factor imperio es una infecci¨®n¡± se?ala, y afirma que Putin es ¡°una personificaci¨®n tr¨¢gica de esta grave enfermedad¡± que ¡°no ocurre en el vac¨ªo¡±. La URSS hab¨ªa dejado de existir en agosto de 1991 y la cuesti¨®n esencial tras aquel intento fallido era ¡°como sobrevivir en un campo de minas¡±, asevera.
¡°Putin y los dirigentes rusos no se encuentran c¨®modos con la declaraci¨®n de soberan¨ªa, aunque la festejan como un ritual. Prueba de su incomodidad es que instituyeron la fiesta nacional del 4 de noviembre, dice Ponomariov. Esa fiesta conmemora episodios de la lucha contra los polacos en el siglo XVII.