Derechos humanos: la peor fractura
Las crisis en el BID y en la CIDH est¨¢n inspiradas en la estrategia que, con aires imperiales, Donald Trump se ha fijado para Am¨¦rica Latina
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, acaba de vetar que se vuelva a designar al brasile?o Paulo Abr?o como secretario ejecutivo de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Abr?o fue postulado por la totalidad de los miembros de la Comisi¨®n. Almagro no est¨¢ obligado a acatar la recomendaci¨®n. Pero es la primera vez que un secretario general ignora ese dictamen. La novedad no es t¨¦cnica. Es pol¨ªtica. La fractura que se registra en la pol¨ªtica dom¨¦stica de la mayor parte de los pa¨ªses de la regi¨®n ha producido alineamientos internacionales cada vez m¨¢s intransigentes. Ahora esa polarizaci¨®n se est¨¢ trasladando a las instituciones continentales. La discusi¨®n que se abri¨® en la CIDH hace juego con la que agita al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). No se trata de una semejanza azarosa. Las dos crisis est¨¢n inspiradas en la estrategia que, con aires imperiales, el Gobierno de Donald Trump se ha fijado para Am¨¦rica Latina. Est¨¢n conectadas entre s¨ª.
La CIDH tiene una misi¨®n important¨ªsima en la vida de la regi¨®n. Es la instituci¨®n a la que puede asistir cualquier latinoamericano que se enfrente a una violaci¨®n de sus derechos b¨¢sicos. En ese rol, la Comisi¨®n determina los casos que debe tratar la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Sus siete integrantes son designados por la Asamblea General de la OEA. A lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas, no solo ha perfeccionado est¨¢ndares para la prevenci¨®n y sanci¨®n de delitos de lesa humanidad. Tambi¨¦n ha dictado medidas cautelares ante las que los estados de la OEA deben allanarse. La gesti¨®n operativa de esa agenda est¨¢ a cargo del secretario ejecutivo. Es la posici¨®n que ven¨ªa ocupando Abr?o.
Almagro objet¨® a este funcionario alegando 61 denuncias de acoso laboral. Hasta ahora no se conocieron esos cargos. Por eso adquiere m¨¢s relieve la decisi¨®n de ignorar el parecer de la Comisi¨®n en la designaci¨®n. Es una decisi¨®n sin antecedentes contra la que se pronunciaron muchos excomisionados. En cambio, solo dos Gobiernos formularon una advertencia: el del mexicano Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, y el del argentino Alberto Fern¨¢ndez.
M¨¢s all¨¢ de los reproches que merezca la conducta de Abr?o como ejecutivo, su figura irrita a una parte de la clase pol¨ªtica regional que le asocia a la izquierda brasile?a. Del mismo modo que Almagro est¨¢ ligado al grupo de republicanos que, liderados por el senador Marco Rubio, orientan la pol¨ªtica latinoamericana de la Casa Blanca. Esta es la raz¨®n por la que se sospecha que la recusaci¨®n de Abr?o expresa a quienes reducen la agenda de los derechos humanos a los ultrajes de las dictaduras de Cuba, Venezuela o Nicaragua.
La conducta de la Comisi¨®n en los ¨²ltimos a?os fue bastante ecu¨¢nime. Molest¨® a los Gobiernos de Venezuela, Colombia, Brasil, Paraguay, Chile y a las dos Bolivias: la de Evo Morales y la de Jeanine ??ez. En el caso de Nicaragua, Abr?o tuvo un enfrentamiento estridente con Daniel Ortega, quien le expuls¨® despu¨¦s de una trabajosa visita en la que se denunci¨® el desborde autoritario del Gobierno.
El fen¨®meno m¨¢s significativo es que, detr¨¢s de la decisi¨®n de Almagro, el esp¨ªritu faccioso parece contaminar a una pol¨ªtica que, por definici¨®n, deber¨ªa ser de una ecuanimidad universal: la de los derechos humanos. Ser¨ªa tenebroso que esa bandera pase a convertirse en un arma arrojadiza de un grupo contra otro en medio de la ardiente disputa ideol¨®gica que se despliega a nivel internacional.
En la arena del BID tambi¨¦n sigue la batalla. El encargado de Am¨¦rica Latina en la Casa Blanca, Mauricio Claver-Carone, estrech¨ªsimo aliado del senador Rubio, ya tiene los votos para hacerse elegir presidente en una videoconferencia convocada para el pr¨®ximo s¨¢bado 12. Prestigiosos expresidentes de la regi¨®n, igual que voceros de la campa?a de Joe Biden, rechazaron que, por primera vez, el banco no sea conducido por un latinoamericano, como indica una regla t¨¢cita. Los Gobiernos del chileno Sebasti¨¢n Pi?era y del argentino Fern¨¢ndez pidieron que la elecci¨®n se postergue hasta marzo pr¨®ximo. La Argentina postula a Gustavo B¨¦liz para la presidencia.
La gran inc¨®gnita es si ese pedido de aplazamiento pasar¨¢ a mayores. Es decir, si habr¨¢ un grupo de pa¨ªses dispuestos a negar el quorum necesario para que se produzca la elecci¨®n. Muchos temen represalias. O no consideran tan relevante la disputa. Otros se resisten a trasladar a un directorio financiero un m¨¦todo propio de la oposici¨®n parlamentaria. Para ese bloqueo hace falta reunir 25% de los votos. Si todos los que pretenden prorrogar la votaci¨®n tambi¨¦n se ausentaran, no alcanzar¨ªan esa cifra. Los pa¨ªses europeos son los due?os de la llave que podr¨ªa impedir a Claver-Carone, es decir, a Trump, conquistar la presidencia del BID. Muchos disidentes miran hacia Espa?a. A Pedro S¨¢nchez y la ministra Nadia Calvi?o, la representante del pa¨ªs en el banco. Pero hay voces esc¨¦pticas. Son las que dicen que, en los ¨²ltimos a?os, Espa?a dej¨® de ser el puente entre el viejo y el nuevo mundo. Que el destino de Claver-Carone, si dependiera de los europeos, est¨¢ en manos de Angela Merkel. En plena campa?a electoral norteamericana, ?Merkel querr¨¢ poner un freno a Trump en un continente ajeno?
Contra el tel¨®n de fondo de esta incertidumbre, el expresidente de Chile Ricardo Lagos acaba de defender una tesis muy audaz: ampar¨¢ndose en una resoluci¨®n de Naciones Unidas de 2018, seg¨²n la cual la costumbre sistem¨¢tica adquiere status jur¨ªdico, sostuvo que la elecci¨®n de Claver-Carone podr¨ªa ser anulada. Un camino insospechado.
Hace dos semanas, un detalle anecd¨®tico permiti¨® vislumbrar un puente entre la discusi¨®n de la CIDH y esta controversia por el BID. El canciller uruguayo, Francisco Bustillo, recibi¨® la visita de Gustavo Cinosi. Argentino, controvertido y misterioso, Cinosi es un asesor crucial de Almagro y, acaso, su v¨ªnculo m¨¢s activo con la diplomacia de los Estados Unidos. Cinosi explic¨® a Bustillo que lo ve¨ªa en su calidad de jefe de campa?a de Claver-Carone, para que Uruguay se sume a los 17 pa¨ªses que votar¨ªan por el candidato de Trump. Bustillo cort¨® la conversaci¨®n. Aleg¨®, con l¨®gica, que su pa¨ªs habla con los Estados Unidos a trav¨¦s de canales oficiales.
Am¨¦rica First, la consigna de Trump, parece desplergarse en el espacio regional como una hegemon¨ªa tan descarnada como parad¨®jica. Porque, como observ¨® Juan Gabriel Tokatlian en Open Democracy, ¡°el uso del garrote sin zanahoria por parte de Washington ha sido la realidad de la agenda interamericana de los ¨²ltimos cuatro a?os. Sin embargo, el r¨¦cord de fracasos de los Estados Unidos en la regi¨®n no tiene precedentes¡±.
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