Cuenta atr¨¢s para el gas pol¨ªticamente m¨¢s explosivo
Las obras del gasoducto Nord Stream 2 avanzan en la costa del norte de Alemania y prev¨¦n culminar a finales de a?o, ajenas a la tormenta pol¨ªtica que no amaina
![Ana Carbajosa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Ffaa5ff7d-a4e8-4b2a-b4a6-1ef4ab0a9aff.png?auth=ef2a89c10c92e5f4e9532ee335711f7688a510091f8be84eae96b557d58db555&width=100&height=100&smart=true)
![Un hombre trabaja en las obras del gasoducto Nord Stream 2 en Lubmin, al noreste de Alemania, a finales de marzo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FEUTGG7U3EX2QBJDVRDU5D6UPI.jpg?auth=61242c35f556913b2714fb5300334da6423c759b19811e594ca1776c985f3fad&width=414)
Un pu?ado de operarios con chaleco reflectante trabaja en el tajo abierto a orillas del mar B¨¢ltico. Lo hacen aparentemente ajenos a la batalla pol¨ªtica que ha desatado esta mara?a de tuber¨ªas y v¨¢lvulas, capaces de agrietar el consenso entre los pa¨ªses de europeos y de levantar una tormenta transatl¨¢ntica que se resiste a remitir. Esta misma semana, Washington ha vuelto a acusar a Alemania de poner en peligro la seguridad de Occidente con la construcci¨®n del Nord Stream 2. Estamos en el extremo m¨¢s septentrional de Alemania, el lugar elegido para que emerja de las profundidades del mar la gran tuber¨ªa que transportar¨¢ miles de millones de metros c¨²bicos de gas ruso hasta Europa a principios del a?o que viene.
Tuber¨ªas gigantescas negras y v¨¢lvulas mastod¨®nticas naranjas son apenas la parte m¨¢s visible, que asoma a la superficie en la costa b¨¢ltica. Aqu¨ª, a su llegada de Rusia, el gas se filtra y se oxigena para eliminar los residuos que pudiera haber acumulado por el camino. Las im¨¢genes que llegan del mar, muestran tambi¨¦n una obra superlativa. Una serpiente formada por 1.230 kil¨®metros de tuber¨ªas recubiertas de cemento que se ensamblan en la cubierta de barcos-f¨¢brica y que las van alineando en el mar.
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NA7M3FXUJTVFXQ5DRLEJATSOPU.png?auth=e41d1707633a881f121cdf800f2365621f087834f3965c17a303353cb6d04c42&width=414)
¡°Confiamos en obtener la autorizaci¨®n pendiente de Dinamarca. A finales de a?o, todo podr¨ªa estar terminado¡±, asegura a pie de obra, Steffen Ebert, portavoz del consorcio que lidera la rusa Gazprom y que hoy pasea a un grupo de periodistas extranjeros. La agencia de la energ¨ªa danesa ha pedido sin embargo, a finales de marzo un nuevo estudio de impacto ambiental, lo que podr¨ªa imponer un cierto retraso. El Nord Stream 2 atraviesa aguas territoriales o zonas econ¨®micas exclusivas de Rusia, Finlandia, Suecia, Dinamarca y Alemania y se prev¨¦ que cueste 9.500 millones de euros.
¡°Cuando algo afecta a los intereses de Berl¨ªn, es 'Alemania first¡±
El eurodiputado alem¨¢n Reinhard B¨¹tikofer (1953, Mannheim), copresidente del Partido Verde Europeo, considera el gasoducto Nord Stream 2 un proyecto de Mosc¨² ¡°para desplegar hegemon¨ªa postsovi¨¦tica¡± y acusa al Gobierno de Berl¨ªn de ignorar sus intereses estrat¨¦gicos en aras del mercantilismo.
Pregunta. ?Por qu¨¦ Berl¨ªn ha menospreciado las objeciones de sus socios en la UE al Nord Stream 2?
Respuesta. En un principio pensaron que Francia estaba de su lado, pero [el presidente Emmanuel] Macron ya mostr¨® sus escepticismo en el Parlamento Europeo y a trav¨¦s del G7. Es un enorme error, sobre todo teniendo en cuenta a Polonia. Berl¨ªn le pide solidaridad a Varsovia en muchos frentes y luego ignora sus demandas. Alemania dice que es la gran multilateralista, pero cuando algo afecta a los intereses de Berl¨ªn, es Alemania first.
P. El coste pol¨ªtico es enorme. ?Cu¨¢l es la verdadera motivaci¨®n de Berl¨ªn?
R. Un pa¨ªs sin una idea clara de sus intereses estrat¨¦gicos est¨¢ abocado a tener problemas. Por un lado, los socialdem¨®cratas dec¨ªan que quer¨ªan propiciar el cambio a trav¨¦s del comercio y de paso contentar¨ªan a Gerhard Schr?der, que est¨¢ a sueldo de Mosc¨². Mientras, la industria ejerc¨ªa presi¨®n diciendo que el futuro no puede ser renovable y luego est¨¢ la canciller [?ngela Merkel] que como siempre decidi¨® no decidir y dudar hasta el final, sabiendo que tiene suficientes frentes abiertos con Putin. El mercantilismo por encima de todo no funciona en un asunto tan complejo como este. Ha sido una secuencia de errores t¨¢cticos. Es un ejemplo de c¨®mo uno de los grandes pa¨ªses europeos se a¨ªsla por no querer analizar con seriedad sus intereses estrat¨¦gicos.
P. ?No cree que gracias al Nord Stream 2 Berl¨ªn vaya a poder ejercer presi¨®n sobre Mosc¨² en conflictos como el de Crimea?
R. Merkel podr¨ªa haberle dicho a Putin que esto no ir¨ªa adelante sin Crimea, pero Putin ha rechazado ofrecer garant¨ªas. Es evidente que la mayor motivaci¨®n de Rusia es prescindir del paso del gas por Ucrania, que es precisamente lo que une a Kiev con Europa. Si se cierra ese paso, el poder de Mosc¨² sobre Kiev crecer¨¢ inmensamente. Por su naturaleza este es un proyecto postsovi¨¦tico para desplegar hegemon¨ªa.
P. ?Es demasiado tarde para pararlo?
R. Falta un permiso de Dinamarca y hay un litigio ambiental en Alemania. Est¨¢ por ver si al final Estados Unidos opta por sancionar a las empresas que colaboren en el proyecto. Pero lo cierto es que no hay una salida buena a la situaci¨®n actual.
El plan es que este gasoducto transporte la energ¨ªa directamente desde Rusia a Alemania, pasando por el Mar B¨¢ltico, pero sobre todo sorteando Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Ucrania. Sostienen desde el consorcio que aqu¨ª, frente a las costas suecas, casi en la frontera con Polonia es uno de los pocos lugares del norte de Alemania a donde pod¨ªa arribar el gas. El resto de la costa, detallan, o est¨¢ protegido o destinado al turismo. Aqu¨ª sin embargo ya hab¨ªa un pol¨ªgono industrial e incluso los restos de una central nuclear obsoleta, de la que todav¨ªa se puede ver el sarc¨®fago del reactor, que dej¨® de funcionar con la ca¨ªda del muro. No hay apenas, aseguran peligro de terremotos.
Los portavoces se afanan en transmitir que desde el punto de vista t¨¦cnico, las obras que arrancaron hace un a?o, marchan sobre ruedas. El problema es otro. El Nord Stream 2 se ha convertido en los ¨²ltimos meses en una verdadera arma de destrucci¨®n diplom¨¢tica. Tanto Estados Unidos como pa¨ªses europeos, sobre todo del Este, acusan a Alemania de incrementar la dependencia energ¨¦tica europea de Rusia, a quien consideran uno de los mayores instigadores de la desestabilizaci¨®n pol¨ªtica europea. El gasoducto se ha convertido en una suerte de term¨®metro y de s¨ªmbolo de la desconfianza que estadounidenses y europeos profesan hacia la rusa de Vlad¨ªmir Putin.
Uno de los principales puntos de fricci¨®n tiene que ver con que el gasoducto, al esquivar a Ucrania, pa¨ªs que Rusia invadi¨® en 2014, priva a Kiev de los beneficios que supondr¨ªa el paso por su territorio, al tiempo que Mosc¨² aumenta su capacidad de utilizar el gas como arma pol¨ªtica contra Ucrania sin que Alemania se vea afectada, como ya sucedi¨® en 2006 y en 2009.
En el seno de la UE, la disputa ha conseguido incluso agriar la supuesta luna de miel franco-alemana. Las ¨²ltimas deliberaciones comunitarias han quedado plasmadas en una enmienda a la legislaci¨®n europea aprobada en febrero, que supone una victoria p¨ªrrica para Alemania. Impone la separaci¨®n entre el gestor de la infraestructura y el proveedor de la energ¨ªa, es decir, Gazprom, pero a la vez deja en manos de Alemania las negociaciones con Mosc¨², lo que salva el proyecto.
La componenda sin embargo, ha contribuido a engordar el malestar contra Berl¨ªn, a quien se acusa de actuar por libre al margen de los consensos europeos. En la pasada conferencia de Seguridad de M¨²nich de febrero, el Nord Stream 2 fue una de los temas omnipresentes en las conversaciones de pasillo de los expertos y pol¨ªticos asistentes y procedentes de medio mundo. Se repet¨ªa la pregunta de s¨ª Berl¨ªn estar¨ªa midiendo bien el da?o pol¨ªtico y diplom¨¢tico autoinfligido, como consecuencia de su acuerdo con Mosc¨².
Le dedic¨® especial atenci¨®n en M¨²nich al gasoducto de la discordia la canciller, Angela Merkel, en un discurso que fue muy alabado por su f¨¦rrea defensa del multilateralismo. Merkel critic¨® a Rusia por la anexi¨®n de Crimea, pero tambi¨¦n defendi¨® un entendimiento propio de la guerra fr¨ªa. ¡°Nadie quiere ser totalmente dependiente de Rusia. Pero si incluso importamos gas ruso durante la guerra fr¨ªa, [¡]. No entiendo por qu¨¦ la situaci¨®n hoy debe ser mucho peor y que no podamos decir que Rusia sigue siendo un socio¡±, argument¨® la canciller.
Los c¨¢lculos del consorcio indican que solo el Nord Stream 2 tiene capacidad para transportar gas para suplir al a?o a 26 millones de hogares europeos. Esta fuente de energ¨ªa resulta especialmente bienvenida en Alemania, un pa¨ªs que ha optado por el apag¨®n nuclear y que planea tambi¨¦n suprimir el carb¨®n en los pr¨®ximos a?os. A¨²n as¨ª, el apoyo no es ni mucho menos monol¨ªtico entre la clase pol¨ªtica alemana, donde se escuchan numerosas voces que cuestionan el proyecto. Entre ellas, la de Norbert R?ttgen, presidente de la comisi¨®n de Exteriores del Bundestag, y miembro de la CDU de Angela Merkel, quien acusa a Berl¨ªn de ¡°ignorar la opini¨®n de la gran mayor¨ªa de los Estados Miembros y del Parlamento Europeo. [El de Berl¨ªn] no es un comportamiento europeo correcto¡±, seg¨²n indic¨® durante un encuentro con un grupo de periodistas en el Bundestag. Dijo adem¨¢s preocuparle ¡°la manera en la que Rusia ejerce poder pol¨ªtico con el gas¡±.
"Reh¨¦n de Rusia"
La tormenta tampoco amaina al otro lado del Atl¨¢ntico. El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, ha aprovechado esta semana la celebraci¨®n del 70 aniversario de la OTAN para criticar la contribuci¨®n militar alemana, que vincul¨® con el pol¨¦mico gasoducto. ¡°Alemania tiene que hacer m¨¢s. No podemos asegurar la defensa de Occidente si nuestros aliados se vuelven dependientes de Rusia¡±. Y a?adi¨®: ¡°Si Alemania insiste en construir el gaseoducto Nord Stream 2, como ha dicho el presidente Trump, esto podr¨ªa convertir a su econom¨ªa en reh¨¦n de Rusia¡±.
¡°Toda la atenci¨®n se centra en Alemania, pero este gas se va a repartir por toda Europa. Este gas adem¨¢s, siempre va a ser m¨¢s barato¡±, defiende el portavoz de la empresa. M¨¢s barato tambi¨¦n que el gas licuado estadounidense (LNG), para el que Alemania planea construir tambi¨¦n terminales en el norte.
Allanar parcialmente el camino al LNG tampoco ha logrado calmar la ira estadounidense. Richard Grenell, y hombre fuerte de Trump en Europa lleg¨® a enviar cartas a las empresas que participan en el proyecto del gasoducto advirti¨¦ndoles de ¡°un riesgo significativo de sanciones¡±, seg¨²n public¨® la prensa alemana. Gazprom es la propietaria de la infraestructura, pero cerca del 50% de la financiaci¨®n la proporcionan las alemanas Uniper y Wintershall, la austriaca OMV, la brit¨¢nico-holandesa Shell, y la francesa Engie.
Y mientras en los despachos se cocinan amenazas y represalias, sobre el terreno, cerca de las dunas y el mar espeso del norte, las obras avanzan sin pausa, dispuestas a redibujar, -con o sin el benepl¨¢cito de EE UU- el panorama energ¨¦tico en Europa.
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