La principal prueba del ¡°ataque s¨®nico¡± a la Embajada de EE UU en Cuba era el zumbido de unos grillos
Un an¨¢lisis cient¨ªfico de las grabaciones realizadas por diplom¨¢ticos estadounidenses que enfermaron, desatando la alarma internacional, revela que el sonido corresponde a insectos
En septiembre de 2017, Estados Unidos decidi¨® retirar de su embajada en Cuba a todo el personal no esencial y sus familias. El motivo: una veintena de diplom¨¢ticos acusaban s¨ªntomas variados como mareos, v¨¦rtigo, confusi¨®n mental, sordera parcial y lagunas de vocabulario b¨¢sico, supuestamente provocados por la exposici¨®n a sonidos persistentes de origen desconocido en sus casas o habitaciones de hotel. La reapertura de la legaci¨®n diplom¨¢tica en Cuba, que en julio de 2015 supuso un paso hist¨®rico en el acercamiento entre dos viejos enemigos, quedaba gravemente deslucida, solo dos a?os despu¨¦s, con la dotaci¨®n de personal diplom¨¢tico reducida dr¨¢stica e inquietantemente a la mitad.
La misteriosa ola de enfermedades, que empezaron a detectarse a finales de 2016, fue tratada por el Departamento de Estado desde el inicio como un ¡°ataque s¨®nico¡±. El examen m¨¦dico de las casi dos docenas de afectados, incluidos tambi¨¦n algunos diplom¨¢ticos canadienses, produjo diagn¨®sticos de conmoci¨®n o da?o cerebral y se especul¨® con que pod¨ªan haber sido atacados con sofisticadas armas que emit¨ªan sonidos o microondas. En medio de una incipiente alarma internacional, la hip¨®tesis del ataque cobr¨® fuerza con la difusi¨®n de una grabaci¨®n de audio, realizada por personal diplom¨¢tico estadounidense en La Habana y publicada por Associated Press (AP), en la que se escuchaba un molesto zumbido agudo. Un sonido como de grillo.
Y eso es precisamente de lo que se trataba. El canto de grillos antillanos de la especie anurogryllus celerinictus. As¨ª lo ha revelado una investigaci¨®n cient¨ªfica, realizada en las universidades de Berkeley, en California, y de Lincoln, en Reino Unido. ¡°El canto del grillo de cola corta de las indias (anurogryllus celerinictus) concuerda, en matizado detalle, con la grabaci¨®n de AP, en duraci¨®n, ritmo de repetici¨®n de la vibraci¨®n, espectro de intensidad, estabilidad del ritmo y oscilaciones por latido¡±, explican, en las conclusiones de su investigaci¨®n publicadas el pasado viernes, los profesores Alexander Stubbs y Fernando Montealegre-Zapata. ¡°Esto proporciona fuertes pruebas de que el eco de un canto de grillo, m¨¢s que un ataque s¨®nico u otro artilugio tecnol¨®gico, es el responsable del sonido de la grabaci¨®n difundida¡±, concluyen los cient¨ªficos.
Los grillos machos, mediante el frotamiento de sus alas esclerotizadas, producen cantos de estructura regular durante el cortejo. Las hembras se sienten atra¨ªdas por determinados machos en funci¨®n de sus canciones y estas han evolucionado en una notable complejidad que hace que las distintas especies entonen cantos diferenciados. ¡°No me sorprende que ese canto pueda molestar a personas no familiarizadas con los sonidos de los insectos¡±, asegura en The Guardian Montealegre-Zapata, a quien los sonidos de la grabaci¨®n de AP enseguida le recordaron los de los grillos que capturaba y guardaba en cajas de cart¨®n durante su infancia en Sudam¨¦rica.
Los investigadores compararon la grabaci¨®n analizada con los sonidos de insectos almacenados en una base de datos de la Universidad de Florida, y pronto detectaron la coincidencia con el grillo en cuesti¨®n. Solo un aspecto de la grabaci¨®n realizada por los diplom¨¢ticos en La Habana difer¨ªa de la canci¨®n del grillo almacenada: la primera era m¨¢s err¨¢tica. Pero esto, comprobaron, se deb¨ªa a que la muestra de Florida hab¨ªa sido registrada al aire libre, mientras que la grabaci¨®n habanera se hab¨ªa realizado desde el interior de las casas, y el rebote del eco en las paredes era el que produc¨ªa la diferencia.
La identificaci¨®n del origen del sonido grabado, advierten los cient¨ªficos, no descarta que los diplom¨¢ticos estadounidenses hayan sido v¨ªctimas de un ataque. Lo que indica es que los sonidos relacionados con ciertas quejas iniciales de los diplom¨¢ticos constituyen una pista falsa. Algunos de los pacientes, de hecho, no dijeron haber escuchado nada inusual y otros hablaron de una variedad de sonidos. ¡°Es totalmente posible que cayeran enfermos por otra cosa en absoluto relacionada con esto, y que no fuera un ataque s¨®nico¡±, explica Stubbs en The New York Times.
As¨ª, m¨¢s de un a?o despu¨¦s de unos incidentes que hicieron revivir los m¨¢s inquietantes recuerdos de la Guerra Fr¨ªa, solo hay dos certezas. Una: los investigadores estadounidenses no tienen ni idea de lo que hizo enfermar a los diplom¨¢ticos. Y dos: los estridentes sonidos grabados por algunos de los afectados eran de grillos seduciendo a grillas.
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