Un legado espa?ol a la identidad europea
La doble nacionalidad con Francia es un proceso de esperanza para superar los viejos nacionalismos
Decisi¨®n hist¨®rica, paso adelante en la identidad europea de Espa?a. El Gobierno ha adoptado, el martes 23 de noviembre, un convenio que abre la v¨ªa de la doble nacionalidad con Francia. Espa?a, paralizada por la tradici¨®n franquista, era el ¨²nico de los grandes pa¨ªses europeos (Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia) que rechazaba esta posibilidad de emancipaci¨®n a millares de ciudadanos que viven a los dos lados de los Pirineos, con lazos profundos con uno y otro pa¨ªs....
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Decisi¨®n hist¨®rica, paso adelante en la identidad europea de Espa?a. El Gobierno ha adoptado, el martes 23 de noviembre, un convenio que abre la v¨ªa de la doble nacionalidad con Francia. Espa?a, paralizada por la tradici¨®n franquista, era el ¨²nico de los grandes pa¨ªses europeos (Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia) que rechazaba esta posibilidad de emancipaci¨®n a millares de ciudadanos que viven a los dos lados de los Pirineos, con lazos profundos con uno y otro pa¨ªs.
Con esta decisi¨®n se pone fin a una situaci¨®n absurda e injusta sufrida por los espa?oles de Francia, en general arraigados desde el exilio tras el fin de la Guerra Civil, y particularmente por los descendientes de los republicanos espa?oles. Francia, por su parte, desde hace unas d¨¦cadas, hab¨ªa aceptado una v¨ªa de hecho de la doble nacionalidad, por no exigir a los espa?oles (como a casi todos los europeos) la renuncia de su nacionalidad al apostar por la francesa.
Tras largos tr¨¢mites llevados a cabo por el Ministerio de Justicia espa?ol, bajo la batuta de la exministra Dolores Delgado y la diligencia de altos funcionarios ¡ªCristina Latorre y el embajador en Par¨ªs, Jos¨¦ Manuel Albares¡ª, el convenio ha sido finalmente sellado por los mandatarios Pedro S¨¢nchez y Emmanuel Macron. No es necesario subrayar aqu¨ª la importancia tanto econ¨®mica como cultural y humana de esta decisi¨®n para ambos pa¨ªses. Es, ante todo, un paso adelante en la identidad europea de Espa?a, pues solo pa¨ªses latinoamericanos, o Filipinas, pod¨ªan aspirar, como legado de la ¨¦poca imperial espa?ola, al estatuto de la doble pertenencia, mientras que el movimiento de transnacionalizaci¨®n europeo avanzaba lenta pero irreversiblemente desde los a?os noventa. Los estatutos de doble nacionalidad se est¨¢n extendiendo entre europeos por razones profesionales, as¨ª como por el proceso de fabricaci¨®n (palabra muy adecuada en este caso) de una ciudadan¨ªa europea compartida, que se a?ade ¡ªno reemplaza¡ª a la nacionalidad propia.
Es un proceso lleno de esperanza para la forja de una identidad com¨²n capaz de superar los viejos nacionalismos y para abrir la senda a la construcci¨®n de la interculturalidad europea. En este sentido, conjuntamente con las ¨²ltimas orientaciones europeas basadas en la solidaridad econ¨®mica frente a la pandemia, esta decisi¨®n, que merece ser extendida a otros pa¨ªses europeos, es una contribuci¨®n esencial, por parte del Gobierno de Espa?a hacia la Europa de los ciudadanos tan anhelada.