Boris Johnson cambia a Churchill por Roosevelt como modelo para remontar la crisis econ¨®mica
El primer ministro brit¨¢nico apuesta por un fuerte programa de inversiones p¨²blicas
La capacidad de reinvenci¨®n de Boris Johnson depende siempre de que tenga a mano un pedestal al que aferrarse y pueda inyectar de ¨¦pica sus promesas. Lo de menos es de qui¨¦n sea la estatua. Durante la crisis sanitaria, las apelaciones al esp¨ªritu de sacrificio y victoria de Winston Churchill solo han funcionado a medias....
La capacidad de reinvenci¨®n de Boris Johnson depende siempre de que tenga a mano un pedestal al que aferrarse y pueda inyectar de ¨¦pica sus promesas. Lo de menos es de qui¨¦n sea la estatua. Durante la crisis sanitaria, las apelaciones al esp¨ªritu de sacrificio y victoria de Winston Churchill solo han funcionado a medias. Los errores y la lentitud a la hora de gestionar la pandemia, junto con la p¨¦rdida de credibilidad de Johnson y su equipo por no aplicarse a s¨ª mismos el rigor que reclamaban a los ciudadanos, han dejado por los suelos la popularidad del primer ministro. Para la siguiente fase, la del descalabro econ¨®mico, la receta del Gobierno ser¨¢ gastar como si no hubiera un ma?ana. Y el nuevo modelo en quien fijarse se llama Franklin Delano Roosevelt, el presidente estadounidense que llev¨® a la pr¨¢ctica las f¨®rmulas keynesianas con su New Deal y sac¨® al pa¨ªs de la Gran Depresi¨®n de los a?os 30 con una pol¨ªtica de inversiones p¨²blicas. ¡°Creo que ha llegado el momento de dar un enfoque rooseveltiano al Reino Unido¡±, ha dicho el primer ministro en una entrevista a Times Radio, la nueva cadena radiof¨®nica de Rupert Murdoch y su grupo News Corporation.
Johnson expondr¨¢ p¨²blicamente este martes su programa de inversiones en colegios, hospitales, carreteras, ferrocarril, viviendas e infraestructuras de comunicaci¨®n para los pr¨®ximos diez a?os, que supondr¨¢ decenas de miles de millones de euros de gasto p¨²blico. Todo en un momento en el que el endeudamiento extra del Gobierno para hacer frente a la crisis del coronavirus ha alcanzado los 300.000 millones de euros, seg¨²n c¨¢lculos de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria. ¡°Lo que no podemos hacer en estos momentos es volver a lo que la gente llamaba austeridad. Aunque no fuera realmente austeridad, pero as¨ª es como lo interpretaron los ciudadanos. Creo que ser¨ªa un tremendo error¡±, ha explicado Johnson.
El comit¨¦ ejecutivo encargado de desarrollar todos estos planes se llamar¨¢ Project Speed (Proyecto Velocidad) y el equipo de Johnson se ha afanado en los ¨²ltimos d¨ªas en filtrar los detalles del anuncio, para crear expectativa y desplazar el tema de conversaci¨®n de lo que ha sido una gesti¨®n sanitaria poco ejemplar. Build, build, build (Construir, construir, construir) ser¨¢ el nuevo eslogan de un Gobierno acostumbrado a crear uno para cada momento. ¡°Es el momento de invertir en infraestructuras, el momento de tomar todas esas decisiones de largo plazo que beneficiar¨¢n al pa¨ªs¡±, promete Johnson. No sorprende tanto su promesa, que formaba parte de un programa electoral ¨Cjunto con la promesa de un optimista futuro post Brexit¨C volcado en reconstruir las zonas m¨¢s pobres del norte de Inglaterra. Lo novedoso es la voluntad de Johnson de doblar la apuesta en un momento delicado para las cuentas p¨²blicas del Reino Unido y confiar, con la misma fe keynesiana de Roosevelt, en que el dinamismo de la econom¨ªa servir¨¢ para salir pronto del atolladero, antes de que la credibilidad fiscal del pa¨ªs comience a resentirse.
La estrategia del primer ministro coloca en una tesitura complicada al nuevo l¨ªder de la oposici¨®n, Keir Starmer, porque resulta dif¨ªcil encontrar un hueco de cr¨ªtica a planes de inversi¨®n p¨²blica que tienen una impronta m¨¢s socialdem¨®crata que liberal. De momento, el laborista ha intentado rebajar, con una dosis de escepticismo y memoria, el entusiasmo con que la prensa conservadora ¨Cla mayor¨ªa, en el Reino Unido¨C ha acogido el anuncio. Ha recordado que durante la ¨²ltima d¨¦cada siete de las nueve regiones de Inglaterra (Escocia, Gales e Irlanda del Norte son cap¨ªtulo aparte en esta batalla) vieron reducida su inversi¨®n p¨²blica per capita y que muchos de los proyectos anunciados con gran fanfarria resultaron fallidos. ¡°Menos talk, talk, talk (hablar, hablar y hablar) y m¨¢s build, build, build¡±, ha exigido Starmer al Gobierno de Johnson. ¡°Nuestra recuperaci¨®n de la crisis del coronavirus debe ajustarse a la dimensi¨®n del reto. Y tiene que construirse sobre bases s¨®lidas. Debe funcionar para todo el pa¨ªs y acabar con las profundas injusticias que existen¡±, ha reclamado el laborista.
Johnson se deshizo de su anterior ministro de Econom¨ªa, Sajid Javid, celoso protector de la disciplina fiscal, para sustituirle por un aliado como Rishi Sunak, tan poco sospechoso de keynesiano como su predecesor pero suficientemente defensor de las bondades del Brexit como para plegarse a las ambiciones expansivas de su jefe. Tambi¨¦n ¨¦l estaba convencido de que todo un amplio abanico de oportunidades se abr¨ªa para el Reino Unido con la salida de la UE que deb¨ªan ser aprovechadas. Su respuesta ante la crisis, en un esfuerzo conjunto el Banco de Inglaterra, ha recibido elogios de empresarios e instituciones financieras por su celeridad y generosidad, pero ha incrementado la deuda del Reino Unido hasta niveles desconocidos. Los planes de su departamento para el oto?o apuntaban subidas de impuestos y, sobre todo, contenci¨®n del gasto. En sus manos quedar¨¢ que la ¡°etapa Roosevelt¡± de su jefe no sea simplemente un nuevo golpe de efecto frustrado.