Un exjefe de esp¨ªas saud¨ª acusa al pr¨ªncipe heredero de intentar asesinarlo en Canad¨¢
La denuncia presentada en Estados Unidos asegura que envi¨® un escuadr¨®n de 50 personas para acabar con su vida dos semanas despu¨¦s de la muerte de Jamal Khashoggi
El antiguo jefe de esp¨ªas saud¨ª Saad al Yabri, exiliado en Canad¨¢, ha presentado una demanda en Washington contra el pr¨ªncipe heredero Mohamed bin Salm¨¢n, a quien acusa de enviar un escuadr¨®n de 50 personas para asesinarlo y de tomar a sus hijos como rehenes, temeroso de su conocimiento de los secretos que le llevaron al poder en el reino. La supuesta conspiraci¨®n para silenciar una voz cr¨ªtica, denunciada p¨²blicamente y con todo detalle por quien estuvo en la c¨²pula del ministerio del Interior del ...
El antiguo jefe de esp¨ªas saud¨ª Saad al Yabri, exiliado en Canad¨¢, ha presentado una demanda en Washington contra el pr¨ªncipe heredero Mohamed bin Salm¨¢n, a quien acusa de enviar un escuadr¨®n de 50 personas para asesinarlo y de tomar a sus hijos como rehenes, temeroso de su conocimiento de los secretos que le llevaron al poder en el reino. La supuesta conspiraci¨®n para silenciar una voz cr¨ªtica, denunciada p¨²blicamente y con todo detalle por quien estuvo en la c¨²pula del ministerio del Interior del Reino del Desierto, recuerda inevitablemente a la que termin¨® con la muerte y descuartizamiento del columnista y disidente Jamal Khashoggi en el consulado saud¨ª de Estambul en 2018. La CIA considera que aquel crimen probablemente fue ordenado por el propio pr¨ªncipe heredero, quien niega haber tenido conocimiento previo de la operaci¨®n.
¡°No hay pr¨¢cticamente nadie a quien el acusado Bin Salm¨¢n desee m¨¢s ver muerto¡±, dice la demanda presentada ante un tribunal federal de la capital estadounidense. Su larga relaci¨®n con la inteligencia estadounidense, explica, coloca a Al Yabri en ¡°una posici¨®n ¨²nica para amenazar existencialmente el prestigio de Bin Salm¨¢n con el Gobierno¡± de Washington. Por eso, denuncia Al Yabri, el pr¨ªncipe ¡°envi¨® un equipo de cazadores y asesinos a Estados Unidos y a Canad¨¢ para matar de nuevo¡±.
Saad al Yabri fue durante a?os un alto cargo del ministerio de Interior saud¨ª, a cuyo frente estaba el entonces pr¨ªncipe heredero Mohamed bin Nayef. Eso permiti¨® a Al Yabri establecer relaciones estrechas con oficiales de inteligencia de Estados Unidos y otros pa¨ªses. Pero fue despedido en 2015, poco antes de que el rey Salman bin Abdulaziz apartara a Bin Nayef del primer puesto en la l¨ªnea de sucesi¨®n al trono, colocando en su lugar a su hijo Bin Salm¨¢n. Al Yabri, temiendo que el pr¨ªncipe fuera contra ¨¦l, huy¨® del reino y se exili¨® en Canad¨¢, dejando en Arabia Saud¨ª a dos de sus hijos, por cuyas vidas teme ahora.
Desde entonces, seg¨²n su relato, Bin Salm¨¢n ha tratado de llevarlo de vuelta a Arabia Saud¨ª -Riad no ha reaccionado este viernes a la divulgaci¨®n de la denuncia-. Primero, ofreci¨¦ndole un empleo nuevo. Despu¨¦s, tratando de lograr su extradici¨®n por delitos de corrupci¨®n. Y finalmente, seg¨²n denuncia Al Yabri en un escrito de m¨¢s de 100 p¨¢ginas, recurriendo a t¨¦cnicas m¨¢s criminales.
El pr¨ªncipe saud¨ª, seg¨²n la denuncia, despleg¨® primero un grupo de agentes por Estados Unidos para buscar a Al Yabri e intervino su tel¨¦fono m¨®vil. Despu¨¦s, cuando fue localizado en Toronto (Canad¨¢), el pr¨ªncipe ¡°mand¨® de hecho un escuadr¨®n para asesinarlo¡±, menos de dos semanas despu¨¦s de la muerte de Khashoggi, a mediados de octubre de 2018.
El equipo, conocido como ¡°el escuadr¨®n del Tigre¡±, al que la demanda define como ¡°un grupo mercenario personal del pr¨ªncipe¡±, despert¨® las sospechas de los agentes de aduanas del aeropuerto de Ontario, pues portaban ¡°dos bolsas con herramientas forenses¡± que podr¨ªan haberse utilizado para desmembrar un cuerpo. El grupo inclu¨ªa, seg¨²n la denuncia, ¡°personal forense experimentado en la limpieza de escenas del crimen¡±.
Los miembros del equipo trataron de atravesar el control de seguridad por diferentes puntos para no llamar la atenci¨®n. Pero levantaron las sospechas de los agentes, que les preguntaron si se conoc¨ªan. Estos dijeron que no. Pero los agentes, siempre seg¨²n la denuncia, hallaron fotograf¨ªas de los miembros del Escuadr¨®n del Tigre juntos, ¡°destapando su mentira y abortando su misi¨®n¡±.
Interrogados por los agentes, los miembros del supuesto escuadr¨®n aseguraron que quer¨ªan entrar a Canad¨¢ como turistas. Pidieron llamar a un abogado de la embajada saud¨ª y a este, seg¨²n la denuncia, se le escuch¨® recomendarles que dijeran que eran parte de una ¡®delegaci¨®n VIP¡¯ de visita al pa¨ªs. Todos fueron deportados a Arabia Saud¨ª menos uno, al que se le permiti¨® la entrada con pasaporte diplom¨¢tico.
¡°Habiendo fracasado en la terminaci¨®n del trabajo en Canad¨¢¡±, denuncia Al Yabri, el pr¨ªncipe ¡°contin¨²a su intento de asesinato extrajudicial hasta hoy¡±. Bin Salm¨¢n ha obtenido, asegura el escrito, una fatua de las autoridades religiosas dirigida contra Al Yabri. Ahora, advierte el denunciante, ¡°planea enviar agentes directamente a trav¨¦s de Estados Unidos para entrar en Canad¨¢ por tierra y, de una vez por todas, eliminar al doctor Saad [al Yabri]¡±.
Las autoridades saud¨ªes, seg¨²n la denuncia, han arrestado a un hijo y una hija de Al Yabri, Omar y Sarah, de 22 y 20 a?os. ¡°Un equipo de 50 hombres armados, en coches sin matr¨ªcula y vestidos con ropas civiles (...) les sac¨® de sus camas en las primeras horas de la ma?ana del 16 de marzo y les ¡®desapareci¨®¡±, asegura. Tambi¨¦n un hermano y otros parientes de Al Yabri han sido detenidos y, en algunos casos, torturados, en ¡°un intento de hacer a Al Yabri morder el anzuelo para regresar a Arabia Saud¨ª y ser ejecutado¡±.
Las explosivas acusaciones de Al Yabri, una persona con buenas relaciones en Estados Unidos, al que la CIA atribuye el haber salvado vidas estadounidenses de ataques terroristas, pueden tensar a¨²n m¨¢s la relaci¨®n de Washington con Riad, tocada ya tras el esc¨¢ndalo de la salvaje muerte de Khashoggi, que resid¨ªa en Estados Unidos y era columnista de The Washington Post.
El esc¨¢ndalo del asesinato de Khashoggi llev¨® a legisladores de uno y otro signo a arremeter contra la ¨¦lite gobernante de un pa¨ªs aliado en una regi¨®n clave para Estados Unidos, con el que ha mantenido una cooperaci¨®n econ¨®mica y de seguridad durante d¨¦cadas. El apoyo del presidente Trump, que ha evitado aceptar las conclusiones de sus propios servicios de inteligencia sobre la muerte de Khashoggi, ha permitido a Bin Salm¨¢n mantener sus lazos con Estados Unidos. Pero una causa abierta en un tribunal de Washington contra el pr¨ªncipe, con graves acusaciones formuladas por un individuo que goza del respeto y la confianza de la comunidad de inteligencia estadounidense, llena de incertidumbre el futuro inmediato. Las acusaciones llegan justo en medio de la preocupaci¨®n por la salud del padre del pr¨ªncipe heredero, el rey Salm¨¢n, de 84 a?os, cuyo fallecimiento terminar¨ªa de consolidar el poder absoluto de Mohamed bin Salm¨¢n, de 34 a?os, en el Reino del Desierto.