Bolsonaro ensaya su metamorfosis
Desde hace semanas, apareci¨® lo que parec¨ªa imposible: un presidente brasile?o m¨¢s discreto
Jair Bolsonaro est¨¢ intentando una metamorfosis. El cambio m¨¢s evidente es que comenz¨® a guardar silencio. Desde hace semanas, el presidente de Brasil ya no agita a la opini¨®n p¨²blica con sus provocaciones verbales. Apareci¨® lo que parec¨ªa imposible: un Bolsonaro m¨¢s discreto.
La otra novedad tiene que ver con la situaci¨®n social. La econom¨ªa brasile?a arrastra un gran estancamiento desde hace 5 a?os. Cuando insinuaba una recuperaci¨®n, la pandemia volvi¨® a hundirla. La ca¨ªda en el nivel de actividad amenaza con un aumento dram¨¢tico de la pobreza. A fines de 2019, el PIB per c¨¢pita era 7% menor que en 2014. Cuando termine 2020 se calcula que ser¨¢ 12% menor que en aquel a?o.
El Gobierno reaccion¨® ante este drama como las dem¨¢s administraciones de la regi¨®n. Lanz¨® un programa de ayuda a los m¨¢s pobres. Para los que ya estaban asistidos y para quienes no estaban registrados por el Estado. El plan cl¨¢sico Bolsa Familia (beca familia) cubre a 14.2 millones de familias. El aporte es de 40 d¨®lares mensuales por beneficiario. Se le agreg¨® un Auxilio de Emergencia, que lleg¨® a unos 60 millones de personas, much¨ªsimas de las cuales reciben tambi¨¦n la prestaci¨®n Bolsa Familia. Al Auxilio se puede acceder con una simple aplicaci¨®n telef¨®nica.
La cobertura social frente a la crisis se extiende tambi¨¦n a los asalariados de bajos ingresos que ya recib¨ªan el denominado Salario Social desde antes de la aparici¨®n del virus.
La iniciativa m¨¢s reciente de Bolsonaro es unificar todos los beneficios, eliminando superposiciones innecesarias, en un solo programa denominado Renta Brasil. Esta idea est¨¢ produciendo novedades pol¨ªticas inesperadas. El presidente, ahora m¨¢s discreto, ve c¨®mo su imagen comienza a mejorar en territorios que le eran muy esquivos. De estas ayudas, m¨¢s de siete millones se asignan en el nordeste. Y casi dos millones en el norte. Son regiones dominadas desde siempre por el Partido de los Trabajadores de Lula da Silva.
Las encuestas comienzan a premiar a Bolsonaro. Los niveles de rechazo comienzan a ceder: cayeron del 50 al 45%. Y la aceptaci¨®n tiene un leve ascenso: del 30 al 35%. Son n¨²meros publicados por la consultora XP. Los sondeos que plantean escenarios electorales corroboran que hoy el ultraderechista Bolsonaro superar¨ªa a cualquier otro candidato. Incluso a Lula, que no est¨¢ en condiciones judiciales de competir. Todo es muy prematuro. Los brasile?os ir¨¢n a las urnas reci¨¦n en 2022. Por ahora solo existe un fen¨®meno, para muchos, sorprendente: podr¨ªa ganar calor popular una figura de derecha extrema, aun en regiones favorables a la izquierda.
La paradoja de este cuadro es que la recesi¨®n, con sus exigencias de m¨¢s gasto p¨²blico, encuentra a Brasil bajo el dominio de un ministro de Hacienda ultraliberal, como Paulo Guedes. Bolsonaro debe convencerlo a ¨¦l para abrir la mano y mejorar la situaci¨®n social de los ciudadanos, y su propia situaci¨®n electoral. Guedes est¨¢ preocupado por la expansi¨®n del d¨¦ficit fiscal. Por lo tanto, propone una reforma impositiva para solventar el programa Renta Brasil. El centro de su propuesta es un impuesto a las transacciones financieras.
Las pretensiones del ortodoxo Guedes obligan al Gobierno a reordenar sus relaciones con el Congreso. Es otro aspecto de la transformaci¨®n de Bolsonaro: comenz¨® a seducir a los sectores de centro. Es un anticipo de lo que puede ocurrir el a?o pr¨®ximo, con dos relevos importantes. Dejar¨¢ la presidencia de la C¨¢mara Rodrigo Maia, quien comenz¨® siendo un aliado moderado pero se transform¨® en un rival del presidente. Tambi¨¦n vence el mandato de Davi Alcolumbre como jefe del Senado. A estas modificaciones sigue otra, tanto o m¨¢s importante: Jos¨¦ Antonio Dias Toffoli concluye su mandato como presidente del Superior Tribunal Federal. Quiere decir que Bolsonaro podr¨ªa atravesar los ¨²ltimos dos a?os de su per¨ªodo en otro entorno institucional.
No es el ¨²nico cambio de contexto. Las relaciones exteriores pueden aportar tambi¨¦n una novedad. En este caso, ingrata. El Gobierno brasile?o hizo una apuesta muy enf¨¢tica a la relaci¨®n con Donald Trump. Pocas veces en la historia Brasil estuvo tan alineado con los Estados Unidos. Ese v¨ªnculo fue, antes que nada, personal. O, mejor dicho, familiar: una amistad entre los Trump y los Bolsonaro.
Las encuestas indican que en la Casa Blanca podr¨ªa haber un cambio de mando. Nunca las relaciones bilaterales entre pa¨ªses est¨¢n atadas a simpat¨ªas entre gobernantes. Esas afinidades suelen poner color a asociaciones incentivadas por intereses. El caso de los Estados Unidos y Brasil no escapa a esta regla. Es la dirigencia brasile?a la que se siente c¨®moda con el alineamiento que Bolsonaro le propone. Por lo tanto, la orientaci¨®n general de esa alianza seguir¨¢ siendo la misma en una eventual gesti¨®n de Joe Biden. Eso s¨ª: Bolsonaro deber¨¢ afinar el o¨ªdo para otra melod¨ªa.
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