Lukashenko, juguete roto para el Kremlin
Rusia busca un modo de mantener la funci¨®n de Bielorrusia de guardi¨¢n de sus fronteras con Occidente
Rusia no va a dejar que Bielorrusia sea plenamente soberana de su destino, incluso aunque deje abandonado y renuncie a apoyar al presidente, Alexandr Lukashenko. Sobre las dos cosas hay se?ales en Mosc¨² que conviene tener en cuenta cuando en Minsk se viven horas dram¨¢ticas.
Bielorrusia es el principal aliado estrat¨¦gico de Rusia en Occidente y tambi¨¦n el ¨²nico. Como un juguete roto, Lukashenko ha dejado de cumplir la funci¨®n de guardi¨¢n de las fronteras rusas en Europa. Mosc¨², sin embargo, intentar¨¢ de otro modo mantener esta funci¨®n de centinela, que considera vital. De qu¨¦ manera lo vaya a hacer el Kremlin es lo que se ir¨¢ viendo en el futuro pr¨®ximo.
Como si despertaran de un sue?o y de repente se dieran de bruces con la realidad, dos veteranos pol¨ªticos rusos de corte neoimperial se han manifestado ya en contra de las elecciones presidenciales bielorrusas, que en todas las ocasiones anteriores hab¨ªan apoyado como si hubieran sido limpias. Los comicios del pasado 9 de agosto tuvieron lugar en un ambiente de ¡°total falsificaci¨®n¡±, dijo a la web de Gazeta.ru Konstantin Zatulin, viceprimer jefe del comit¨¦ de asuntos relacionados con la Comunidad de Estados Independientes (CEI, formada por pa¨ªses postsovi¨¦ticos). Zatulin expres¨® su ¡°pesar¡± porque la misi¨®n de observadores de la CEI hab¨ªa reconocido los comicios. Gran novedad, porque las misiones de la CEI siempre reconocieron las victorias de los l¨ªderes establecidos en los pa¨ªses aliados de Rusia adonde acuden y nunca vieron las falsificaciones que para otros observadores independientes resultaban obvias.
El otro pol¨ªtico ruso que se ha expresado es Vlad¨ªmir Zhirinovski, el presidente del Partido Liberal Democr¨¢tico. Este l¨ªder populista ha afirmado que ¡°Bielorrusia ha madurado para acabar con el r¨¦gimen de Lukashenko¡±, porque ¨¦ste ha ¡°traicionado a su pueblo y contra ¨¦l se ha levantado todo el pa¨ªs¡±. ¡°Las protestas de Bielorrusia son el principio del fin de Lukashenko y ¨¦l mismo lo entiende. Tanto si se mantiene una semana como un mes o un a?o, tendr¨¢ que huir del pa¨ªs¡±, ha sentenciado Zhirinovski, que tiene fama de decir en voz alta lo que piensan (y no dicen) en c¨ªrculos del Kremlin.
Otro detalle que llama la atenci¨®n es la actitud de miembros de la intelectualidad rusa bien establecidos que tambi¨¦n descubren de repente el car¨¢cter ¡°tir¨¢nico¡± del l¨ªder bielorruso. El m¨¢s expansivo ha sido el director de orquesta Vlad¨ªmir Spivakov, quien ha devuelto a Lukashenko una condecoraci¨®n que ¨¦ste le impuso en 2014. En marzo de aquel a?o, Spivakov fue uno de los firmantes de la carta que cerca de 90 profesionales de la cultura rusa dirigieron al presidente Vlad¨ªmir Putin en apoyo de la anexi¨®n de Crimea. Spivakov, quien dijo entonces no poder ser ¡°observador indiferente¡± ante el ¡°destino de Crimea¡±, afirma ahora que Lukashenko preside un r¨¦gimen ¡°oscurantista¡± de ¡°extrema crueldad¡±. Otros varios profesionales del mundo del espect¨¢culo, que apoyaron la anexi¨®n pero que no mostraron ninguna compasi¨®n por los muertos ucranios, se solidarizan tambi¨¦n con los bielorrusos.
La historia no tiene por qu¨¦ repetirse en Bielorrusia en 2020 igual que en Crimea en 2014, pero en estas horas de tensi¨®n hay quien teme que en Minsk se produzca un aterrizaje de hombres verdes (o vestidos de otro color). Y tal vez sea conveniente dirigir de nuevo la atenci¨®n hacia aquel contingente de ¡°ciudadanos rusos¡± que Lukashenko encarcel¨® y que supuestamente estaban en Bielorrusia con rumbo a Estambul. ?Tal vez los paramilitares rusos (reclamados en parte por Ucrania) no pensaban ir m¨¢s lejos de Bielorrusia? ?Tal vez Lukashenko ten¨ªa raz¨®n cuando dijo que los supuestos miembros de una compa?¨ªa de seguridad rusa estaban preparando algo contra ¨¦l?
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