Lula da Silva contraataca en los tribunales mientras la operaci¨®n Lava Jato agoniza
La defensa del expresidente de Brasil busca invalidar las decisiones en su contra con cr¨ªticas al trabajo del exjuez Sergio Moro
El expresidente Lula da Silva ha logrado una victoria importante en su estrategia de contraataque a la operaci¨®n Lava Jato. La semana pasada, obtuvo el apoyo de la Suprema Corte de Brasil para mantener su acceso a los mensajes que los fiscales y el exjuez Sergio Moro intercambiaron entre s¨ª en Telegram y que fueron robados por un grupo de hackers en 2019. Los mensajes ponen en duda la imparcialidad del juez que conden¨® a Lula por corrupci¨®n y lavado de dinero en 2018.
El acceso a los mensajes entre Moro y los fiscales ya hab¨ªa sido autorizado en diciembre por un ministro de la Corte, Ricardo Lewandowski, y hechos p¨²blicos a la prensa en febrero. M¨¢s tarde, por cuatro votos contra uno, los magistrados confirmaron el derecho de la defensa de Lula a leer la totalidad de los textos. Con esa victoria judicial, la defensa dio un paso clave para intentar anular los procesos contra el expresidente, y no solo los que fueron firmados por Sergio Moro, en la Operaci¨®n Lava Jato.
Lula suma 13 procesos, la mayor¨ªa de ellos con Moro y con la jueza Gabriela Hardt, que sucedi¨® al primer magistrado cuando este acept¨® en 2019 ser ministro de Justicia de Jair Bolsonaro. El expresidente fue absuelto en siete de ellos. Ahora, sus abogados quieren deconstruir una a una las acusaciones contra Lula en la operaci¨®n, entre ellas las que le quitaron el derecho a ser candidato presidencial en 2018.
La idea es ir m¨¢s all¨¢ de lograr la anulaci¨®n de los procesos capitaneados por Moro. La defensa contrat¨® a un investigador para hacer la radiograf¨ªa de las comunicaciones entre el exjuez y los fiscales y probar que tuvieron como fin sumar pruebas contra Lula. Los abogados tambi¨¦n denuncian la entrega de informaci¨®n secreta a agencias extranjeras como el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Desde inicios de febrero, el equipo de Lula estudia los mensajes con el Instituto Nacional de Criminal¨ªstica (INC). En total son 1.297 documentos con intercambios de conversaciones y mensajes por Telegram. La defensa trata de conseguir nuevos archivos.
La Corte Suprema todav¨ªa debe decidir si los mensajes de Telegram contra Lula pueden usarse o no como argumento de defensa. ¡°Este es un asunto para otra resoluci¨®n¡±, dijo el ministro Lewandowski. El juicio sobre la autenticidad de los mensajes no tiene fecha.
Los mensajes y el juicio que se sigue en la Corte han resucitado la guerra de los investigados por la Lava Jato contra m¨¦todos que podr¨ªan estar por fuera de los l¨ªmites del derecho en Brasil. Hasta 2018, los cr¨ªticos eran derrotados en la disputa por la narrativa. La operaci¨®n luchaba contra la corrupci¨®n pol¨ªtica, y eso contaba con apoyo popular y en los medios de comunicaci¨®n. Sin embargo, parte los mensajes filtrados el a?o pasado empezaron a manchar la reputaci¨®n de la Lava Jato y del exjuez Moro.
El juicio del ¨²ltimo d¨ªa 9 sirvi¨® tambi¨¦n para medir el ¨¢nimo de los ministros del Supremo sobre Lava Jato. Hasta 2019, siempre hubo decisiones dif¨ªciles entre los 11 ministros de la Corte, que terminaban con votaciones ajustadas a favor de la operaci¨®n. Esta vez no fue as¨ª. Se trat¨®, tambi¨¦n, del estreno del juez propuesto por el presidente Jair Bolsonaro este a?o, Kassio Nunes Marques, que vot¨® a favor de Lula. Lewandowski y Marques siempre estuvieron en contra de los m¨¦todos de la operaci¨®n. Por eso fue el voto de Carmen L¨²cia, que sol¨ªa defender Lava Jato, la sorpresa del juicio. ¡°La polic¨ªa tiene acceso a los registros [de los mensajes], la Justicia tiene acceso a los registros, ?pero la defensa no tiene acceso a los registros? ?No es un derecho fundamental de la defensa tener acceso? ¡°, dijo Carm¨¦n L¨²cia. Su voto fue le¨ªdo como un se?al de que el Supremo ya no es indiferente a la actuaci¨®n de Moro.
Lewandovski, adem¨¢s, dijo que condenaba la actuaci¨®n de Moro como juez. ¡°El material demuestra, al menos en este caso, una asociaci¨®n indebida entre la acusaci¨®n y el juez¡°, asegur¨®.
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