Lukashenko se aferra al poder en Bielorrusia ante la movilizaci¨®n masiva de la oposici¨®n
El l¨ªder autoritario se hace con su sexto mandato presidencial, seg¨²n los sondeos oficiales, entre acusaciones de ama?o electoral y protestas en las calles
Bielorrusia est¨¢ viviendo este domingo sus elecciones m¨¢s tensas e imprevisibles en d¨¦cadas. Mientras el descontento ciudadano crece, Aleksandr Lukashenko, el l¨ªder autoritario que ha gobernado con pu?o de hierro el pa¨ªs desde hace 26 a?os, vive su mayor desaf¨ªo. Lukashenko, de 65 a?os, ha retenido el poder con represi¨®n a los opositores, los medios de comunicaci¨®n y una pol¨ªtica de mano dura. Su rival, la candidata sorpresa Svetlana Tijan¨®vskaya, una exprofesora de ingl¨¦s que se presenta porque su esposo, un popular bloguero, fue arrestado y vetado a los comicios, est¨¢ obteniendo un apoyo sin precedentes. La movilizaci¨®n es ins¨®lita. Pero tambi¨¦n la represi¨®n y las maniobras de las autoridades para garantizar la reelecci¨®n del presidente. Con las encuestas independientes prohibidas, la comisi¨®n electoral de Bielorrusia da la victoria a Lukashenko con un 80% de los votos y a Tijan¨®vskaya, un 9,9% de los sufragios. La oposici¨®n ya ha denunciado fraude. Tijan¨®vskaya ha recalcado que no reconoce los resultados. Miles de personas salieron a las calles en todo el pa¨ªs para protestar tras la difusi¨®n de los primeros datos y en muchos lugares han sido dispersados violentamente por los antidisturbios. Hay decenas de detenidos y varios heridos, seg¨²n las organizaciones de derechos humanos.
Con la ira a flor de piel por la situaci¨®n econ¨®mica, la gesti¨®n nefasta de la pandemia de coronavirus y la represi¨®n habitual, el verano est¨¢ siendo caliente en Bielorrusia. La antigua rep¨²blica sovi¨¦tica, de 9,4 millones de habitantes, est¨¢ acogiendo las mayores y m¨¢s fuertes movilizaciones desde el derrumbe de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Los analistas predicen que las protestas tras el descarado ama?o electoral que se han iniciado con fuerza en la noche de este domingo a lunes electoral ser¨¢n multitudinarias. La actitud de las autoridades ante ellas y la duraci¨®n de las movilizaciones pueden derivar en una situaci¨®n de inestabilidad en el estrat¨¦gico pa¨ªs que hace de amortiguador entre la OTAN y Mosc¨².
Lukasheko, conocido en occidente como ¡°el ¨²ltimo dictador de Europa¡±, ha asegurado que no habr¨¢ tal inestabilidad. ¡°La situaci¨®n no puede subestimarse, pero decir que el pa¨ªs se ver¨¢ sumido en el caos a partir de ma?ana o alg¨²n tipo de confrontaci¨®n o guerra civil, no hay absolutamente ning¨²n fundamento¡±, dijo despu¨¦s de votar en Minsk, donde anunci¨® que se ha reforzado el control en la frontera bielorruso-rusa. En las ¨²ltimas semanas, las fuerza de seguridad y los servicios secretos bielorrusos (KGB, Bielorrusia es el ¨²nico pa¨ªs de la antigua URSS que mantiene el nombre sovi¨¦tico de su agencia de inteligencia) han arrestado a unas 1.500 personas, seg¨²n la organizaci¨®n de derechos humanos Vesna.
El s¨¢bado, la polic¨ªa arrest¨® a la jefa de campa?a de Svetlana Tijan¨®vskaya y una de sus principales confidentes, Maria Moroz, acusada de participar en protestas no autorizadas. Otros nueve miembros de su grupo han sido detenidos este domingo, seg¨²n su portavoz de prensa. Y la propia candidata, temerosa de correr el mismo destino, abandon¨® la noche del s¨¢bado al domingo su apartamento de Minsk y se ha trasladado a otro lugar junto a miembros de su equipo. Este domingo, la exprofesora de ingl¨¦s que llevaba algunos a?os retirada y trabajando en casa y cuidando a sus hijos, sali¨® para votar y fue recibida como una aut¨¦ntica estrella en su colegio electoral.
Entre los arrestados desde hace semanas est¨¢n tambi¨¦n dos de los aspirantes m¨¢s fuertes: el esposo de Tijan¨®vskaya, Sergu¨¦i, y el hombre que motiv¨® que ella fuese candidata; y Viktor Babariko, un exbanquero muy conocido que pretend¨ªa concurrir y que fue arrestado junto a su hijo, ambos est¨¢n acusados de y . El otro ¡®hombre fuerte¡¯, Valeri Tsepkalo, exembajador en Estados Unidos, sali¨® del pa¨ªs con sus dos hijos y asegur¨® que sus fuentes en los servicios de seguridad le hab¨ªan alertado de que iba a ser detenido.
Esa realidad ha sido lo que ha provocado que Tijan¨®vskaya sea la candidata ¡®sorpresa¡¯ que ha unido a la oposici¨®n. Promet¨ªa que si ganaba no se quedar¨ªa en el cargo sino que convocar¨ªa elecciones ¡°limpias y abiertas¡± en seis meses, tambi¨¦n que liberar¨ªa a los presos pol¨ªticos y que devolver¨ªa el pa¨ªs a su Constituci¨®n previa a 1996, que limitaba a dos los mandatos presidenciales.
A su campa?a se han adherido las de Babariko y Tsepkalo. Las dos jefas de campa?a de los dos aspirantes, Ver¨®nika Tsepkalo, esposa del opositor, y Mar¨ªa Kolesnikova, apoyan sin fisuras a Tijan¨®vskaya y la acompa?an sin descanso. Las tres mujeres se han convertido hoy en el s¨ªmbolo de la resistencia y han lanzado a Lukashenko, un l¨ªder que se ha destacado tradicionalmente por sus comentarios machistas, su mayor desaf¨ªo en d¨¦cadas.
Gran parte de la sociedad bielorrusa quiere cambios. Cambios que creen que Lukashenko, de 65 a?os, que ha prometido duplicar de aqu¨ª a cinco a?os el salario m¨ªnimo y mantener la estabilidad en el pa¨ªs, no puede darle. ¡°No puedo decir que ma?ana habr¨¢ otra Bielorrusia, o que haya otra sociedad, pero las cosas est¨¢n cambiando a todos los niveles, es palpable¡±, comentaba desde Minsk por videoconferencia Alena Aharelysheva, investigadora del Colegio Europeo de Artes. ¡°Esto ya es parte de nuestra historia¡±, se?ala Aharelysheva, que es observadora independiente de la organizaci¨®n no gubernamental Belarusian Helsinki Committee.
La investigadora cree que el tejido social que ha surgido durante la pandemia, para responder con voluntariado y donaciones a la nula respuesta de las autoridades, ha propiciado este momento de cambio, de uni¨®n y de descontento. Lukashenko ha tratado de minimizar y ridiculizar la importancia del coronavirus y distintas fuentes comentan que ha llegado a prohibir las mascarillas en su presencia. En los colegios electorales no son obligatorias, sin embargo, en la mayor¨ªa se ha prohibido las cortinas que guarec¨ªan y daban intimidad en las cabinas, debido supuestamente al virus. Tambi¨¦n se ha restringido la entrada y la presencia de los observadores independientes a solo tres o cinco, seg¨²n el tama?o del centro electoral.
La jefa de la Comisi¨®n Electoral Central de Bielorrusia, Lidia Yermoshina, llam¨® a los candidatos ¡°perdedores¡± a no ¡°agitar¡± a la ciudadan¨ªa. ¡°Lo m¨¢s importante es poder aceptar la derrota. Es decir, llegar a un acuerdo, aceptar, felicitar¡±, dijo Yermoshina. Las autoridades rehusaron aclarar cu¨¢ndo se har¨¢n p¨²blicos los resultados finales, que se pronostican como la encuesta a pie de urna oficial. Los primeros recuentos difundidos por la Comisi¨®n Electoral, que inform¨® de que la participaci¨®n hab¨ªa sido de un 84%, daban una victoria inmensa a Lukashenko. En las presidenciales anteriores, en 2015, el l¨ªder bielorruso obtuvo un 83,5% de los sufragios.
Pese a la victoria, el presidente sale de los comicios como lleg¨®: debilitado. Su relaci¨®n con Rusia, aliado tradicional, es m¨¢s fr¨¢gil y la tensi¨®n y la sospecha por los resultados de las elecciones no ayudan a sus v¨ªnculos con Occidente. Este a?o no hubo observadores electorales internacionales. La OSCE, que en todas las elecciones anteriores ha denunciado fraude, asegura que Bielorrusia no curs¨® la invitaci¨®n a tiempo.
En los colegios electorales de varias ciudades de Bielorrusia y del exterior se registraron colas kilom¨¦tricas. Pulseras blancas, cintas o cuerdas adornan desde hace d¨ªas las mu?ecas de cientos de ellos. Esa lazada blanca se ha convertido en un s¨ªmbolo de la oposici¨®n y una forma de reconocimiento y de c¨¢lculo del apoyo. Tambi¨¦n han convertido en su estandarte la canci¨®n Cambios, de V¨ªtor Tsoi, un s¨ªmbolo de la perestroika que est¨¢ cobrando hoy sentido en Bielorrusia, y L¡¯Estaca, de Lluis Llach, en bielorruso. Y mucha gente se qued¨® sin poder votar porque la Comisi¨®n Electoral decidi¨® no ampliar el horario, lo que desat¨® protestar en varias ciudades fuera de Bielorrusia, como en Mosc¨², ante la Embajada.
Tras la difusi¨®n del sondeo a pie de urna de las autoridades y cuando empezaban a aflorar los datos de los primeros recuentos, que daban una victoria inmensa a Lukashenko, se desataron las protestas. En Minsk, donde las autoridades han desplegado a cientos de antidisturbios, miles de personas salieron a la calle en varios puntos del centro y fueron duramente reprimidos por los antidisturbios, que usaron gas lacrim¨®geno, ca?ones de agua y granadas aturdidoras para dispersar las protestas, seg¨²n las organizaciones de derechos humanos, que han informado de al menos 120 detenidos y varios heridos. Tambi¨¦n se han registrado movilizaciones en otras ciudades, como Brest y Vitebsk. El acceso a Internet se vio ampliamente restringido en todo el pa¨ªs.
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