Berl¨ªn tiene im¨¢n para los rebeldes postsovi¨¦ticos
Destacadas figuras de Rusia y Bielorrusia buscan refugio y apoyo en Alemania, mientras crece la tensi¨®n entre Berl¨ªn y Mosc¨²
Pasada la una de la tarde, la c¨¦lebre opositora bielorrusa Svetlana Tijan¨®vskaya se quita la mascarilla para hacer declaraciones a un grupo de periodistas en un pasillo del Bundestag alem¨¢n y pedir democracia para su pa¨ªs. No muy lejos de all¨ª, Alex¨¦i Navalni, archienemigo del Kremlin, recupera con esfuerzo la movilidad de sus miembros despu¨¦s de que un veneno militar ruso le dejara al borde de la muerte. ...
Pasada la una de la tarde, la c¨¦lebre opositora bielorrusa Svetlana Tijan¨®vskaya se quita la mascarilla para hacer declaraciones a un grupo de periodistas en un pasillo del Bundestag alem¨¢n y pedir democracia para su pa¨ªs. No muy lejos de all¨ª, Alex¨¦i Navalni, archienemigo del Kremlin, recupera con esfuerzo la movilidad de sus miembros despu¨¦s de que un veneno militar ruso le dejara al borde de la muerte. La Nobel de Literatura Svetlana Alexi¨¦vich anda tambi¨¦n por la capital alemana, por motivos m¨¦dicos y para escribir alejada de la brutal represi¨®n de Minsk. Estos d¨ªas, Berl¨ªn bien podr¨ªa ser un escenario de Guerra Fr¨ªa, en el que disidentes postsovi¨¦ticos buscan refugio y amparo en Alemania, un pa¨ªs que acumula peso pol¨ªtico y cuyas relaciones con Mosc¨² se vuelven cada vez m¨¢s tirantes.
Son casos bien diferentes, que responden a circunstancias humanitarias y pol¨ªticas diversas, pero que a la vez reflejan un fen¨®meno indiscutible: Berl¨ªn tiene im¨¢n para los rebeldes postsovi¨¦ticos. En parte por la cercan¨ªa geogr¨¢fica, pero sobre todo por el peso pol¨ªtico de una Alemania que ostenta este semestre la presidencia de turno de la Uni¨®n Europea y que est¨¢ gobernada por una canciller, Angela Merkel, que habla ruso y que comprende como pocos mandatarios extranjeros la realidad sovi¨¦tica, en cuya ¨®rbita ella misma creci¨® (en la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana).
Cuando a Tijan¨®vskaya se le pregunta por qu¨¦ ha acudido a Berl¨ªn, la opositora bielorrusa responde sin rodeos a este diario: ¡°La principal raz¨®n es Merkel. Es una de las m¨¢s importantes l¨ªderes del mundo y entiende el papel de Alemania como solucionador de conflictos¡±. Tijan¨®vskaya viene de comparecer en la comisi¨®n de Exteriores del Parlamento; una de las ¨²ltimas citas del viaje que ha realizado esta semana a la capital alemana, donde ha recibido un tratamiento pr¨®ximo al de una visita de Estado, con encuentro con la l¨ªder alemana incluido. ¡°He hablado con la canciller y me ha dado muy buenos consejos sobre c¨®mo ve la situaci¨®n en Bielorrusia¡±, asegura. Unos metros m¨¢s all¨¢ de donde habla Tijan¨®vskaya, las paredes del edificio del Reichstag con las pintadas en cir¨ªlico que hicieron los soldados sovi¨¦ticos en 1945, tras derrotar al Tercer Reich, recuerdan los v¨ªnculos estrechos de la extinta Uni¨®n Sovi¨¦tica y Alemania a lo largo de la historia.
A las pocas horas de la visita al Bundestag, llegaban los urgentes anunciando que Mosc¨² hab¨ªa declarado en busca y captura a Tijan¨®vskaya, exiliada desde este verano en Lituania tras enfrentarse al r¨¦gimen de Aleksandr Lukashenko por el fraude electoral que le mantiene al frente de Bielorrusia pese a las multitudinarias protestas de la poblaci¨®n. Rusia asegur¨® que inclu¨ªa en la lista a la opositora por motivos t¨¦cnicos, en el contexto de las relaciones con Bielorrusia, enmarcadas en el acuerdo de Uni¨®n Estatal entre ambos pa¨ªses. El anuncio fue interpretado por analistas como una provocaci¨®n por parte de Mosc¨² y un gesto de apoyo a Minsk.
J?rg Forbrig, director de Europa Central y del Este del German Marshall Fund, considera que voces cr¨ªticas con el Kremlin y sus aliados en el espacio postsovi¨¦tico acaban recalando en Berl¨ªn ¡°porque saben que Alemania tiene peso pol¨ªtico y buscan apoyo". "No es una estrategia del Gobierno alem¨¢n convertir el pa¨ªs en refugio de disidentes, es una respuesta a distintas circunstancias en las que Berl¨ªn ha actuado de forma moralmente correcta¡±, afirma.
Forbrig cree que es evidente que a Mosc¨² no le hace ninguna gracia la atenci¨®n medi¨¢tica y pol¨ªtica que est¨¢ recibiendo el disidente ruso Navalni en Berl¨ªn, ni el trato que ha recibido Tijan¨®vskaya, pero tambi¨¦n piensa que el deterioro de las relaciones entre ambos pa¨ªses es inexorable a estas alturas. ¡°Berl¨ªn sabe que el Kremlin no est¨¢ realmente interesado en tener una relaci¨®n con este pa¨ªs. A cambio, env¨ªan a operativos a asesinar a gente en esta ciudad¡±.
Se refiere este experto al asesinato de un rebelde checheno a plena luz del d¨ªa en un parque berlin¨¦s en agosto de 2019, presuntamente por encargo de Rusia y cuyo juicio ha arrancado este pasado mi¨¦rcoles. Los disparos en la cabeza efectuados desde una bicicleta en el Kleiner Tiergarten, en el coraz¨®n de la capital alemana, asestaron un golpe demoledor a las relaciones diplom¨¢ticas entre Berl¨ªn y Mosc¨², ya tensas tras el hackeo a cuentas de correo del Bundestag, hace cinco a?os, y del que Alemania acusa a Rusia.
Ladrar sin morder
Manuel Sarrazin, diputado de Los Verdes y responsable de la pol¨ªtica con el Este de Europa de la formaci¨®n, no siente que el desfile de opositores suponga una verdadera afrenta contra Putin y cree que el Gobierno alem¨¢n ¡°ladra, pero no muerde, y los rusos lo saben¡±. Cuando se le recuerda que Merkel ha ido personalmente a visitar a Navalni al hospital berlin¨¦s en el que fue ingresado a finales de agosto tras ser envenenado, para interesarse por su salud y desearle una pronta recuperaci¨®n, Sarrazin sostiene que la clave radica en la naturaleza de la visita. ¡°Fue una visita privada, en secreto. [En el Gobierno alem¨¢n] quieren parecer duros, pero en realidad, no quieren provocar al Kremlin¡±. Alimenta su tesis el hecho de que las sanciones contra Rusia que han propuesto Par¨ªs y Berl¨ªn como represalia por el envenenamiento de Navalni se dirijan contra individuos y dejen el pol¨¦mico gasoducto Nordstream II, vital para Rusia y que llevar¨¢ el gas directamente a Alemania, fuera del paquete de sanciones que este lunes prev¨¦ negociar la UE.
Adem¨¢s, Sarrazin cree que Alemania tendr¨ªa la posibilidad de refugiar a m¨¢s disidentes bielorrrusos si hubiera una voluntad pol¨ªtica m¨¢s decidida, porque Alemania cuenta con buenos centros m¨¦dicos, una cierta comunidad exiliada y ONG capaces de financiar las actividades de la di¨¢spora. Este diputado pide que la concesi¨®n de visados procedentes de Minsk se acelere, como sucedi¨® en 2010 cuando se puso en pie un programa para las v¨ªctimas de la represi¨®n.
Tranquilidad para una Nobel
Ha recalado tambi¨¦n estos d¨ªas en Berl¨ªn la Nobel de Literatura Svetlana Alexi¨¦vich. Su caso es especial, porque tiene desde hace a?os una fuerte conexi¨®n con Alemania. Explican quienes conocen de cerca su situaci¨®n que ten¨ªa citas m¨¦dicas pendientes en Alemania y que se quedar¨¢ un tiempo a escribir. ¡°En Bielorrusia hay mucha presi¨®n. No se puede mover libremente por el pa¨ªs y para alguien como ella, de m¨¢s de 70 a?os, ese ambiente de psicoterror no es una situaci¨®n sostenible¡±, sostiene el analista J?rg Forbrig. En ese contexto, los tr¨¢mites del visado y de buscar financiaci¨®n para que la escritora pudiera pasar un tiempo en Alemania se aceleraron.
En 2011, Alexi¨¦vich ya pas¨® un a?o en Berl¨ªn, seleccionada por un programa con financiaci¨®n p¨²blica para artistas e intelectuales de la DDAD (Servicio Alem¨¢n de Intercambio Acad¨¦mico), en el marco de la pol¨ªtica exterior alemana. Es el mismo programa con el que, por ejemplo, pas¨® una temporada el Nobel Mario Vargas Llosa en Berl¨ªn hace a?os. Silvia Fehrmann, directora del Programa para Artistas en Berl¨ªn de la DDAD, explica que los antiguos becados como Alexi¨¦vich tienen derecho a ser invitados de nuevo, como ha sucedido ahora. ¡°Necesita tiempo y tranquilidad para escribir¡±, indica Fehrmann, al frente del programa que naci¨® con la idea de que Berl¨ªn sea ¡°un espacio para la libertad y la creaci¨®n¡±. A?ade que de las conversaciones con colegas de otras instituciones financiadoras queda claro que hay ¡°un creciente inter¨¦s por solicitar becas y venir a espacios democr¨¢ticos a trabajar en libertad¡±.