Macron, ?en manos de Europa?
Un ¨¦xito como el fondo de recuperaci¨®n puede ser un salvavidas del final de su mandato
Faltan todav¨ªa dos a?os para las presidenciales francesas, pero es como si faltaran dos meses. A veces uno se pregunta si no se resume todo a una secuencia acelerada de noches electorales en la cadena BFMTV para determinar qui¨¦n ocupa el El¨ªseo. El presidencialismo forma parte del ADN de la V Rep¨²blica pero ha tomado nuevas proporciones a medida que se encadenaban Nicolas Sarkozy, Fran?ois Hollande y ahora Emmanuel Macron. Brice Teinturier, uno de los encuestadores hist¨®ricos en Francia, ha acu?ado el t¨¦rmino nuevo de d¨¦gagisme (despejamiento) para resumir este ansia de pasar de un presidente a otro a toda prisa. La propia revoluci¨®n que supuso la aparici¨®n de En Marche se aliment¨® de este ¨¦tat d'?me.
Una de las principales preocupaciones entre los marcheurs es evitar que les den de su propia medicina. En particular, despu¨¦s de unas municipales donde los ecologistas logran cuotas hist¨®ricas y victorias sonadas, como en Burdeos, donde Los Republicanos llevaban gobernando desde 1947. No son pocas las encuestas que siguen apuntando que el resultado se explica, tambi¨¦n, por este descontento latente y transversal hacia el poder del que habla Teinturier. Una tendencia a la que no es inmune En Marche, y menos despu¨¦s de dos a?os marcados por los chalecos amarillos y la reforma de las pensiones.
De ah¨ª que el mayor desaf¨ªo para el Gobierno entrante sea el de reinventar al presidente y a su Gobierno como un equipo rupturista. Una ruptura con ellos mismos. Para ello, Emmanuel Macron asume un riesgo considerable. Deshacerse de ?douard Philippe, el cual era un plus de lealtad y popularidad, y darle las riendas a Jean Castex, un moderado que, sin embargo, proviene del mismo partido del que ven¨ªa Philippe, Los Republicanos. Conocido por su savoir-faire local y su gesti¨®n del desconfinamiento, pero, de entrada, menos cre¨ªble en temas que suben en las encuestas poscovid, como el medio ambiente, las desigualdades, o la justicia social.
Respecto al Gobierno, destacan solo un par de nombres como Jean-Michel Blanquer que sigue en la Educaci¨®n y la presentadora televisiva y exministra de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, Roselyne Bachelot, que es la ¨²nica novedad de peso.
El ¨²nico ministro con estatura de presidenciable que resiste es Bruno Le Maire. Es pronto para adivinar si ser¨¢ suficiente para invertir la famosa curva de popularidad. Sin Philippe y sin ning¨²n puente con los ecologistas, toda la presi¨®n y todos los focos converger¨¢n m¨¢s que nunca hacia el presidente.
En este panorama incierto, tal vez un ¨¦xito a escala europea, como el fondo de recuperaci¨®n, puede convertirse en un aut¨¦ntico bote salvavidas en el ¨²ltimo tramo de mandato. Ser¨ªa una se?al de que el cambio de rumbo de la pol¨ªtica comunitaria vuelve a servir para ganar elecciones, en vez de perderlas. Una lecci¨®n que podr¨ªa servir m¨¢s all¨¢ de las fronteras galas.
D¨ªdac Guti¨¦rrez-Peris es profesor en Science Po y director de estudios del instituto Viavoice. Este art¨ªculo ha sido elaborado por Agenda P¨²blica para El Pa¨ªs.
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