El drama de los migrantes venezolanos y n¨¢ufragos: ¡°No apareci¨® ni un cuerpo, ni un salvavidas, ni un malet¨ªn¡±
Los familiares de m¨¢s de 80 personas, que desaparecieron en 2019 tras embarcarse en las costas venezolanas, exigen justicia sobre un caso que denuncian como trata de personas
Johnny Matey se despidi¨® de su hija a las 15.00 de la tarde del 23 de abril de 2019. A esa hora, Yodervys, de 22 a?os, que no ten¨ªa c¨®mo ganarse la vida en G¨¹iria, uno de los puntos m¨¢s extremos al oriente de Venezuela, tom¨® una embarcaci¨®n para emigrar en busca de mejores condiciones de vida, como ya lo han hecho m¨¢s de 4,8 millones de venezolanos en los ¨²ltimos a?os, seg¨²n los datos de Naciones Unidas. ¡°Ella estaba reci¨¦n graduada y no ten¨ªa qu¨¦ hacer, su esposo ten¨ªa un a?o trabajando en Trinidad y Tobago, ya estaba estabilizado y le dijo que se fuera¡±, cont¨® su padre.
Acordaron la salida con uno de los lancheros que regularmente cubre ese peligroso trayecto mar¨ªtimo de 90 kil¨®metros, un conocido de ese pueblo despoblado donde todos se conocen. La joven pag¨® los 300 d¨®lares que costaba el viaje una vez comenzara a trabajar en su nuevo destino. Parec¨ªa sencillo. Pese a las visas y controles m¨¢s de 40.000 venezolanos viven ahora en Trinidad y Tobago. En tres horas deb¨ªa tocar orilla en el otro pa¨ªs. El barco llamado Yonaily Jos¨¦ sali¨®, pero Yodervys y las 31 personas que la acompa?aban no llegaron. Solo el capit¨¢n de la lancha se salv¨® de lo que asegur¨® se trat¨® de un hundimiento, estuvo en un hospital y luego se fug¨®, aseguran los familiares. ¡°No apareci¨® ni un cuerpo, ni un salvavidas, ni un malet¨ªn, despu¨¦s de semanas y semanas de b¨²squeda. Por las caracter¨ªsticas de la desaparici¨®n todo indica que es trata de personas¡±, dice Matey frente a la sede del Ministerio P¨²blico en Caracas, a donde lleg¨® luego de reunir, siendo desempleado, los bol¨ªvares en efectivo para pagar un viaje de m¨¢s de 10 horas en autob¨²s.
Es la segunda visita a Caracas que Matey ha hecho en 10 meses para exigir avances en la investigaci¨®n. A este viaje a la capital se han sumado los familiares de otro grupo de personas desaparecidas en posteriores naufragios. Los de la lancha Ana Mar¨ªa, que parti¨® de G¨¹iria casi un mes despu¨¦s de la primera que desapareci¨® y de otra que el 7 de junio de 2019 sali¨® rumbo a Curazao desde las costas de Falc¨®n, al otro extremo de la costa venezolana, y de la que tampoco hay rastros.
Ahora, constituidos en un comit¨¦ de familiares de desaparecidos, pelean por visibilizar la trata de personas en el contexto de crisis humanitaria que vive Venezuela. ¡°Sepan que nuestras familias est¨¢n desapareciendo, hay desapariciones forzadas en este pa¨ªs porque el hambre est¨¢ forzando a nuestros hijos a irse en esas condiciones. Esto no es pol¨ªtica, es hambre¡±, dijo Johnny Romero, un docente jubilado que ahora se dedica pelear por respuestas para estas 80 familias. ¡°A un muerto lo entierras, pero a un desaparecido lo lloras siempre¡±. Insisten en la b¨²squeda, en que se hagan notificaciones en Interpol y en que la justicia venezolana y los pa¨ªses involucrados colaboren en su causa.
El hijo de Romero ten¨ªa tres a?os trabajando como barbero en Bogot¨¢. Regres¨® al pa¨ªs para regularizar los permisos de estad¨ªa en Colombia que se le hab¨ªan vencido. Unos amigos lo convencieron de que en Curazao podr¨ªa hacer m¨¢s dinero y tom¨® la lancha en la que iban 33 personas m¨¢s. Su padre ha ido mes a mes a Caracas a ver el expediente del caso por el que han pasado cuatro fiscales. En ocho meses, dice, nada ha cambiado. Est¨¢n las mismas 300 p¨¢ginas iniciales. Y los zarpes ilegales de lanchas tambi¨¦n siguen ocurriendo.
¡°En el caso de Falc¨®n hay un comando naval a pocos minutos del muelle y cada semana sigue saliendo gente de nuestras costas a arriesgar su vida. Eso es inconcebible¡±, declar¨® a los medios que intentaban cubrir la protesta de las familias, mientras un desfile de carnaval, con bandas musicales y carrozas, atravesaba la avenida frente al despacho de Justicia. El grupo exig¨ªa ser recibido por el fiscal designado por la Asamblea Constituyente Tarek William Saab, que en ese momento hablaba en televisi¨®n sobre la aerol¨ªnea TAP, suspendida tras haber tra¨ªdo a Juan Guaid¨® al pa¨ªs hace una semana, que ahora asegura estar¨ªa involucrada en una red de tr¨¢fico de drogas. Al final, los familiares de los desaparecidos hablaron con otro funcionario.
Caribe mortal
Pese a los controles que han impuesto en la regi¨®n desde el a?o pasado, la grave crisis econ¨®mica y social que atraviesa el pa¨ªs petrolero sigue forzando a cientos de venezolanos a salir, aun por caminos irregulares. Frankennedy Hern¨¢ndez, de 23 a?os, tampoco ten¨ªa trabajo en G¨¹iria. Aunque su mam¨¢, Migledys D¨ªaz, le dijo que no se fuera lo hizo. Sab¨ªa que el viaje implicaba navegar de noche y entrar escondidos a la isla holandesa en la que ya se han ido 26.000 venezolanos. Pag¨® el viaje con dos electrodom¨¦sticos. Sara Mora, de 59 a?os, qued¨® a cargo de los cinco hijos de Jes¨²s Antonio, su hijo, que viaj¨® a Curazao con un t¨ªo para hacer dinero y volver, algo que ya hab¨ªa hecho antes. ¡°?l es mec¨¢nico, pero ac¨¢ lo que ganaba al d¨ªa eran 50.000 bol¨ªvares diarios (menos de un d¨®lar)¡±.
La trata de mujeres para la prostituci¨®n es una sospecha que les angustia, pero a la vez es un indicio de que pueden estar vivos. La hija de Eucaris Alcal¨¢ le dej¨® una carta y a su beb¨¦ de tres a?os. Con 18 a?os, se fue a hacer dinero en Trinidad. ¡°Ella me dice en la carta que al llegar me llamar¨ªa y eso no ha pasado, por eso yo creo que est¨¢ viva, pero que cay¨® en una red de trata¡±. La hermana de Yeison Guti¨¦rrez se fue en el mismo barco con una promesa de mejor vida. Dej¨® su familia en los Andes (al occidente del pa¨ªs), sus estudios universitarios en Psicolog¨ªa y acept¨® la oferta de una amiga que estaba en el otro pa¨ªs para trabajar como camarera o mesonera en un resort. ¡°Ella sali¨® de T¨¢chira, nos avis¨® cuando lleg¨® y dijo que la llevaron a un hotel donde no la dejaban salir. Luego nos avis¨® que se mont¨® en el barco y pudimos rastrearla por el GPS del tel¨¦fono hasta Macuro, donde hicieron una parada y no supimos m¨¢s¡±. La familia contact¨® a la amiga en Trinidad que en un momento les dijo hab¨ªa muerto, luego que estaba viva y la lancha se hab¨ªa desviado, y luego dej¨® de responder a los familiares.
Al cierre de 2019, la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones hizo una alerta sobre el aumento de las muertes ocurridas en las rutas migratorias de todo el mundo. En los pasos de Centro y Sudam¨¦rica y el Caribe se tuvo registro de 634 personas muertas, la cifra m¨¢s alta en seis a?os. Solo al Caribe corresponden 154 casos, un considerable aumento si se compara con las 28 contabilizadas en 2018, que Joel Millman, portavoz de la organizaci¨®n, atribuy¨® al desesperado ¨¦xodo desde Venezuela.
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