Los militares toman el poder en Mal¨ª con un golpe de Estado que ha forzado la dimisi¨®n del presidente
El coronel Assimi Goita lidera la junta castrense y se convierte en presidente 'de facto' del pa¨ªs
El grupo de militares que protagoniz¨® este martes un golpe de estado en Mal¨ª y forz¨® la dimisi¨®n del presidente Ibrahim Boubacar Keita, en el poder desde 2013, ha anunciado este mi¨¦rcoles la creaci¨®n del autoproclamado comit¨¦ nacional de salvaci¨®n para conducir al pa¨ªs a trav¨¦s de una ¡°transici¨®n pol¨ªtica civil¡± hacia unas elecciones libres y democr¨¢ticas ¡°en un plazo razonable¡±. Al frente de dicha junta castrense se ha puesto el coronel Assimi Goita, hasta ahora m¨¢ximo responsable de las f...
El grupo de militares que protagoniz¨® este martes un golpe de estado en Mal¨ª y forz¨® la dimisi¨®n del presidente Ibrahim Boubacar Keita, en el poder desde 2013, ha anunciado este mi¨¦rcoles la creaci¨®n del autoproclamado comit¨¦ nacional de salvaci¨®n para conducir al pa¨ªs a trav¨¦s de una ¡°transici¨®n pol¨ªtica civil¡± hacia unas elecciones libres y democr¨¢ticas ¡°en un plazo razonable¡±. Al frente de dicha junta castrense se ha puesto el coronel Assimi Goita, hasta ahora m¨¢ximo responsable de las fuerzas especiales en la regi¨®n central, que se convierte de esta manera en presidente de facto del pa¨ªs. ¡°Mal¨ª atraviesa una crisis de seguridad y sociopol¨ªtica. Ya no tenemos derecho a equivocarnos¡±, dijo Goita este mi¨¦rcoles a los medios.
Bamako, la capital maliense, amaneci¨® tranquila, aunque con una visible presencia militar en los puntos estrat¨¦gicos, tras una jornada de infarto el d¨ªa anterior que comenz¨® con una confusa rebeli¨®n castrense que, con el paso de las horas, se acab¨® convirtiendo en un golpe de Estado en toda regla que cont¨® con el entusiasta apoyo de miles de personas en las calles. La condena de todos los organismos internacionales y la petici¨®n de liberaci¨®n del presidente y su primer ministro, desde Naciones Unidas hasta la Uni¨®n Africana, ha sido un¨¢nime, pero este putsch sin derramamiento de sangre tiene un cierto aroma a rebeli¨®n popular fruto del hartazgo de un pa¨ªs que se deslizaba sin freno por una profunda crisis de m¨²ltiples rostros.
¡°Nuestro pa¨ªs se hunde cada d¨ªa en el caos, la anarqu¨ªa y la inseguridad por culpa de los hombres encargados de su destino¡±, dijo Wagu¨¦ en su declaraci¨®n televisada acompa?ado de otros golpistas. Asimismo, denunci¨® el ¡°clientelismo pol¨ªtico¡±, la ¡°gesti¨®n familiar de los asuntos del Estado¡±, ¡°el despilfarro y robo¡± de los recursos p¨²blicos y ¡°las masacres de campesinos, el terrorismo y el extremismo¡±. Tanto Keita como su primer ministro, Boubou Ciss¨¦, siguen en manos de los militares, al igual que el jefe del Estado Mayor de la Defensa, altos cargos del Ej¨¦rcito, el presidente del Parlamento y los ministros de Defensa, Finanzas y Justicia, que est¨¢n en paradero desconocido.
La asonada militar a c¨¢mara lenta, que se materializ¨® con el paso de las horas, dej¨® tres im¨¢genes cargadas de simbolismo. La primera, la irrupci¨®n de los blindados procedentes de la base militar de Kati, en el centro de Bamako, entre aplausos, v¨ªtores y el sonido de las vuvuzelas. La algarab¨ªa que acompa?¨® a los soldados rebeldes durante toda la jornada evidencia el sentimiento de buena parte de la ciudadan¨ªa.
La segunda imagen es la de un grupo de alborotados j¨®venes ba?¨¢ndose entre risas en la piscina de la saqueada casa de Karim Keita, el hijo del presidente, a quien hace unos meses, mientras el pa¨ªs se abr¨ªa en canal en manifestaciones antigubernamentales reprimidas con violencia, se le pod¨ªa ver en fiestas privadas en yates de lujo. La ¨²ltima escena la protagoniz¨® su padre, un apesadumbrado y solitario Ibrahim Boubacar Keita, mascarilla en ristre y a altas horas de la madrugada, pidiendo perd¨®n por esa represi¨®n y anunciando su renuncia a trav¨¦s de un mensaje televisado.
Entre el primer y ¨²ltimo momento se produjo el secuestro del presidente y de Ciss¨¦, el instante culminante del golpe militar. A medida que los convoyes iban ocupando posiciones en la capital iba quedando m¨¢s claro que no iban a encontrar ninguna resistencia. Al frente del autoproclamado comit¨¦ nacional de salvaci¨®n est¨¢n dos coroneles y un general, pero esta violaci¨®n del orden constitucional ha contado con el respaldo o al menos la benevolencia de todas las Fuerzas Armadas, sobre todo en el medio y bajo escalaf¨®n. Keita y Ciss¨¦ se encontraban en la residencia particular del primero, conscientes de que su final como mandatarios estaba pr¨®ximo, aguardando el golpe definitivo. Su traslado manu militari al cuartel de Kati no fue sino la pen¨²ltima humillaci¨®n.
El golpe de los coroneles
El anuncio televisado de la toma del poder por parte del consejo nacional de salvaci¨®n ha permitido a los malienses conocer la identidad de los militares autores del golpe de Estado. Se trata de oficiales de alto rango, un general y cuatro coroneles, con amplia experiencia de terreno y formaci¨®n, a diferencia de los putchistas de 2012, menos curtidos en la batalla. Hasta ahora, sus decisiones han ido encaminadas a tranquilizar a los aliados de Mal¨ª en la lucha contra el yihadismo, como Francia o los miembros del G5 del Sahel, garantizar que no ambicionan seguir en el poder y que habr¨¢ una transici¨®n hacia la democracia y un poder civil y, por ¨²ltimo, pedir a los ciudadanos que mantengan la calma y que se abstengan de llevar a cabo actos vand¨¢licos.
El oficial de mayor rango es el general de brigada Cheick Fanta Mady Dembel¨¦, director general de la Escuela de Mantenimiento de la Paz Alioune Blondin Beye desde diciembre de 2018. Con anterioridad hab¨ªa ocupado el puesto de responsable de gesti¨®n de conflictos y planificaci¨®n estrat¨¦gica en la Comisi¨®n de Paz y Seguridad de la Uni¨®n Africana. Es licenciado en Historia por la Universidad de la Sorbona en Par¨ªs. El resto son el ya citado coronel Assimi Goita; el coronel Malick Diaw, jefe de la tercera divisi¨®n militar de Kati, a quien se conoce por haber combatido en el norte contra los yihadistas y por liderar la Fuerza Especial de Servicios de Inteligencia; el coronel Sadio Camara, que acaba de regresar de una formaci¨®n en Rusia; y, finalmente, el coronel Modibo Kol¨¦, responsable de la Guardia Nacional en Mopti.
¡°Mal¨ª es la manzana podrida del Sahel¡±, asegura el investigador Bakary Samb¨¦, director del Instituto Timbukt¨². Pero es mucho m¨¢s que eso. Desde que una heterog¨¦nea coalici¨®n de grupos yihadistas e independentistas tuaregs se alzara en armas en 2012 en el norte del pa¨ªs han pasado ocho a?os en que la situaci¨®n solo ha ido a peor. Los radicales, desalojados de las grandes ciudades en 2013, resistieron el avance de las tropas francesas apoyados en el hist¨®rico abandono de amplios sectores de la poblaci¨®n rural y semin¨®mada del interior. All¨ª se hicieron fuertes y prosperaron hasta el punto de que, en la actualidad, dos terceras partes del pa¨ªs est¨¢n fuera del control del Estado. Cada cierto tiempo un atentado o una masacre inter¨¦tnica sacude a la opini¨®n p¨²blica.
La inseguridad como desaf¨ªo
Para Francia, que ha seguido todo el golpe con ¡°inquietud¡±, como dijo el Gobierno de Emmanuel Macron la v¨ªspera, ¡°la prioridad es no perder los activos de la lucha contra el terrorismo¡±, se?alaron este mi¨¦rcoles fuentes del El¨ªseo. ¡°La lucha contra los grupos terroristas y la defensa de la democracia y del Estado de derecho son inseparables¡±, ha se?alado este mi¨¦rcoles Macron, informa Silvia Ayuso desde Par¨ªs.
No solo para Francia sino tambi¨¦n para Europa, Mal¨ª se ha convertido en un aut¨¦ntico desaf¨ªo en materia de seguridad. Adem¨¢s de ser el origen de la desestabilizaci¨®n de todo el Sahel central, por este pa¨ªs pasan las rutas migratorias que desde ?frica occidental desembocan en Europa. ¡°La situaci¨®n en el Sahel es una situaci¨®n de inter¨¦s com¨²n¡± para Europa porque ¡°la pacificaci¨®n y estabilizaci¨®n de la regi¨®n es un inter¨¦s europeo com¨²n, porque la lucha contra el terrorismo es un inter¨¦s com¨²n, al igual que el desarrollo de esos pa¨ªses y la emigraci¨®n son intereses comunes. Pase lo que pase en Mal¨ª, hay un inter¨¦s colectivo europeo en seguir comprometidos (en el Sahel)¡±, insistieron las fuentes oficiales francesas.
La Uni¨®n Europea mantiene operativa desde 2013 la Misi¨®n de Entrenamiento en Mal¨ª (EUTM), destinada a formar a un Ej¨¦rcito maliense escasamente dotado y desmoralizado. En ella participan unos 200 soldados espa?oles de un total de 550 efectivos y su base principal est¨¢ en Koulikoro, a unos 60 kil¨®metros de Bamako. La ministra espa?ola de Defensa, Margarita Robles, asegur¨® este mi¨¦rcoles que todos est¨¢n bien aunque ¡°se ha elevado el nivel de alarma¡±.
La incapacidad del inmenso despliegue militar franc¨¦s, unos 5.100 soldados en todo el Sahel, y de la misi¨®n de la ONU para traer la paz a Mal¨ª tambi¨¦n est¨¢ en el origen de este golpe de Estado. A medida que el yihadismo se iba extendiendo y gangrenando primero el norte y luego el centro del pa¨ªs, traspasando incluso las fronteras hacia Burkina Faso y N¨ªger, el malestar iba creciendo en Bamako. La clase pol¨ªtica, enredada en tiras y aflojas dom¨¦sticos, no solo no lograba sentar a los malienses para que, a trav¨¦s del di¨¢logo, resolvieran sus problemas, sino que se mostraba incapaz de poner en orden servicios tan b¨¢sicos como la Sanidad o la Educaci¨®n, en constante crisis y sacudidos por huelgas de m¨¦dicos y maestros que reclamaban un trato digno de un presupuesto cada vez m¨¢s menguante.
As¨ª las cosas, entre esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y el desmoronamiento del r¨¦gimen, llegaron el coronavirus y las elecciones legislativas del pasado mes de abril. Los comicios, en los que el partido gobernante obten¨ªa una ajustada victoria con una baj¨ªsima participaci¨®n, se transformaron en un nuevo enredo cuando el Tribunal Constitucional alter¨® los resultados para otorgar m¨¢s esca?os a los hombres y mujeres de Keita. No pasaron ni 24 horas y la indignaci¨®n salt¨® a las calles. Primero de forma t¨ªmida y luego como una marea imparable que ped¨ªa, de manera cada vez m¨¢s contundente, la dimisi¨®n del presidente.
Los cantos de Mahmud Dicko
Entre el ruido atronador del malestar ciudadano emergieron entonces los cantos de sirena del im¨¢n Mahmud Dicko, un conocido l¨ªder religioso de moral conservadora que logr¨® reunir en torno a ¨¦l todo el descontento de unos ciudadanos que buscan pero no encuentran una salida en la desgastada clase pol¨ªtica que lleva gobernando el pa¨ªs m¨¢s de dos d¨¦cadas. Con el l¨ªder natural de la oposici¨®n, Souma?la Ciss¨¦, secuestrado por los yihadistas desde marzo, Dicko asumi¨® el rol preponderante de vehicular todo ese hartazgo. Sus manifestaciones en Bamako fueron multitudinarias y el im¨¢n apunt¨® directamente a Keita. El poder se inquiet¨® y comenz¨® a ceder.
Pero el 10 y 11 de julio, el Gobierno cruz¨® el Rubic¨®n cuando los polic¨ªas y militares, incapaces de controlar a la multitud, dispararon contra los j¨®venes que quemaban neum¨¢ticos y montaban barricadas. Fallecieron 14 personas por heridas de bala. Ya no habr¨ªa vuelta atr¨¢s. Los pa¨ªses vecinos trataron de impulsar un proceso negociador para mantener a un presidente que hab¨ªa agotado su poco cr¨¦dito. Todo fue in¨²til. Para este martes se hab¨ªa convocado el inicio de una campa?a de desobediencia civil que iba a hundir a Mal¨ª un poco m¨¢s en el caos y el desgobierno. Los militares, que tambi¨¦n son ciudadanos, decidieron ahorrarse el espect¨¢culo y quiz¨¢s algunos muertos m¨¢s. Bast¨® un soplido para que Keita, ya sin sost¨¦n interno y erosionado hasta un l¨ªmite insoportable, cayera sin mucho estr¨¦pito.