La UE afronta dividida la tensa negociaci¨®n migratoria
Las diferencias entre el bloque de Visegrado y los pa¨ªses receptores de primera l¨ªnea complican el acuerdo
Cinco a?os despu¨¦s de vivir la mayor crisis migratoria de su historia como club, la Uni¨®n Europea se prepara para negociar un nuevo plan que le saque de la improvisaci¨®n. El momento actual se presentaba propicio para una discusi¨®n sosegada. Las llegadas de inmigrantes irregulares a Europa llevan a?os desplom¨¢ndose. No hay elecciones a la vista que puedan ser capitalizadas por la extrema derecha para rascar votos agitando el fantasma de la invasi¨®n. Y la atm¨®sfera triunfal por haber sido capaces de limar las diferencias y sellar en tiempo r¨¦cord un hist¨®rico plan de recuperaci¨®n ha dejado cierta inercia positiva en el ambiente. Entonces, se incendi¨® Moria. Las llamas del campamento griego han iluminado a?os de fracaso en la gesti¨®n de las llegadas. Y consciente de que las conversaciones van para largo, Bruselas quiere empezar cuanto antes el tira y afloja con los Veintisiete, y ha adelantado una semana la presentaci¨®n de su plan, del d¨ªa 30 al 23 de este mes.
A falta de conocer los detalles, la Comisi¨®n Europea tratar¨¢ de equilibrar lo mejor posible una pol¨ªtica de palo y zanahoria. Por un lado, la propuesta de pacto incluir¨¢ un compromiso de firmeza contra las mafias de tr¨¢fico de personas, el blindaje de las fronteras exteriores y la r¨¢pida expulsi¨®n de aquellos migrantes que no tengan derecho a asilo y se hayan desplazado irregularmente por motivos econ¨®micos, estrechando la colaboraci¨®n con sus pa¨ªses de origen. Bruselas busca as¨ª esquivar el veto del primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, y el grupo de Visegrado ¡ªdel que tambi¨¦n forman parte Polonia, Rep¨²blica Checa y Eslovaquia¡ª.
Para equilibrar la balanza, la iniciativa fomentar¨¢ la inmigraci¨®n legal, necesaria para compensar el envejecimiento de la poblaci¨®n europea, promover¨¢ el desarrollo de los pa¨ªses emisores para atacar las causas de las migraciones en su ra¨ªz, y defender¨¢ el derecho de los refugiados a reclamar asilo frente a las expulsiones en caliente en la frontera por parte de la polic¨ªa, que en ocasiones les privan injustamente de un proceso con garant¨ªas. Un gesto hacia las ONG, muy cr¨ªticas con el modo en que la UE encara el asunto, y protagonistas de los controvertidos rescates en el Mediterr¨¢neo que cada verano traen de cabeza a la Comisi¨®n por la dificultad para encontrar pa¨ªses que les abran sus puertos.
La impresi¨®n del Ejecutivo comunitario es que al principio la propuesta no contentar¨¢ del todo a nadie. Empezar¨¢ entonces el arduo trabajo de pulirlo para hallar un terreno com¨²n entre la solidaridad obligatoria que reclaman los pa¨ªses de primera l¨ªnea (Espa?a, Italia, Grecia, Malta y Bulgaria), y el derecho a cerrar sus fronteras a cal y canto y rechazar las tristemente c¨¦lebres cuotas de reparto, la m¨²sica que gusta a Budapest y sus aliados. El choque se producir¨¢ en un entorno de relativa calma: las entradas de migrantes alcanzaron un r¨¦cord de 1,8 millones en 2015, pero se han hundido desde entonces un 92% hasta las 139.000 del a?o pasado, seg¨²n las cifras de Frontex. En los primeros ocho meses de este a?o, la tendencia a la baja se mantiene: 60.800 personas han cruzado irregularmente las fronteras, un 14% menos que el anterior. ¡°La presi¨®n de la crisis no permiti¨® tomar decisiones estructurales fundamentales. Ahora que la presi¨®n es menos fuerte hay que aprovechar para avanzar calmadamente hacia soluciones duraderas¡±, se?ala J¨¦r?me Vignon, experto del Instituto Delors de Par¨ªs.
El viceministro griego de Migraciones, Giorgos Koumoutsakos, de visita en Bruselas para negociar el nuevo pacto, ha estado entre los que han tratado de ejercer presi¨®n hasta el ¨²ltimo minuto. ¡°Hasta el 23 de septiembre puede haber cambios. La Comisi¨®n camina sobre una delgada l¨ªnea tratando de acomodar las posturas de los Estados Miembros¡±, explica. En un encuentro con periodistas, divide las posiciones de forma tajante: por un lado est¨¢n los pa¨ªses de primera l¨ªnea, como Grecia o Espa?a, interesados en un sistema que permita reubicar a los solicitantes de asilo de un pa¨ªs a otro; enfrente, los ¡°ruidosos¡± pa¨ªses de Visegrado, con los ultranacionalistas de Polonia y Hungr¨ªa a la cabeza, que hacen bandera del rechazo frontal al mecanismo de cuotas; y luego, el tercer grupo, ser¨ªan ¡°todos los dem¨¢s¡±, aunque Austria y Dinamarca se mueven en aguas intermedias. Est¨¢ por ver si la reciente tragedia de Lesbos ablanda los esp¨ªritus. Koumoutsakos pregona que el fuego que devor¨® el campamento deber¨ªa marcar ¡°el final de una era¡±, y cree que ha conferido al debate europeo un ¡°momentum de solidaridad¡±. En sus palabras: ¡°Moria ha tenido un efecto catalizador¡±.
En la UE, sin embargo, no suelen bastar los buenos prop¨®sitos nacidos el d¨ªa despu¨¦s de las cat¨¢strofes. Visto el rechazo frontal al reparto de cuotas de refugiados tras la crisis de 2015, la generosidad no puede darse por supuesta. El mecanismo de los sue?os del viceministro tiene nombre: ¡°Solidaridad obligatoria¡±. Conf¨ªa en que salga adelante, no como en el pasado. Bruselas ya ha dado muestras de que no est¨¢ dispuesta a fiar su plan a la buena voluntad. ¡°Hoy tenemos una mejor oportunidad que en 2015. Entonces trabajamos bajo la presi¨®n extrema de una crisis sin precedentes¡±, dice Koumoutsakos.
Los pa¨ªses de primera l¨ªnea, cansados de lidiar en solitario con los demandantes de asilo llegados a su territorio, no quieren esperar m¨¢s. La reforma del fracasado sistema de Dubl¨ªn es el ¡°nudo gordiano de las negociaciones¡±, dice el eurodiputado socialista Juan Fernando L¨®pez Aguilar, miembro de la comisi¨®n de Interior, que se ocupa de la pol¨ªtica migratoria. La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, habl¨® durante el debate del estado de la Uni¨®n de restaurar la ¡°confianza¡± tras a?os de recriminaciones mutuas. Queda por ver qu¨¦ vendr¨¢ despu¨¦s exactamente. L¨®pez Aguilar, a quien le tocar¨¢ votar estas medidas en el futuro, cuando lleguen al Parlamento, es claro: ¡°No aceptaremos nada que no sea la solidaridad entre pa¨ªses¡±.
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