Bielorrusia, el amortiguador entre Rusia y Occidente
Aleksandr Lukashenko, que ha sabido explotar durante d¨¦cadas la posici¨®n geoestrat¨¦gica del pa¨ªs, afronta su mayor desafi¨® electoral en precario equilibrio
Aleksandr Lukashenko ha explotado durante a?os el papel de Bielorrusia como amortiguador entre Rusia y Occidente. Entre la OTAN y Mosc¨². Pero hoy, cuando el presidente bielorruso enfrenta su mayor desaf¨ªo en d¨¦cadas en las elecciones presidenciales de este domingo, est¨¢ perdiendo el equilibrio. Mientras en las calles y las plazas, las movilizaciones de la oposici¨®n han ido ganando terreno, Lukasheko, de 65 a?os, que lleva m¨¢s de un cuarto de siglo en el poder, ha convertido en parte central de su discurso las acusaciones a ¡°fuerzas externas¡± de preparar un complot para desalojarle del poder. Ha apuntado a Rusia, con la detenci¨®n de 33 supuestos mercenarios de la oscura compa?¨ªa Wagner, con v¨ªnculos con el Kremlin, pero tambi¨¦n a Occidente. Lukashenko, que con una econom¨ªa anquilosada se ha dado cuenta de que no tiene grandes cosas que ofrecer, maniobra para retener la presidencia en un sexto mandato, y a los expertos y observadores, que llevan a?os denunciando elecciones fraudulentas, no les cabe duda de que har¨¢ todo lo posible para lograrlo.
Lo afronta en un escenario geopol¨ªtico complejo, turbulento e ins¨®lito. Las relaciones con Mosc¨², han pasado de ¡°hermanos a socios¡± se dol¨ªa Lukashenko el martes, en su discurso anual sobre el estado de la naci¨®n. Ambos pa¨ªses est¨¢n vinculados desde 1999 con un acuerdo de uni¨®n, un modelo sindicado que consiste en la eliminaci¨®n de controles migratorios, tratados energ¨¦ticos y acuerdos comerciales y que tambi¨¦n inclu¨ªa otros elementos, como una moneda ¨²nica o c¨¢maras legislativas comunes, que nunca se materializaron.
¡°Esa uni¨®n supon¨ªa, en la pr¨¢ctica, que Bielorrusia cambiaba su lealtad geopol¨ªtica por diferentes beneficios econ¨®micos¡±, explica Yauheni Preiherman, fundador y director del Consejo de Di¨¢logo de Minsk para las Relaciones Internacionales. Pero despu¨¦s de 2014, cuando Rusia se anexion¨® Crimea, el escenario cambi¨®. Los equilibrios de Minsk empezaron a ser a¨²n mayores. Mosc¨² tambi¨¦n empez¨® a presionar para ampliar esa uni¨®n y, seg¨²n el l¨ªder bielorruso, lograr ¡°una fusi¨®n¡± de los dos Estados. El Kremlin siempre ha negado que la fusi¨®n sea su objetivo. Pero cuando Lukashenko rechaz¨® ampliar los t¨¦rminos de la uni¨®n, Mosc¨² congel¨® los ventajosos acuerdos que, entre otras cosas garantizaban a Bielorrusia un buen flujo de petr¨®leo barato que vend¨ªa despu¨¦s a Occidente con un margen de beneficios. Solo por el cambio en el r¨¦gimen de impuestos, Bielorrusia ha sufrido un agujero de 400 millones de d¨®lares (unos 339 millones de euros).
El l¨ªder bielorruso coquete¨® entonces con Estados Unidos. En febrero, Mike Pompeo visit¨® Minsk en la primera de un secretario de Estado de EEUU a Bielorrusia en m¨¢s de 25 a?os. Poco antes, ambos pa¨ªses hab¨ªan intercambiado embajadores por primera vez en 12 a?os. Y en mayo, el pa¨ªs norteamericano empez¨® a suministrar petr¨®leo a Bielorrusia.
Entonces lleg¨® la pandemia de coronavirus, que Lukashenko y las autoridades bielorrusas han tratado de minimizar e invisibilizar. Pero para la ciudadan¨ªa, ya muy cansada de a?os de represi¨®n, vulneraci¨®n constante de los derechos humanos y escasas perspectivas de mejora econ¨®mica, la p¨¦sima gesti¨®n de la covid-19 ha sido la gota que colm¨® el vaso. Bielorrusia ha sido uno de los pocos pa¨ªses que no ha cerrado fronteras o ha decretado medidas de confinamiento. Ha sido el tejido social y solidario bielorruso el que ha puesto en marcha una red voluntaria de apoyo y promovido, por ejemplo, el uso de mascarilla. Un elemento que, seg¨²n distintas fuentes, Lukashenko ha prohibido usar en su presencia.
El enojo de la ciudadan¨ªa ha alimentado a la oposici¨®n hasta tal punto que Bielorrusia est¨¢ viviendo un momento hist¨®rico. Los actos de campa?a de la candidata Svetlana Tijan¨®vskaya, una exprofesora que decidi¨® presentarse a las elecciones cuando las autoridades vetaron y encarcelaron a su marido, un conocido YouTuber, y que ha unido fuerzas con las representantes de los otros dos candidatos ¡®fuertes¡¯ vetados, son una fiesta a la que asisten miles de personas todos los d¨ªas. En las ciudades grandes y las peque?as. Y Lukashenko, acorralado, sigue con su pol¨ªtica de represi¨®n sin pudor.
El presidente bielorruso prometi¨® esta semana que en cinco a?os el salario medio mensual se duplicar¨ªa hasta los 1.000 d¨®lares, y que la econom¨ªa empezar¨ªa a crecer un 4% el a?o que viene. Pero los analistas se?alan que el l¨ªder bielorruso no tiene de donde sacar esos fondos y que esas perspectivas de crecimiento son irreales. En lo que va de a?o, la econom¨ªa bielorrusa se ha contra¨ªdo un 1,7%, menos que en los pa¨ªses de su entorno, pero eso es porque la mayor parte es estatal y reacciona muy mal a la ca¨ªda de la demanda y sigue funcionando ¡°para almacenar¡±, explica Vadim Iossub, analista senior de Alpari Eurasia.
Bielorrusa vive en un modelo econ¨®mico semi-sovi¨¦tico. Mezcla un gigantesco aparato de empresas p¨²blicas -alrededor del 70% de la econom¨ªa y dos tercios de la fuerza laboral han permanecido en manos del Estado- con empresas privadas; algunas, punteras.
Como en los tiempos de la URSS, Bielorrusia sigue siendo uno de los mayores productores de tractores y exportador a sus pa¨ªses aliados, por ejemplo, con veh¨ªculos de la conocida Minsk Tractor Works, con miles de trabajadores. Y en el lado opuesto, en la capital bielorrusa ha florecido un parque tecnol¨®gico en el que se ha desarrollado gran parte de la aplicaci¨®n israel¨ª de mensajer¨ªa Viber y se ide¨® y lanz¨®, hace ya una d¨¦cada, el famoso videojuego Game of Tanks.
El Gobierno trata de promover este sector con exenciones fiscales y entrada sin visa para las personas occidentales. Y lo cierto es que se ha convertido en un buen refugio, explica por tel¨¦fono desde Minsk Anna, una consultora de publicidad que, como muchos bielorrusos estos d¨ªas, elude dar su apellido por temor a represalias. ¡°Hoy en d¨ªa solo vives bien en este pa¨ªs si no te interesa la pol¨ªtica, si cierras los ojos a todo lo que pasa y si trabajas en cosas de nuevas tecnolog¨ªas. Si no cumples esos tres requisitos lo m¨¢s probable es que, como he pensado yo y la mayor¨ªa de mi entorno, barajes marcharte¡±, dice.
Sin embargo, ese modelo h¨ªbrido que Lukashenko ha tratado de defender y blindar a toda cosa es insostenible, advierte por tel¨¦fono Iossub. El principal problema, apunta el analista, es la enorme mole de empresas estatales ¡°ineficaces y poco rentables¡± que sobreviven de dotaciones p¨²blicas, pr¨¦stamos preferentes del Estado o deudas anuladas. Eso ha aumentado la deuda estatal hasta el 50% del PIB, una cantidad menor que en otros pa¨ªses de Europa pero que Bielorrusia, con una econom¨ªa estancada, se ve obligada constantemente a refinanciar, explica el analista.
Hoy, por mucho que Lukashenko asegure que los pretendientes de Bielorrusia son muchos, lo cierto es que Mosc¨², que sigue siendo adem¨¢s su principal acreedor, tiene a Minsk en un pu?o. En una ¨¦poca, esos ventajosos pactos comerciales con el pa¨ªs vecino y la maquinaria estatal permitieron a Bielorrusia crecer mucho m¨¢s que los pa¨ªses de su entorno. Y pese a las cr¨ªticas por su r¨¦gimen autoritario, la antigua rep¨²blica sovi¨¦tica se convirti¨® en un modelo a estudiar tambi¨¦n en Occidente.
Y mientras que en otros pa¨ªses una pujante oligarqu¨ªa emergi¨® de los escombros de la URSS, qued¨¢ndose con lo m¨¢s jugoso de sus Estados en aquella tumultuosa etapa de las privatizaciones, en Bielorrusia el sistema permaneci¨® inalterable. Y eso ha dibujado a su sociedad de hoy, en la que la diferencia entre los m¨¢s ricos y los m¨¢s pobres no es tan pronunciada como en sus vecinos.
Sin embargo, poco queda ya de aquella etapa de prosperidad. El salario medio mensual de los bielorrusos lleva estancado en 500 d¨®lares mensuales desde 2010. Y el poder adquisitivo de los ciudadanos se ha desplomado. El analista Iossub sostiene no obstante que la situaci¨®n econ¨®mica no est¨¢ jugando el papel m¨¢s determinante en las protestas y lo que Anna, la consultora en publicidad, describe como ¡°el despertar de la sociedad bielorrusa¡±. ¡°Sin embargo s¨ª ser¨¢ clave en lo que suceda despu¨¦s: ¡°Las autoridades actuales no quieren hacer las reformas y sin ellas la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs puede convertirse en muy cr¨ªtica¡±.
Tras conflictiva negociaci¨®n comercial con Mosc¨², Lukashenko se repleg¨® y el Kremlin, astutamente, tampoco ha seguido maniobrando. Pero ahora, el l¨ªder bielorruso est¨¢ mucho m¨¢s d¨¦bil. ¡°Rusia ha aprovechado esa pausa entendiendo perfectamente que despu¨¦s de estos comicios Lukashenko saldr¨¢ m¨¢s debilitado y manejable¡±, sostiene Yauheni Preiherman.
Alemania y Polonia advierten a Lukashenko ante el temor a unas elecciones ¡°irregulares¡±
Berl¨ªn, Par¨ªs y Varsovia no le quitan ojo a Minsk. Las tres capitales europeas observan ¡°con mucha preocupaci¨®n¡± las elecciones del pr¨®ximo domingo en Bielorrusia, manifestaron este viernes las capitales europeas. Ante el temor de posibles ¡°irregularidades¡± por la falta de observadores internacionales ¡ªni la OSCE ni el Consejo de Europa han sido invitados esta vez, destacan¡ª han querido mandar un mensaje de advertencia al presidente Aleksandr Lukashenko, que opta por un en¨¦simo mandato: Alemania, Francia y Polonia defender¨¢n ¡°firmemente el derecho de los bielorrusos a ejercer sus libertades fundamentales, incluidos sus derechos electorales¡±, dijeron los tres pa¨ªses en un comunicado conjunto, en el que tambi¨¦n aseguran apoyar ¡°la independencia y soberan¨ªa¡± de la antigua rep¨²blica sovi¨¦tica.
¡°Exhortamos a las autoridades bielorrusas a celebrar las elecciones presidenciales de forma libre e imparcial, especialmente garantizando una observaci¨®n independiente local del escrutinio por medio de observadores locales¡±, instan los europeos, que dicen haber ¡°tomado nota de las informaciones inquietantes sobre irregularidades en el voto anticipado¡±. En su mensaje, en el que manifiestan tambi¨¦n su preocupaci¨®n por que se puedan ¡°frustrar¡± los logros en el acercamiento bilateral conseguidos la ¨²ltima d¨¦cada mediante un ¡°di¨¢logo dif¨ªcil pero prometedor y una cooperaci¨®n pr¨¢ctica¡±, los tres europeos instan asimismo al Gobierno de Lukashenko a ¡°liberar a todos los prisioneros detenidos por motivos pol¨ªticos, a abstenerse de cualquier violencia o cualquier actividad que vaya en contra de los derechos humanos, incluidas las libertades c¨ªvicas y pol¨ªticas¡± y, tambi¨¦n, a ¡°respetar la voluntad del pueblo¡± bielorruso. ¡°No hay otra v¨ªa para reforzar la independencia de Bielorrusia que la de un di¨¢logo social aut¨¦ntico e incluyente¡±, subrayan. / Silvia Ayuso
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