Ylva Johansson: ¡°En Europa no hay crisis migratoria; hay migrantes en crisis¡±
La comisaria de Interior admite que ¡°el nuevo plan migratorio no contentar¨¢ del todo a nadie¡±
Las llamas del campamento de refugiados de Moria han sido el inesperado y cruel pre¨¢mbulo a una de las propuestas m¨¢s esperadas de la Comisi¨®n Europea para este curso pol¨ªtico: la presentaci¨®n del plan migratorio el pr¨®ximo d¨ªa 30. Afin¨¢ndola se encuentra Ylva Johansson (Estocolmo, 56 a?os). La comisaria de Interior conoce el historial de desencuentros que han convertido la pol¨ªtica de acogida com¨²n en un dosier altamente inflamable. Pese a los oscuros precedentes, asume la tarea con cierto optimismo, al menos de puertas para afuera. Aunque sin ingenuidad. ¡°Es un ejercicio muy, muy dif¨ªcil encontrar compromisos que puedan ser aceptados por los Estados miembros¡±, admiti¨® este jueves en una entrevista con un grupo de medios europeos, entre ellos EL PA?S.
Nadie parece tener la f¨®rmula para salir del atolladero. El debate sobre si los migrantes deben repartirse entre los Veintisiete para compartir responsabilidades no ha desaparecido, pero despierta furibundas divisiones. Johansson guarda con celo las l¨ªneas maestras del pacto. Pero la intenci¨®n de Bruselas es ofrecer tanto a los pa¨ªses receptores como a los Gobiernos m¨¢s duros contra la inmigraci¨®n algo a lo que aferrarse. ¡°Creo que cuando lo presente nadie estar¨¢ del todo contento. Nadie dir¨¢: ¡®esto es exactamente lo que quer¨ªa¡¯. Pero espero que valoren el esfuerzo de la Comisi¨®n para llegar a un acuerdo y se sienten a negociar¡±.
Para apaciguar a las capitales beligerantes con la inmigraci¨®n, caso de Budapest, la Comisi¨®n quiere agilizar las devoluciones de los inmigrantes sin derecho al asilo, un tr¨¢mite que Bruselas cree que no se est¨¢ llevando a cabo lo suficientemente r¨¢pido. El Ejecutivo comunitario apelar¨¢ a la solidaridad entre Estados para apoyarse con la identificaci¨®n de los migrantes, los documentos de viaje o los contactos con terceros pa¨ªses, unas gestiones que pa¨ªses peque?os como Malta no son capaces de realizar en solitario. Tambi¨¦n prev¨¦ actuar contra los llamados ¡°movimientos secundarios¡±, los desplazamientos de migrantes irregulares desde el pa¨ªs de entrada hacia otros Estados de la UE, para evitar que sus receptores asuman una doble solidaridad. Pero Bruselas no solo quiere dar ejemplo de firmeza contra las mafias y la inmigraci¨®n irregular. La Comisi¨®n sopesa crear un mecanismo de supervisi¨®n para vigilar las expulsiones en la frontera de personas a las que ni siquiera se permite solicitar asilo. ¡°Para m¨ª [solicitar el asilo] es un derecho fundamental¡±, insiste.
La presi¨®n migratoria actual nada tiene que ver con la de hace un lustro, cuando 1,8 millones de irregulares llegaron a la UE. En 2019 fueron solo 140.000, pero la Comisi¨®n quiere estar lista. ¡°No hay crisis migratoria en Europa, pero s¨ª migrantes en crisis¡±, lamenta Johansson, que nada m¨¢s llegar al cargo dice haberse quejado de las condiciones ¡°inaceptables¡± de los campamentos griegos.
Por ahora, la UE funciona con parches. Tanto en los ¨²ltimos veranos, con los improvisados repartos de rescatados por barcos de ONG, como este a?o, cuando 12 pa¨ªses aceptaron convertirse en destino de menores no acompa?ados. 641 ni?os y familiares han sido trasladados a los Estados que se sumaron a este mecanismo voluntario, sobre todo a Alemania y Francia. ¡°Fui testigo de uno de los vuelos, con destino a Finlandia, y lo primero que preguntaron al llegar fue: ¡®?podemos ir a la escuela ma?ana?¡¯ Fue muy alentador¡±, dice Johansson.
Fiar la pol¨ªtica migratoria a la buena fe no entra en los planes de Bruselas, pero la voluntariedad puede ser un recurso en determinadas situaciones para salvar vetos. ¡°La gente me dice que los Estados miembros tienen opiniones muy diferentes sobre migraci¨®n. Y es cierto, pero no es el ¨²nico tema en el que sucede¡±. La dirigente sueca pone como ejemplo el plan de reconstrucci¨®n, donde posiciones muy alejadas convergieron en un est¨ªmulo econ¨®mico sin precedentes. Como recuerdan las cenizas calientes de Moria, la solidaridad, en el caso del pacto migratorio, no solo ser¨¢ cuesti¨®n de dinero.
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