Los sindicatos del oro desangran el sur de Venezuela
Human Rights Watch denuncia la violencia y el control que ejercen grupos delictivos en el sur de pa¨ªs para la extracci¨®n ilegal de minerales. Amputaciones, desapariciones, contrabando y presencia de guerrilla colombiana son parte del reporte
El sur de Venezuela es un territorio sin ley. O m¨¢s bien, est¨¢ regido por una especie de ley del tali¨®n que ejercen los llamados sindicatos del oro, grupos delictivos que se han apoderado del control de las minas de oro en varios poblados de los estados Bol¨ªvar, Amazonas y Delta Amacuro. Human Rights Watch revel¨® este martes en un informe los niveles de violencia que arropan la fiebre aur¨ªfera, por la que se han movilizado venezolanos de todo el pa¨ªs en busca de la subsistencia en las minas y de la que tambi¨¦n se vale el gobierno de Nicol¨¢s Maduro para atravesar la sequ¨ªa de ingresos tras la ca¨ªda de la producci¨®n petrolera y las sanciones internacionales.
El informe contiene testimonios de algunas de las 21 personas que entrevist¨® la organizaci¨®n a finales del a?o pasado y que hab¨ªan trabajado en minas pr¨®ximas a Las Claritas, El Callao, El Dorado y El Algarrobo en los ¨²ltimos dos a?os; as¨ª como tambi¨¦n de otras 15 entrevistas a l¨ªderes ind¨ªgenas, activistas y periodistas que han hecho cobertura en terreno.
Entre los relatos se incluye el de una mujer que vio cuando a otra que fue acusada de robar un pantal¨®n le cortaron las manos con un machete. Otro hombre que trabaj¨® como minero relat¨® que un d¨ªa, mientras almorzaban, le cortaron la mano a un compa?ero que supuestamente se hab¨ªa robado un tel¨¦fono. Al supuesto ladr¨®n se lo llevaron y no se supo m¨¢s de ¨¦l. Un mes despu¨¦s el mismo testigo de este hecho vio c¨®mo a una mujer que supuestamente hab¨ªa tomado 10 gramos de oro de otro trabajador la ataron a un ¨¢rbol y le cortaron la cabeza con una motosierra frente a todos. ¡°Tengo todo grabado en mi mente. Me fui de la mina atemorizado¡±, dijo a HRW. ¡°Otro hombre cont¨® que un miembro de un sindicato hizo que un ni?o de 17 a?os, acusado de robar oro, pusiera ambas manos juntas, como si estuviera rezando, y le efectuaron siete disparos directos a las manos¡±.
Los entrevistados tambi¨¦n describieron severas condiciones laborales en las minas, que inclu¨ªan cumplir turnos de 12 horas sin equipos de protecci¨®n y la presencia de ni?os trabajando con los adultos. A esto suma, la crisis sanitaria que ha desatado la miner¨ªa ilegal masiva al disparar la malaria en el pa¨ªs, con m¨¢s de un mill¨®n de casos registrados al cierre de 2018.
Las desapariciones y las masacres en las minas del sur del pa¨ªs vienen ocurriendo desde hace m¨¢s de cinco a?os. La Comisi¨®n de los Derechos Humanos y Ciudadan¨ªa ha reunido 51 denuncias de personas con paradero desconocido en los municipios mineros de Bol¨ªvar entre 2012 y 2019. En 2016 ocurri¨® una de las matanzas m¨¢s grandes. En el pueblo de Tumeremo se report¨® la desaparici¨®n de 28 mineros y d¨ªas despu¨¦s se encontraron 17 de los cuerpos en una fosa com¨²n. En noviembre pasado fue denunciada la muerte de ocho pobladores del territorio ind¨ªgena Ikabar¨², de la etnia pem¨®n, que forma parte del Arco Minero del Orinoco, tras un enfrentamiento con bandas.
El estado Bol¨ªvar es el segundo m¨¢s violento del pa¨ªs, de acuerdo al reporte de 2019 del Observatorio Venezolano de Violencia. Los municipios donde se desarrolla la miner¨ªa, como El Callao, tienen tasas de homicidio sobre las 300 muertes cada 100.000 habitantes. HRW tambi¨¦n corrobora en sus entrevistas denuncias como las que ya ha hecho International Crisis Group sobre la presencia activa el grupo armado colombiano Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) y al menos una organizaci¨®n disidente que se form¨® con miembros desmovilizados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que entran en pugna por el control de la zona con los sindicatos e incluso con funcionarios y militares venezolanos.
Oro de sangre
¡°Los venezolanos de bajos recursos que se ven en la necesidad de trabajar en las minas de oro debido a la crisis econ¨®mica y la emergencia humanitaria en el pa¨ªs se han convertido en v¨ªctimas de delitos macabros cometidos por grupos armados que controlan minas ilegales en el sur de Venezuela¡±, se?al¨® Jos¨¦ Miguel Vivanco, director para las Am¨¦ricas de HRW. ¡°Es crucial que las refiner¨ªas y quienes compran oro se aseguren de que el oro venezolano que forma parte de sus cadenas de suministro no est¨¦ manchado con la sangre de v¨ªctimas venezolanas¡±.
Desde la creaci¨®n en 2016 del Arco Minero del Orinoco, un territorio para la explotaci¨®n de minerales que ocupa 12% del pa¨ªs, el gobierno de Maduro ha entregado concesiones a algunas empresas para operar en la zona, pero hay opacidad total sobre la cantidad de oro que se ha extra¨ªdo y sumado a las arcas del Banco Central de Venezuela. Las denuncias de contrabando de oro, que indican que miner¨ªa ilegal supera a la autorizada son reiteradas en este informe y tambi¨¦n ha sido corroborada en im¨¢genes de sat¨¦lite que muestran el avance de la deforestaci¨®n del Amazonas venezolano.
Durante su reciente gira por Europa, el opositor Juan Guaid¨®, jefe del Parlamento reconocido como presidente interino por unos 60 pa¨ªses, insisti¨® en pedir acciones para evitar el tr¨¢fico de oro venezolano a ese continente, extra¨ªdo en condiciones que constituyen graves violaciones de los derechos humanos, como se ha hecho con los llamados ¡°diamantes de sangre¡± africanos. Solo Estados Unidos ha impuesto sanciones a Venezuela sobre la comercializaci¨®n del mineral y adem¨¢s vet¨® a la empresa estatal Minerven. Washington tom¨® esa medida hace menos de un a?o, en marzo de 2019, justo despu¨¦s de que Uganda denunciara que 7,4 toneladas de oro venezolano hab¨ªan ingresado a ese pa¨ªs sin pasar controles aduaneros y que Reino Unido le negara a Maduro el retiro 1.200 millones de d¨®lares (unos 1.050 millones de euros) en oro del Banco de Inglaterra.
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