?ngela Jeria, una luchadora por los derechos humanos y madre de Michelle Bachelet
Volvi¨® a Chile en 1979, despu¨¦s de exiliarse en Australia y Alemania. Falleci¨® el 2 de julio en Santiago
?ngela Jeria ha fallecido el 2 de julio en el hospital de la Fuerza A¨¦rea de Chile, en Santiago. Nacida en Talca en 1926, trabaj¨® durante a?os en diferentes ocupaciones en la Universidad de Chile, en la que tambi¨¦n inici¨® los estudios de arqueolog¨ªa en 1969. Viuda del general de aviaci¨®n Alberto Bachelet y madre de la expresidenta Michelle Bachelet, durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990) tuvo un papel destacado en la defensa de los derechos humanos.
Su vida, al igual que la evoluci¨®n hist¨®rica de su pa¨ªs, experiment¨® un giro tr¨¢gico el 11 de septiembre de 1973, con el golpe de Estado que derroc¨® al presidente Salvador Allende. Aquella ma?ana fue detenido su esposo, quien desde enero dirig¨ªa la Direcci¨®n Nacional de Abastecimiento y Comercializaci¨®n por designaci¨®n de su instituci¨®n, un puesto clave ante el boicot econ¨®mico desencadenado por la oposici¨®n, lo que le granje¨® el odio de la derecha. Junto con casi un centenar de oficiales y suboficiales democr¨¢ticos de la Fuerza A¨¦rea fue sometido a un consejo de guerra que culmin¨® con severas condenas en julio de 1974. Adem¨¢s, en el subterr¨¢neo de la Academia de Guerra A¨¦rea sufrieron un calvario que jam¨¢s concibieron: sus propios compa?eros de armas les vejaron, ultrajaron y torturaron con ensa?amiento y crueldad. El 12 de marzo de 1974, el general Bachelet falleci¨® en la C¨¢rcel P¨²blica a consecuencia de aquellos meses de malos tratos y humillaciones.
Pero los zarpazos de la represi¨®n a¨²n no hab¨ªan terminado para su familia. El 10 de enero de 1975, agentes de la siniestra Direcci¨®n de Inteligencia Nacional detuvieron a Michelle Bachelet y a ?ngela Jeria y las condujeron al centro de torturas conocido como Villa Grimaldi, donde fueron interrogadas y golpeadas. Semanas despu¨¦s fueron expulsadas a Australia y continuaron el exilio en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, hasta que ?ngela Jeria pudo volver a Chile en 1979. En el funeral de su esposo hab¨ªa proclamado abiertamente: ¡°Juro que tu muerte no ser¨¢ en vano y luchar¨¦ sin descanso hasta que Chile se vea libre de sus verdugos¡±. Si en el exterior denunci¨®, incluso ante Naciones Unidas, los cr¨ªmenes de Pinochet, a su regreso form¨® parte de la Comisi¨®n Chilena de Derechos Humanos y del Comit¨¦ Pro Retorno de los Exiliados. Fue detenida tres veces en los a?os 80. Tras la recuperaci¨®n de la democracia en 1990, acompa?¨® y se convirti¨® en un apoyo decisivo para su hija, militante socialista, quien en 2006 se convirti¨® en la primera presidenta de Chile, mandato que volvi¨® a conquistar en 2014, y que hoy es la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Lentamente, con el transcurso de los a?os, se produjo tambi¨¦n el reencuentro de la familia con la Fuerza A¨¦rea, la instituci¨®n en la que tambi¨¦n se form¨® su hijo, Alberto Bachelet Jeria, fallecido en 2001.
El 22 de febrero de 1974, en la ¨²ltima carta que su esposo le dirigi¨® desde la c¨¢rcel, le manifest¨®: ¡°Quiero enviarte en estas pocas letras todo mi amor, un recuerdo, mis deseos de verte, de estar junto a ti, mirando el horizonte infinito, libres, absolutamente libres, para poder dirigir juntos nuestros pasos buscando la forma y luchando porque el hombre deje de ser el lobo del hombre y la libertad, la igualdad y la justicia social se traduzcan en hechos concretos, aunque en ello nos vaya la vida. Pero juntos¡±. Durante casi medio siglo, do?a ?ngela recorri¨® ese camino junto a una generaci¨®n extraordinaria de personas comprometidas con la defensa de los derechos humanos y la democracia. Dej¨® as¨ª una huella imborrable en el pueblo de Chile y en quienes tuvimos el honor de conocerla y conversar con ella, a lo largo de los a?os, acerca de un periodo hist¨®rico lleno de rosas y espinas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.