La mayor protesta en Bielorrusia pone contra las cuerdas a Lukashenko
El mandatario rechaza repetir las elecciones y asegura que "ni muerto" permitir¨¢ la entrega del pa¨ªs mientras el Kremlin le ofrece su apoyo
Aleksandr Lukashenko no est¨¢ dispuesto a dejar el poder. El l¨ªder autoritario, que ha gobernado con pu?o de hierro Bielorrusia desde 1994, se niega a repetir las elecciones presidenciales, pese a las enormes sospechas de fraude. ¡°Si destruyen a Lukashenko ser¨¢ el principio del fin¡±, clam¨® este domingo en Minsk ante miles de seguidores, que convoc¨® y transport¨® desde distintos puntos del pa¨ªs para apoyarle. Pero la realidad es tozuda, y en las calles ...
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Aleksandr Lukashenko no est¨¢ dispuesto a dejar el poder. El l¨ªder autoritario, que ha gobernado con pu?o de hierro Bielorrusia desde 1994, se niega a repetir las elecciones presidenciales, pese a las enormes sospechas de fraude. ¡°Si destruyen a Lukashenko ser¨¢ el principio del fin¡±, clam¨® este domingo en Minsk ante miles de seguidores, que convoc¨® y transport¨® desde distintos puntos del pa¨ªs para apoyarle. Pero la realidad es tozuda, y en las calles de la capital y de otras ciudades una marea humana ha exigido su dimisi¨®n en las mayores movilizaciones en la historia de Bielorrusia. Debilitado, el l¨ªder bielorruso hab¨ªa apelado a Putin. Este domingo, el Kremlin ha confirmado que est¨¢ dispuesto a acudir en apoyo de quien se ha convertido en un aliado problem¨¢tico, aumentando la tensi¨®n y los temores de una posible intervenci¨®n militar.
¡°No les he convocado aqu¨ª para que me defiendan, sino para que podamos defender nuestro pa¨ªs, nuestras familias, nuestras hermanas, esposas y ni?os¡±, resalt¨® Lukashenko en un llamamiento emocional a sus partidarios en la plaza de la Independencia de Minsk. ¡°No dejar¨¦ que nadie regale nuestro pa¨ªs, incluso despu¨¦s de muerto no lo permitir¨¦¡±, clam¨® desafiante el l¨ªder bielorruso ante unos cuantos miles de personas, sobre todo empleados estatales y funcionarios llegados en autobuses y trenes hasta la capital. Seg¨²n el Ministerio del Interior, fueron 60.000; seg¨²n el recuento de los medios independientes, unos 4.000.
All¨ª, Lukashenko zanj¨® categ¨®ricamente la idea de una nueva convocatoria de comicios y defendi¨® los resultados en los que la comisi¨®n electoral le dio un 80% de los votos frente al 10% de su principal rival, Svetlana Tijan¨®vskaya, autoexiliada en Lituania desde el martes al sentir amenazada su familia. Ahondando en su discurso sobre un supuesto complot exterior para derrocarle, Lukashenko acus¨® a las potencias occidentales de interferir en la soberan¨ªa del pa¨ªs y de reunir unidades militares a lo largo de las fronteras occidentales de Bielorrusia.
¡°Los aviones de la OTAN est¨¢n a 15 minutos de vuelo, sus tropas y tanques se hallan a nuestras puertas. Lituania, Letonia, Polonia y, lamentablemente, nuestra querida Ucrania nos ordenan que repitamos las elecciones, pero si les hacemos caso caeremos en picado¡±, insisti¨®, agregando que nuevos comicios significar¨ªan la muerte ¡°como Estado y naci¨®n¡± de Bielorrusia. ¡°No queremos convertirnos en un cord¨®n sanitario entre Oriente y Occidente, no queremos convertirnos en el retrete de Europa¡±, dijo en su discurso televisado, ante sus seguidores que le vitoreaban por su apodo favorito, Batka, o ¡°padre¡± de la naci¨®n. La OTAN desestim¨® las palabras del l¨ªder bielorruso.
Lukashenko, de 65 a?os, que ha construido un r¨¦gimen autoritario reprimiendo a la oposici¨®n, a los medios de comunicaci¨®n y que est¨¢ bajo el foco por vulnerar los derechos humanos, enfrenta el mayor desaf¨ªo de su m¨¢s de un cuarto de siglo de mandato. Las protestas por el fraude electoral y por la violencia policial con la que se reprimieron los primeros d¨ªas de movilizaciones y en las que fallecieron al menos dos manifestantes no dejan de crecer. Tanto que se ha extendido en forma de huelgas y paros laborales a un buen n¨²mero de empresas estatales y f¨¢bricas, que suelen ser las bases de Lukashenko.
Y ante al aumento del descontento incesante y en vista de que ha perdido el apoyo de la calle, el l¨ªder bielorruso recurri¨® el s¨¢bado a Vlad¨ªmir Putin. Lukashenko le dijo que las protestas est¨¢n ¡°impulsadas y organizadas desde el exterior¡± y que podr¨ªan extenderse al pa¨ªs vecino. Y le dio a entender que, llegado el caso, si ¨¦l cae, el ruso podr¨ªa ser el siguiente. Apel¨® a dos de las teclas que suelen movilizar al Kremlin: el temor a la injerencia de potencias occidentales y a una revoluci¨®n dentro de su territorio.
Menos de 24 horas despu¨¦s de esa advertencia, Lukashenko y Putin volvieron a hablar. Y el Kremlin recalc¨® que Rusia, teniendo en cuenta ¡°la presi¨®n ejercida [sobre Bielorrusia] desde el exterior¡± est¨¢ dispuesta a brindar asistencia para ¡°resolver los problemas¡±, incluso bajo el pacto de seguridad colectiva que recogen los tratados entre ambos pa¨ªses ¡°si es necesario¡±, seg¨²n el comunicado del Kremlin, que no mencion¨® desde donde llegaba la supuesta presi¨®n.
Las manifestaciones contra el r¨¦gimen de Lukashenko y para exigir la convocatoria de nuevas elecciones han llegado este domingo a su octavo d¨ªa consecutivo. Son ya las mayores movilizaciones jam¨¢s vistas en Bielorrusia. En Minsk, a 2,5 kil¨®metros de la manifestaci¨®n convocada por el Gobierno en apoyo a Lukashenko, decenas de miles de personas le han gritado que se vaya en una ¡°marcha de la solidaridad¡± ins¨®lita en la peque?a rep¨²blica exsovi¨¦tica, de 9,4 millones de habitantes, en la que hasta hace solo unos meses pocos se atrev¨ªan a criticar al Gobierno en p¨²blico.
¡°Las cosas ya no volver¨¢n a ser igual nunca¡±, dice Olga Motornova desde Minsk. ¡°El pa¨ªs ha perdido el miedo y ya no hay vuelta atr¨¢s en eso pase lo que pase¡±, dice la ingeniera de telecomunicaciones de 33 a?os por tel¨¦fono. Las sospechas y evidencias crecientes de manipulaci¨®n se suman al descontento por a?os de represi¨®n, el estancamiento econ¨®mico, la falta de reformas y la nefasta gesti¨®n de la pandemia de coronavirus. Lukashenko, que se mof¨® del virus y asegur¨® que la mejor manera de combatirlo era con vodka, sauna, hockey y labrando la tierra con un tractor bielorruso, no decret¨® medidas de cuarentena ni cerr¨® las fronteras del pa¨ªs. Y ante el aumento de casos y falta de apoyo p¨²blico, los bielorrusos construyeron un tejido social que, a base de solidaridad, supli¨® esas carencias. Es ese tejido lo que alimenta ahora e impulsa la sociedad civil tras la oposici¨®n y las protestas.
¡°Seguiremos saliendo a la calle hasta que se d¨¦ por aludido. Le queremos fuera¡±, remarca Artiom Jodakov desde la manifestaci¨®n contra el l¨ªder bielorruso de Minsk. Con la bandera blanca con una franja roja ¡ªque la oposici¨®n ha tomado como s¨ªmbolo¡ª y vestidos de esos mismos colores, los partidarios de la oposici¨®n han clamado ¡°fuera¡± y ¡°libertad¡±. Algunos manifestantes llevaban fotograf¨ªas de sus seres queridos que, explicaban, no hab¨ªan podido asistir por estar todav¨ªa arrestados o recuper¨¢ndose de la detenci¨®n. En los primeros d¨ªas, las autoridades detuvieron a unas 7.000 personas, y los testimonios que afloran de los que van siendo liberados hablan de brutalidad policial. Tambi¨¦n organizaciones como Amnist¨ªa Internacional, Human Rights Watch o el Comit¨¦ Helsinki de Bielorrusia han documentado malos tratos e incluso torturas.
La indignaci¨®n por la violencia de las autoridades sobre los manifestantes pac¨ªficos ha nutrido el descontento. Hasta tal punto que este domingo, el ministro del Interior, Yuri Kar¨¢yev, ha se?alado que estaba contra los abusos. ¡°Est¨¢ muy mal, no deber¨ªa suceder. Investigaremos todas las acusaciones, pero no ahora sino cuando la situaci¨®n se calme. Ya dije que lamento que algunos hayan sido golpeados¡±, declar¨® en la manifestaci¨®n progubernamental.
¡°Vemos que este dictador no se detendr¨¢ ante nada, que incluso est¨¢ dispuesto a sacrificar la soberan¨ªa y la independencia de Bielorrusia para retener su poder¡±, ha apuntado Maria Kolesnikova, una de las mujeres del tr¨ªo opositor de Tijan¨®vskaya que han desafiado a Lukashenko, que ha tratado de denostarlas con comentarios machistas. El l¨ªder bielorruso ha perdido ya el apoyo de decenas de miles de trabajadores de las f¨¢bricas e incluso periodistas de la televisi¨®n estatal, uno de sus brazos propagand¨ªsticos, se mostraron dispuestos a unirse a la movilizaci¨®n.
Lo que suceda en Bielorrusia, con una amplia frontera con Rusia, pero tambi¨¦n con Letonia, Lituania, Polonia y Ucrania, es decisivo para toda la regi¨®n. Mosc¨² no parece dispuesto a perder su influencia sobre el pa¨ªs, que ha actuado desde hace a?os de amortiguador entre Rusia y la OTAN, pero el Kremlin est¨¢ valorando ahora sus acciones. Y ninguna parece del todo deseable.
Los analistas no est¨¢n convencidos de que Putin vaya a apoyar a Lukashenko a cualquier coste y se?alan que una intervenci¨®n militar podr¨ªa aflorar sentimientos antirrusos en Bielorrusia, donde son minoritarios. Tampoco la oposici¨®n a Lukashenko es antirrusa.
Minsk anuncia maniobras militares en su flanco occidental
Para que nadie dude de que el presidente bielorruso se toma en serio la amenaza que supone la OTAN para su pa¨ªs, Aleksandr Lukasenko anunci¨® el domingo maniobras militares inmediatas a partir del lunes y hasta el jueves pr¨®ximo, seg¨²n un comunicado del Ministerio de Defensa de Bielorrusia citado por Interfax.
En su discurso el mismo d¨ªa en la plaza de la Independencia ante sus partidarios, Lukashenko hab¨ªa asegurado que en la frontera occidental otros pa¨ªses estaban reforzando su potencial militar y advertido del peligro que significa que los aviones de la Alianza se encuentren a solo un cuarto de hora de vuelo y que los tanques y las tropas est¨¦n pr¨¢cticamente a las puertas de Bielorrusia.
Las maniobras en las que participar¨¢n las tropas de misiles y de artiller¨ªa se realizar¨¢n en los alrededores de la central at¨®mica bielorrusa que se est¨¢ construyendo en la frontera noroeste del pa¨ªs, en la localidad de Vorniany, y los pol¨ªgonos de la provincia de Grodno.
Lukashenko parece decidido a jugar a fondo la carta de la amenaza de la OTAN, ya que sabe que es precisamente el avance de la Alianza lo que m¨¢s teme el Kremlin. Y la ca¨ªda del actual r¨¦gimen de Lukashenko bien podr¨ªa significar en el futuro la presencia de la OTAN en territorio de Bielorrusia.
La OTAN, mientras tanto, en un comunicado divulgado en Bruselas, neg¨® que est¨¦ aumentando su presencia en Europa Oriental. La portavoz Oana Lungescu se?al¨® que la Alianza no amenaza a ning¨²n pa¨ªs y que sigue atentamente la situaci¨®n en Bielorrusia.