China y Estados Unidos miden sus fuerzas en el sudeste asi¨¢tico

En el tablero que es Asia Pac¨ªfico, la partida que se disputan China y Estados Unidos adquiere cada vez m¨¢s acritud. Crecen las tensiones entre Pek¨ªn y Taip¨¦i, a la que la Casa Blanca va a vender nuevas partidas de armamento puntero. China acelera la modernizaci¨®n de su Marina y Estados Unidos le acusa de crear un ¡°imperio mar¨ªtimo¡±. Los aliados de Washington reunidos en el llamado Quad (Australia, Jap¨®n, India y EE UU) reactivan esta asociaci¨®n informal de seguridad; Pek¨ªn la describe como un ¡°riesgo¡± para la regi¨®n. En un clima de creciente hostilidad, las naciones del sudeste de Asia son piezas claves en este ajedrez geoestrat¨¦gico. Con visitas de alto nivel, telefonazos y promesas de ayuda, se ven m¨¢s cortejadas que nunca, pero tan reacias como siempre a escorarse decisivamente a un lado u otro.

Mientras crece la tensi¨®n en torno a Taiw¨¢n, y este a?o las dos potencias han aumentado sus roces en el mar del sur de China, los dos pa¨ªses desarrollan una intensa actividad diplom¨¢tica en la regi¨®n. El secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, concluye este viernes una gira por el sur y el sudeste asi¨¢tico que le ha llevado a India, Sri Lanka e Indonesia y ha ampliado en el ¨²ltimo momento a Vietnam, una de las piezas clave en esta partida en la regi¨®n. En la India ha firmado un acuerdo de cooperaci¨®n militar, uno de los grandes logros que se lleva de esta gira en la que, al salir de Washington, afirmaba que abordar¨ªa ¡°c¨®mo los pa¨ªses libres pueden colaborar para neutralizar las amenazas que crea el Partido Comunista de China¡±.

Era su segunda visita a la regi¨®n en menos de un mes, despu¨¦s de haber viajado a Tokio para reunirse con los miembros del Quad en un viaje que debi¨® interrumpir cuando se anunci¨® que el presidente Donald Trump hab¨ªa contra¨ªdo la covid.

Estados Unidos, que en verano declar¨® ¡°ilegales¡± las reclamaciones mar¨ªtimas de China en esas aguas, ha arreciado este a?o con promesas de cooperaci¨®n, dentro de su propia ¡°ofensiva de seducci¨®n¡±. En septiembre, propon¨ªa la Asociaci¨®n EE UU-Mekong con los pa¨ªses ribere?os de ese r¨ªo, para desarrollar proyectos de asistencia desde la lucha contra la pandemia a paliativos contra la sequ¨ªa.

Por su parte, Pek¨ªn tambi¨¦n despliega su propia ofensiva de seducci¨®n. D¨ªas antes de la llegada de Pompeo a la zona, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, termin¨® el suyo por cuatro pa¨ªses de la regi¨®n -Tailandia, Camboya, Laos y Malasia - para abordar la cooperaci¨®n econ¨®mica y apuntalar las relaciones golpeadas por la pandemia de covid.

Durante su visita, Wang ha renovado las promesas de su pa¨ªs de suministrar vacunas contra el coronavirus a esas naciones cuando el remedio est¨¦ listo, y ha hecho valer la figura de China como principal inversor y socio comercial. Tambi¨¦n ha instado a los pa¨ªses a permanecer ¡°vigilantes¡± ante lo que considera intentos de Estados Unidos de azuzar la competici¨®n geopol¨ªtica en la zona.

Antes que ¨¦l, ya hab¨ªa recorrido la regi¨®n el ministro de Defensa. El propio presidente chino, Xi Jinping, hab¨ªa viajado a Myanmar (antigua Birmania) en enero, su ¨²nica salida al exterior en este a?o de pandemia de coronavirus.

¡°El foco de Pek¨ªn en fortalecer relaciones con el sudeste de Asia muestra cierta urgencia debido al deterioro de los lazos con Estados Unidos y otros socios clave. Hasta cierto punto, se puede calificar de una ¡®ofensiva de seducci¨®n¡¯ lanzada por China para cortejar al sudeste asi¨¢tico¡±, escribe Lye Liang Fook, coordinador del programa de estudios de seguridad regional de ISEAS, en el blog Perspective de esta organizaci¨®n. El objetivo final ser¨ªa impedir que esos pa¨ªses -"cada vez m¨¢s preocupados por los actos asertivos, incluso agresivos, de China en el mar del Sur de China"- ¡°se escoren demasiado hacia Estados Unidos¡±.

Aunque ese pa¨ªs tampoco se percibe como un aliado inquebrantable. A su ca¨®tica gesti¨®n de la pandemia se han sumado las dudas, durante la Administraci¨®n Trump, de si demostrar¨ªa la capacidad -y el deseo- de responder militarmente a China con rapidez en defensa de sus socios en la regi¨®n, en caso de ser necesario.

En esta pelea de elefantes, la decena de pa¨ªses del sudeste de Asia ¨Cpese a las abundantes disparidades internas de un grupo que incluye a democracias como Indonesia y reg¨ªmenes autoritarios como los de Laos y Camboya¨C, lo tienen un¨¢nimemente claro: no quieren ser la hierba. China representa, para la mayor¨ªa de ellos, no solo un vecino que arroja una enorme sombra y con el que algunos mantienen disputas de soberan¨ªa. Es, tambi¨¦n, su principal socioecon¨®mico, con el que intercambian cerca de 600.000 millones de d¨®lares (unos 515.000 millones de euros) de comercio al a?o. Para muchos, por otro lado, Estados Unidos es su gran valedor militar.

Una encuesta anual del Instituto de Estudios sobre el sudeste Asi¨¢tico (ISEAS) en Singapur, elaborada entre l¨ªderes de opini¨®n de la regi¨®n, encontraba en enero que el 79% considera a China la mayor influencia econ¨®mica en la zona. El 52% cree que tambi¨¦n lo es en el ¨¢mbito pol¨ªtico. Y aunque subrayan que no desean tener que elegir entre las dos potencias, de tener que alinearse el 54% elegir¨ªa Estados Unidos; el 46%, China, que considera la regi¨®n su ¨¢rea natural de influencia.

¡°En el sudeste asi¨¢tico lo que preocupa m¨¢s es que Estados Unidos y China se enfrenten y que eso les haga la vida mucho m¨¢s dif¨ªcil. Aunque probablemente no se llegar¨ªa a una guerra ¡®caliente¡¯, podr¨ªa haber accidentes, y con toda seguridad causar¨ªa problemas econ¨®micos¡±, explica Murray Hiebert, del laboratorio de ideas CSIS y autor del libro Under Beijing¡¯s Shadow: Southeast Asia China¡¯s Challenge (Bajo la sombra de Pek¨ªn: el desaf¨ªo chino del sudeste asi¨¢tico)

Aunque la imagen de las dos potencias ha sufrido golpes en los ¨²ltimos a?os. Los pa¨ªses de la Asociaci¨®n de Naciones del sudeste Asi¨¢tico se lamentan de que el presidente estadounidense, Donald Trump, apenas haya asistido a las cumbres anuales en la regi¨®n, como s¨ª hicieron sus predecesores. En el caso de China preocupa su creciente asertividad en las disputas territoriales en el mar del Sur de China - a las quejas de Vietnam y Filipinas, este a?o se han sumado las de Indonesia por la incursi¨®n de barcos chinos en las cercan¨ªas de sus islas Natuna-. Tambi¨¦n, proyectos de la nueva Ruta de la Seda china que no terminan de despegar, o el control que Pek¨ªn pueda ejercer, a trav¨¦s de su red de presas, sobre el flujo de las aguas del Mekong, vitales para naciones como Vietnam o Camboya. Este a?o la gesti¨®n de la covid se ha sumado a las reticencias.

¡°El dinero habla, y presenta un dilema. Los proyectos de China cubren algunas de las necesidades que tienen los pa¨ªses de la zona, pero no vienen exentos de costes. China impone condiciones¡± a su colaboraci¨®n, apuntaba recientemente Sun Yun, directora del programa para China del centro de estudios Stimson Center, en una videoconferencia.

Para que los pa¨ªses mantengan su deseada equidistancia, la f¨®rmula que recomiendan los expertos es una mayor colaboraci¨®n interna en la regi¨®n, plagada por disputas internas como las que enfrentan a Malasia y Vietnam por cuestiones pesqueras.

Hasta ahora, apunta Hiebert, ¡°cada uno va por su cuenta en su relaci¨®n con China. Pero si colaborasen, creo que podr¨ªan responder a China con mucha m¨¢s fuerza en el mar del Sur de China y en el continente. Si se mantuvieran unidos, podr¨ªan prevenir lo que parece como una situaci¨®n hegem¨®nica inevitable dentro de 20, 30 a?os¡±.