?lvaro Uribe renuncia al Senado ante la investigaci¨®n que lo mantiene en arresto domiciliario
El expresidente colombiano est¨¢ procesado por la Corte Suprema de Justicia por presunto soborno a testigos y fraude procesal
El expresidente de Colombia ?lvaro Uribe V¨¦lez (2002-2010), bajo detenci¨®n domiciliaria por un caso de presunta manipulaci¨®n de testigos que avanza en la Corte Suprema, ha renunciado este martes a su esca?o en el Senado, donde era el jefe indiscutible de la bancada del Centro Democr¨¢tico, el partido de Gobierno. La dimisi¨®n desata un debate acerca de la competencia del alto tribunal, que es el encargado de juzgar a...
El expresidente de Colombia ?lvaro Uribe V¨¦lez (2002-2010), bajo detenci¨®n domiciliaria por un caso de presunta manipulaci¨®n de testigos que avanza en la Corte Suprema, ha renunciado este martes a su esca?o en el Senado, donde era el jefe indiscutible de la bancada del Centro Democr¨¢tico, el partido de Gobierno. La dimisi¨®n desata un debate acerca de la competencia del alto tribunal, que es el encargado de juzgar a los congresistas.
Uribe ha dicho que la medida de aseguramiento con detenci¨®n domiciliaria le anula sus ¡°expectativas de regresar al Senado¡± y ha reiterado que, a su juicio, le han sido violadas ocho garant¨ªas procesales, que ¨¦l y su abogado fueron interceptados y que se han dado filtraciones a la prensa, entre otras denuncias. Adem¨¢s, argument¨® que est¨¢ ¡°detenido por inferencias, sin pruebas directas¡±, en clara respuesta a la investigaci¨®n de la Corte Suprema de Justicia, que dur¨® m¨¢s de dos a?os. ¡°Hago mis votos por una reforma a la justicia que la despolitice al cambiar el sistema de elecci¨®n de magistrados¡±, escribi¨® el expresidente en la carta que dirigi¨® al presidente del Legislativo, Arturo Char. El Senado vot¨® este mismo martes para aceptar su renuncia, con 82 congresistas a favor y 12 en contra.
El exmandatario, que es el mentor pol¨ªtico del presidente Iv¨¢n Duque, se convirti¨® tambi¨¦n en los comicios legislativos de 2018 en el senador m¨¢s votado en la historia del pa¨ªs, con 800.000 votos. Cuando la Corte lo llam¨® a indagatoria en julio de ese a?o, antes de la posesi¨®n de Duque, ya hab¨ªa renunciado a su esca?o, pero se retract¨® pocos d¨ªas despu¨¦s.
¡°Que Uribe renuncie al Senado no implica bajo ninguna circunstancia que la Corte Suprema de Justicia pierda su competencia para avanzar en la investigaci¨®n y llamarlo a juicio¡±, reaccion¨® el senador Iv¨¢n Cepeda, considerado v¨ªctima en el proceso por manipulaci¨®n de testigos del que est¨¢ acusado el expresidente. ¡°Uribe, en su condici¨®n de senador, utiliz¨® a miembros de su unidad de trabajo legislativo para contactar a distintos presos en las c¨¢rceles del pa¨ªs, paramilitares, para que declararan en mi contra. La competencia por estos hechos sigue estando en la Corte Suprema de Justicia¡±, dijo el congresista de oposici¨®n, anticip¨¢ndose a las interpretaciones jur¨ªdicas sobre el alcance de la renuncia. En caso de que la Corte perdiera su competencia, el caso pasar¨ªa a manos de la Fiscal¨ªa.
El proceso contra Uribe se remonta a 2012, cuando el exmandatario present¨® una denuncia contra Cepeda ante la Corte Suprema por un supuesto complot en su contra que, seg¨²n su versi¨®n, involucraba falsos testigos en c¨¢rceles colombianas para vincularlo a las actividades de grupos paramilitares. Sin embargo, el caso dio un giro en 2018, cuando el alto tribunal se abstuvo de procesar a Cepeda y, por el contrario, pidi¨® investigar al exmandatario bajo la sospecha de que fue ¨¦l quien manipul¨® testigos para que se retractaran y acusaran a Cepeda. La denuncia original de un paramilitar se?ala que en una antigua propiedad de la familia Uribe se cre¨® un grupo de autodefensas.
Tras dejar la Presidencia, Uribe se ha mantenido como el gran fen¨®meno electoral en lo que va de siglo en Colombia, y probablemente en el pol¨ªtico que m¨¢s divide a la sociedad colombiana. Durante los dos per¨ªodos de su sucesor, Juan Manuel Santos (2010-2018), se convirti¨® en el m¨¢s f¨¦rreo opositor a las negociaciones de paz con la extinta guerrilla de las FARC, y al acuerdo sellado a finales de 2016. En el camino congreg¨® a los sectores m¨¢s religiosos y conservadores en torno al Centro Democr¨¢tico. A su alrededor se constituy¨® toda una corriente pol¨ªtica, el uribismo, que en la pr¨¢ctica encarna posiciones de derecha radical. Aunque dej¨® el poder con altos niveles de popularidad, su aceptaci¨®n en las encuestas ha mostrado un pronunciado declive, con un 59% de imagen desfavorable seg¨²n la m¨¢s reciente Gallup Poll.
Durante sus dos periodos, Uribe impuls¨® una pol¨ªtica de seguridad aplaudida por los sectores m¨¢s conservadores por su mano dura, pero al mismo tiempo se?alada como caldo de cultivo de los llamados falsos positivos: ejecuciones extrajudiciales de civiles presentados despu¨¦s por los militares como guerrilleros ca¨ªdos en combates a cambio de beneficios. Seg¨²n un informe de la Fiscal¨ªa, hubo al menos 2.248 ejecuciones extrajudiciales entre 1998 y 2014, de las cuales el 97% de los casos se dieron en los Gobiernos de Uribe.