Un informe secreto destapa los errores y excesos de Trump en la gesti¨®n del presunto ¡°ataque s¨®nico¡± en La Habana
El documento desclasificado del Departamento de Estado reprocha el cierre de la embajada que sigui¨® a una supuesta agresi¨®n cubana contra el personal diplom¨¢tico de EE UU acreditado en la isla
Al modus operandi de Donald Trump para acorralar a Cuba y acabar con la pol¨ªtica de Barack Obama le sigue cayendo lodo. A pocas semanas de ser criticado por incluir a la isla en la lista de pa¨ªses patrocinadores del terrorismo d¨ªas antes de abandonar la Casa Blanca, un informe secreto del Departamento de Estado reci¨¦n desclasificado...
Al modus operandi de Donald Trump para acorralar a Cuba y acabar con la pol¨ªtica de Barack Obama le sigue cayendo lodo. A pocas semanas de ser criticado por incluir a la isla en la lista de pa¨ªses patrocinadores del terrorismo d¨ªas antes de abandonar la Casa Blanca, un informe secreto del Departamento de Estado reci¨¦n desclasificado sugiere que su decisi¨®n de desmantelar la Embajada de La Habana a principios de 2018, como reacci¨®n a unos supuestos ¡°ataques s¨®nicos¡± contra su personal diplom¨¢tico, fue una ¡°respuesta¡± pol¨ªtica plagada de mala gesti¨®n, falta de coordinaci¨®n e incumplimiento de procedimientos.
El documento secreto desclasificado ahora ¡ªa petici¨®n del Archivo de Seguridad Nacional de EE UU¡ª revela que Trump tom¨® la decisi¨®n de reducir el 60% del personal consular en La Habana y desactivar en la pr¨¢ctica el funcionamiento de la embajada, sin tener prueba alguna de que Cuba estuviera detr¨¢s de los misteriosos problemas de salud que afectaron a sus funcionarios.
¡°El mecanismo de la causa de las lesiones es actualmente desconocido. Desconocemos el motivo de estos incidentes, cu¨¢ndo comenzaron realmente, o qui¨¦n lo hizo¡±, se?ala un informe interno del Departamento de Estado redactado en 2018, luego de cuatro meses de trabajo.
El documento cuestiona la actuaci¨®n del exsecretario de Estado, Rex Tillerson, por no designar ¡°a un alto funcionario como responsable general¡± de la investigaci¨®n, y critica adem¨¢s ¡°el excesivo secretismo¡± de la CIA por no compartir informaci¨®n con el Departamento de Estado, lo que ¡°retras¨®¡± la coordinaci¨®n de una ¡°respuesta adecuada¡±. En ning¨²n momento el informe niega que los diplom¨¢ticos norteamericanos sufrieran problemas de salud, pero establece que no era posible conocer las causas de lo ocurrido. Y asegura que la reacci¨®n norteamericana fue deficiente, pues se ¡°caracteriz¨® por la falta de liderazgo de alto nivel, la ineficacia de las comunicaciones y la desorganizaci¨®n sist¨¦mica¡±.
Los hechos ocurrieron entre finales de 2016 y principios de 2017, cuando una veintena de diplom¨¢ticos estadounidenses con destino en La Habana, as¨ª como miembros de sus familias, reportaron sufrir mareos, v¨¦rtigos y dolores agudos en los o¨ªdos que pod¨ªan estar causados por unos extra?os sonidos a los que hab¨ªan estado expuestos. Seg¨²n sus testimonios, los sonidos proven¨ªan de una direcci¨®n espec¨ªfica y los hab¨ªan escuchado en sus propias residencias o, en algunos casos, en habitaciones de hotel. El fen¨®meno tambi¨¦n afect¨® a diplom¨¢ticos canadienses en la capital cubana. En total, unas cuarenta personas fueron atendidas por esos s¨ªntomas.
A mediados de 2017, el Departamento de Estado afirm¨® que la causa de los problemas de salud de su personal pudiera deberse a un ¡°ataque s¨®nico¡± del Gobierno cubano. Y en octubre de ese mismo a?o, Donald Trump fue m¨¢s directo: ¡°Yo creo que Cuba es responsable; s¨ª, lo creo¡±, afirm¨®. A comienzos de 2018 Washington emiti¨® un comunicado de alerta para no viajar a Cuba y retir¨® buena parte del personal de su misi¨®n diplom¨¢tica, reduciendo su actividad al m¨ªnimo. De ese modo Trump asest¨® un duro golpe al deshielo iniciado por la Administraci¨®n Obama, adem¨¢s de afectar a decenas de miles de cubanos que se quedaron sin posibilidad de conseguir un visado para viajar a EE UU.
¡°La decisi¨®n de reducir el personal en La Habana no parece haber seguido los procedimientos est¨¢ndar del Departamento de Estado y no fue precedida ni seguida por ning¨²n an¨¢lisis formal de los riesgos y beneficios de la presencia f¨ªsica continuada de los empleados del Gobierno estadounidense en La Habana¡±, se?alaba al respecto el informe reci¨¦n desclasificado.
Un ataque de ¡°ciencia ficci¨®n¡±
¡°Tras cuatro a?os de acusaciones, el Gobierno de Estados Unidos no ha podido demostrar que algo ocurri¨® en Cuba, mucho menos que haya habido ataques¡±, dijo a EL PA?S Carlos Fern¨¢ndez de Coss¨ªo, director general para EE UU de la Canciller¨ªa cubana. ¡°Ninguna de las acusaciones ha resistido los an¨¢lisis de la ciencia. El Gobierno estadounidense se neg¨® a cooperar, a compartir evidencias, a permitir que expertos y cient¨ªficos de ambos pa¨ªses trabajaran de conjunto en la b¨²squeda de respuestas¡±, se?al¨® el diplom¨¢tico.
Para Mitchell Vald¨¦s, director del Centro de Neurociencias de Cuba y responsable del equipo cubano encargado de la investigaci¨®n, ¡°el mal llamado s¨ªndrome de La Habana se ve como el gran misterio de unos ataques con armas de ciencia ficci¨®n que da?aron el cerebro a diplom¨¢ticos norteamericanos en Cuba¡±. A su entender, ¡°gran parte del misterio se debe a una supresi¨®n sistem¨¢tica de informaci¨®n importante por la anterior Administraci¨®n de EE UU y la desclasificaci¨®n a cuentagotas de documentos oficiales lo va demostrando¡±.
El cient¨ªfico menciona un informe reciente de la Academia de Ciencias de EE UU, en el que ¡°un panel de expertos demoli¨® la idea de que hab¨ªa da?o cerebral en el grupo de diplom¨¢ticos involucrados y resalt¨® la falta de evidencia para ning¨²n ataque ni arma plausible¡±. ¡°El informe de la Academia de Ciencias de EE UU¡±, a?ade Vald¨¦s, ¡°cit¨® un informe enterrado durante dos a?os, de los Centros de Control de Enfermedades de EE UU, que afirma que la mayor¨ªa de las supuestas ¡®v¨ªctimas de ataques¡¯ no cumpl¨ªan su definici¨®n de caso¡±.
Coss¨ªo asegura que las ¡°acusaciones sin sustento¡± de la Administraci¨®n de Trump fueron una simple excusa que se utiliz¨® ¡°para justificar decenas de medidas unilaterales contra Cuba, con un alto costo para el pueblo cubano y las relaciones con Estados Unidos¡±. ¡°Cuba reiter¨® en muchas ocasiones su disposici¨®n a establecer la necesaria cooperaci¨®n cient¨ªfica y pol¨ªtica para encontrar respuestas a los s¨ªntomas que reportaban los diplom¨¢ticos de EE UU. El Gobierno de este pa¨ªs nunca mostr¨® voluntad de encontrar tales respuestas¡±, dijo el diplom¨¢tico.
Para Peter Kornbluh, que dirige el Proyecto de Documentaci¨®n sobre Cuba del Archivo de Seguridad Nacional, la instituci¨®n que logr¨® la desclasificaci¨®n del informe, lo revelado ¡°no resuelve el misterio de lo que ocurri¨® en Cuba¡±. A su juicio, ¡°las pistas¡± para resolverlo probablemente se encuentran en los registros ¡°a¨²n secretos¡± del Departamento de Estado, la CIA, el FBI y el Pent¨¢gono, y conocerlos es de especial ¡°relevancia¡± ahora, cuando la Administraci¨®n de Biden considera retomar la pol¨ªtica de acercamiento de Obama y restablecer el trabajo de la Embajada en La Habana. Nadie cree que la decisi¨®n de Trump de incluir a Cuba en la lista de pa¨ªses terroristas, justo antes de abandonar la Casa Blanca, fuera gratuita. De c¨®mo Biden logre sortear el camino de piedras y obst¨¢culos regados por su antecesor trata el siguiente cap¨ªtulo de las relaciones entre La Habana y Washington.