La premio Nobel Svetlana Alexi¨¦vich denuncia el ¡°terror¡± contra la ciudadan¨ªa bielorrusa
La escritora, la ¨²nica de los l¨ªderes del consejo opositor que sigue en el pa¨ªs y libre, teme ser la siguiente represaliada
Bielorrusia se adentra a¨²n m¨¢s en la oscuridad. Cuando la campa?a de Aleksandr Lukashenko contra la oposici¨®n es sistem¨¢tica y las represalias y detenciones de voces cr¨ªticas se agravan, la premio Nobel de Literatura Svetlana Alexi¨¦vich tiene miedo ser la siguiente. La c¨¦lebre escritora es la ¨²nica de los siete l¨ªderes del Consejo de Coordinaci¨®n de la perseguida oposici¨®n que a¨²n permanece en libertad en Bielorrusia. Este mi¨¦rcoles por la ma?ana, personas desconocidas llamaron a su puerta y se temi¨® lo peor. ¡°Es terror, el terror contra su propio pueblo. Desafortunadamente nos vamos quedando indefensos¡±, se ha lamentado Alexi¨¦vich, apoyada en el marco de la puerta de su apartamento en Minsk, donde ha explicado que las pocas veces que sale a la calle miembros encubiertos de las fuerzas de seguridad bielorrusa la siguen. Pocas horas antes, encapuchados vestidos de civiles detuvieron en Minsk al abogado Maxim Znak, el otro integrante del presidium del comit¨¦ opositor que quedaba en activo, despu¨¦s de que el resto fuesen arrestados o se vieran obligados al exilio. ¡°No quiero salir del pa¨ªs, pero sabemos qu¨¦ m¨¦todos tiene [la Administraci¨®n de Lukashenko]¡±, ha insistido la premio Nobel.
La junta presidencial del comit¨¦ de coordinaci¨®n, que busca una transici¨®n pac¨ªfica, exige nuevas elecciones y reclama la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos, est¨¢ siendo investigada en un proceso penal. Este mi¨¦rcoles, la Fiscal¨ªa ha acusado formalmente a Maria Kolesnikova, una de sus l¨ªderes m¨¢s destacadas, de ¡°intentos y llamadas p¨²blicas para tomar el poder¡±. La opositora, la ¨²nica de la troika de mujeres que desafi¨® a Lukashenko en la campa?a presidencial y que fue detenida por personas desconocidas y enmascaradas el lunes en plena calle, evit¨® ayer su deportaci¨®n a Ucrania al romper su pasaporte y arrojarse del coche en el que la transportaban. Ahora est¨¢ en prisi¨®n preventiva en la capital bielorrusa y ha sido la primera en recibir cargos, pero todos sus miembros est¨¢n en la diana.
La Nobel Alexi¨¦vich, que est¨¢ en el presidium del consejo m¨¢s bien como una autoridad moral, fue interrogada hace unos d¨ªas en el marco del proceso judicial contra el consejo opositor, al que se acusa de socavar la seguridad nacional. ¡°En el comit¨¦ de coordinaci¨®n no hablamos de revoluci¨®n. Hablamos de que las autoridades deben negociar con la sociedad¡±, ha remarcado Alexi¨¦vich ante un grupo de medios, entre ellos EL PA?S. ¡°Lukashenko dice que no va a hablar con la calle, pero la calle son centenares de miles de personas que cada domingo y cada d¨ªa salen a la calle, es el pueblo¡±, ha dicho la escritora, que se ha mostrado ¡°orgullosa¡± de la ciudadan¨ªa bielorrusa.
Las movilizaciones sociales por la democracia y contra Lukashenko han cumplido un mes y no decaen, pese a que los arrestos son cada vez m¨¢s agresivos. Y Alexi¨¦vich ha declarado que por mucho que contin¨²en las detenciones, la represi¨®n y el terror, el comit¨¦ opositor seguir¨¢ trabajando y se ampliar¨¢. ¡°Es necesario iniciar un di¨¢logo, de lo contrario ser¨¢ conducido a la clandestinidad y no tendremos nada excepto una guerra civil. Es por eso que debemos unirnos, no renunciar a lo que estamos haciendo y seguir paso a paso¡±, ha apuntado la galardonada con el Nobel de Literatura en 2015, que este mi¨¦rcoles lanz¨® un comunicado, que se public¨® en varios medios locales, en el que ped¨ªa ayuda al sentirse amenazada por las autoridades. Decenas de personas acudieron casi inmediatamente al patio del complejo de apartamentos donde vive para mostrarle su apoyo; entre ellos, un grupo de diplom¨¢ticos occidentales, con los que ha conversado en su apartamento.
Lukashenko, que lleva 26 a?os en el poder, se niega al di¨¢logo social que Alexi¨¦vich y la mayor¨ªa de la sociedad bielorrusa reclaman. El l¨ªder autoritario, de 66 a?os, asegura que las movilizaciones en Bielorrusia se impulsan desde el exterior y ha reclamado ayuda a Rusia, con quien comparte un tratado de uni¨®n desde hace m¨¢s de 20 a?os al que todav¨ªa le faltan varios puntos de desarrollo, que pueden propiciar una oportunidad para que Mosc¨² extienda a¨²n m¨¢s su influencia en Bielorrusia. El l¨ªder autoritario visitar¨¢ a su hom¨®logo ruso, Vlad¨ªmir Putin, en los pr¨®ximos d¨ªas para conversar sobre futuros pactos. Y ese viraje claro hacia Mosc¨² preocupa a muchos observadores, que temen que Rusia termine por absorber a su peque?o vecino, un pa¨ªs con una posici¨®n estrat¨¦gica para Occidente; o, como m¨ªnimo, que Minsk pase a ser todav¨ªa m¨¢s dependiente de Rusia.
La premio Nobel ha hecho tambi¨¦n un llamamiento a la ¡°intelectualidad rusa¡±: ¡°?Por qu¨¦ callan? Escuchamos solo espor¨¢dicas voces de apoyo. ?Por qu¨¦ callan cuando ven que pisotean a un pueblo peque?o y orgulloso? Y adem¨¢s somos vuestros hermanos¡±. Alexi¨¦vich tambi¨¦n ha advertido de que cualquier movimiento de Mosc¨² hacia una fusi¨®n con Bielorrusia puede volv¨¦rsele en contra. ¡°Rusia puede perder Bielorrusia, incluso si adquiere territorio perder¨¢ al pueblo, perder¨¢ a sus hermanos¡±, ha advertido.
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