Muere Juan Guzm¨¢n, el primer juez chileno en procesar a Augusto Pinochet
El magistrado, que corri¨® el cerco de la Justicia en Chile, fallece a los 81 a?os
Juan Guzm¨¢n Tapia, el primer juez chileno que proces¨® a Augusto Pinochet por violaciones a los derechos humanos, ha fallecido este viernes en Chile a los 81 a?os. El magistrado corri¨® los cercos del Poder Judicial de su pa¨ªs cuando, en democracia, el dictador ejerc¨ªa de senador vitalicio en el Parlamento. Primero logr¨® un hist¨®rico desafuero en 2000 en el marco de la investigaci¨®n de la Caravana de la Muerte, la comitiva de militares que tras ...
Juan Guzm¨¢n Tapia, el primer juez chileno que proces¨® a Augusto Pinochet por violaciones a los derechos humanos, ha fallecido este viernes en Chile a los 81 a?os. El magistrado corri¨® los cercos del Poder Judicial de su pa¨ªs cuando, en democracia, el dictador ejerc¨ªa de senador vitalicio en el Parlamento. Primero logr¨® un hist¨®rico desafuero en 2000 en el marco de la investigaci¨®n de la Caravana de la Muerte, la comitiva de militares que tras el Golpe de Estado de 1973 recorri¨® el pa¨ªs en helic¨®ptero Puma y termin¨® con la vida de decenas de personas en diferentes ciudades de Chile, la mayor¨ªa prisioneros que esperaban ser sometidos a Consejos de Guerra ileg¨ªtimos. En 2001, Guzm¨¢n rechaz¨® las razones de salud invocadas por la defensa y encauz¨® a Pinochet como autor intelectual de 57 homicidios y 18 secuestros, porque en su investigaci¨®n demostr¨® que la operaci¨®n para asesinar opositores fue una decisi¨®n del propio general.
Aquel procesamiento qued¨® sin efecto, sin embargo, porque la defensa del excomandante en jefe del Ej¨¦rcito present¨® un recurso de amparo alegando motivos de salud. Pinochet, fallecido a fines de 2006, muri¨® a los 91 a?os en una cl¨ªnica de Santiago de Chile, sin haber sido nunca arrestado en su pa¨ªs.
El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) mostr¨® su pesar tras el deceso del magistrado: ¡°El INDH lamenta profundamente la partida del abogado y juez don Juan Guzm¨¢n Tapia. ?l fue un gran defensor de los derechos humanos, que luch¨® incansablemente por hacer justicia tras la dictadura. Nuestras condolencias a su familia y amigos¡±. En la misma l¨ªnea, la diputada comunista Carmen Hertz, abogada y viuda de un pol¨ªtico ejecutado por una comitiva militar en 1973, expres¨® un ¡°gran dolor por la muerte del ministro Juan Guzm¨¢n¡±. ¡°Fue un magistrado valiente y digno que posibilit¨® el primer desafuero del genocida Pinochet por cr¨ªmenes de la Caravana de la Muerte y su procesamiento como autor. Nunca acept¨® presiones del establishment y poderes f¨¢cticos¡±, escribi¨® la parlamentaria.
Guzm¨¢n fue uno de los jueces que no aplic¨® el decreto ley de Amnist¨ªa de 1978. Basado en las normas jur¨ªdicas chilenas, que no permiten decretar una muerte sin el cad¨¢ver, sent¨® jurisprudencia al determinar que los detenidos desaparecidos permanec¨ªan secuestrados por los ¨®rganos represivos. Como no hab¨ªan sido liberados ni se hab¨ªan encontrado sus restos, por lo tanto, el delito era permanente en el tiempo, lo que posibilit¨® la indagaci¨®n de la verdad judicial de decenas de las muertes de opositores ocurridas en los 17 a?os de dictadura (1973-1990). En su carrera, Guzm¨¢n tramit¨® al menos 200 querellas contra Pinochet, entre las que se cuenta la de la Operaci¨®n C¨®ndor, la coordinaci¨®n de las dictaduras latinoamericanas para perseguir y eliminar opositores. Fue por aquella causa por la que el juez espa?ol Baltasar Garz¨®n decret¨® en octubre de 1998 una orden internacional de detenci¨®n contra Pinochet y solicit¨® la extradici¨®n a Espa?a del dictador, que hab¨ªa viajado a Londres siendo senador vitalicio.
¡°?Ustedes no tienen ni un derecho a hacer esto, no pueden arrestarme! ?Yo estoy aqu¨ª en una misi¨®n secreta!¡±, exclam¨® Pinochet, de 82 a?os, la noche del 26 de octubre de 1998 cuando fue detenido en la London Clinic de la capital brit¨¢nica, seg¨²n relata el libro Yo, Augusto, de Ernesto Ekaizer. Luego de una fuerte arremetida diplom¨¢tica del Gobierno chileno, Pinochet regres¨® a su pa¨ªs en marzo de 2000. Lo esperaba el juez Guzm¨¢n, que desde comienzos de 1998 investigaba al senador vitalicio por el delito de genocidio, secuestro, asociaci¨®n il¨ªcita e inhumaci¨®n ilegal, en el marco de la querella presentada por dirigentes del Partido Comunista.
Guzm¨¢n hab¨ªa nacido en El Salvador en 1939, mientras su padre ejerc¨ªa de diplom¨¢tico en el pa¨ªs centroamericano. Estudi¨® Derecho en la Pontificia Universidad Cat¨®lica de Chile y luego viaj¨® a Francia a especializarse en Filosof¨ªa del Derecho en Par¨ªs, donde conoci¨® a su esposa francesa, con la que tuvo dos hijas. Ingres¨® en 1970 al Poder Judicial chileno y lleg¨® a ser ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, cargo que ejerc¨ªa cuando le designaron la investigaci¨®n de las querellas contra Pinochet, en un caso que marc¨® definitivamente su carrera. Sobre el procesamiento al dictador, alguna vez afirm¨®: ¡°No fue una decisi¨®n dif¨ªcil, fue bastante f¨¢cil¡±, aunque luego reconoci¨® que lo quisieron presionar.
Antes de cumplir los 65 a?os en 2005, sin embargo, cuando investigaba causas sobre derechos humanos y llevaba 35 a?os de ejercicio p¨²blico, sorprendi¨® con la petici¨®n de su retiro anticipado, con lo que ech¨® por tierra la posibilidad de llegar a la Corte Suprema. Ten¨ªa una relaci¨®n tirante con sus superiores: ¡°Desde que estoy con estos casos tengo una calificaci¨®n no muy buena, bastante regular, porque crea anticuerpos y el pretexto son mis audacias¡±, relat¨® Guzm¨¢n.
Una de sus grandes pasiones era la escritura, probablemente un gusto heredado de su padre, Juan Guzm¨¢n Cruchaga, que combin¨® la diplomacia con la poes¨ªa. En su ni?ez y adolescencia lleg¨® a conocer a grandes escritores latinoamericanos, como Pablo Neruda, Gabriela Mistral o Jorge Luis Borges. Su amor por las letras lo empuj¨® a escribir sus memorias sobre el proceso contra Pinochet, En el borde del mundo, que present¨® apenas unos meses despu¨¦s de salir del Poder Judicial. En el libro, relata que el anuncio de la acusaci¨®n contra el dictador ¡°reson¨® como un ca?onazo, pero la ebullici¨®n dur¨® poco tiempo¡±. ¡°Emplazada por los abogados de Pinochet, la Corte de Apelaciones dej¨® sin efecto el procesamiento, al acoger un recurso de amparo. La Corte Suprema confirm¨® dicha decisi¨®n: orden¨® sin embargo que deber¨ªa proceder al interrogatorio de Pinochet dentro de 20 d¨ªas¡±.