La investigaci¨®n anticorrupci¨®n Lava Jato de Brasil, en la cuerda floja
El caso pierde a su fiscal jefe mientras proliferan las cr¨ªticas y la Fiscal¨ªa decide si renueva el mandato de los investigadores especiales
La mayor investigaci¨®n contra la corrupci¨®n a gran escala en Brasil, la que empez¨® indagando el blanqueo de dinero en un lavacoches y llev¨® a la c¨¢rcel a un expresidente, entre otros muchos poderosos, est¨¢ en la cuerda floja. Su futuro es incierto. El caso Lava Jato ha perdido esta semana a su fiscal jefe, las cr¨ªticas por supuestos abusos cometidos en la cruzada anticorrupci¨®n se multiplican -ahora llegan no solo de la izquierda, tambi¨¦n de la derecha¡ª y algunas decisiones han sido revocadas. La se?al m¨¢s importante sobre el futuro de las pesquisas llegar¨¢ antes del d¨ªa 10, cuando vence el plazo para que la Fiscal¨ªa General del Estado decida si prorroga por otro a?o el mandato de los equipos de fiscales dedicados en exclusiva al caso.
El principal de esos equipos es el de Curitiba, donde naci¨® la investigaci¨®n, donde Sergio Moro era juez, y donde Lula da Silva, que gobern¨® Brasil de 2003 a 2011, estuvo encarcelado m¨¢s de un a?o. La triunfal entrada (y ruidosa salida) de Moro al Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro priv¨® al caso de su principal s¨ªmbolo. Y ahora acaba de perder al fiscal jefe que desde entonces ha encarnado la investigaci¨®n a ojos de los brasile?os. Deltan Dallagnol, de 40 a?os, anunci¨® que deja el caso para cuidar de su beb¨¦ enfermo. Su salida libera al equipo de 14 fiscales que lideraba en Curitiba de un jefe que, como Moro, est¨¢ bajo sospecha de parcialidad desde que en 2019 se filtraron los mensajes que revelan estrechos contactos entre juez e investigadores. Ambos, Dallagnol y Moro, est¨¢n bajo investigaci¨®n por aquello.
Algunos de los fiscales se sienten tan hostigados por sus jefes que los siete del equipo de S?o Paulo dimitieron al d¨ªa siguiente de la salida de Dallagnol al tiempo que acusaban a su superiora de desmantelar su trabajo.
Cuando el caso Lava Jato ech¨® a rodar en Brasil, hace seis a?os, dif¨ªcilmente se podr¨ªa alguien imaginar que destapar¨ªa la mayor trama de corrupci¨®n de la historia de Am¨¦rica Latina. A partir de un sistema de pago de sobornos descubierto en la petrolera estatal Petrobras salieron a la luz m¨²ltiples ramificaciones que revelan las relaciones corruptas entre pol¨ªticos y empresarios en toda la regi¨®n. Mientras la Lava Jato vive sus horas m¨¢s bajas en Brasil, el esc¨¢ndalo Odebrecht (un caso derivado que protagoniza la mayor constructora brasile?a) gana tracci¨®n en M¨¦xico, donde tres expresidentes acaban de ser acusados de recibir mordidas millonarias y en Guatemala un antiguo ministro acusado amenaza con tirar de la manta.
Aunque la cruzada anticorrupci¨®n se llev¨® por delante a la destituida presidenta Dilma Rousseff y fue una de las banderas que impulsaron el triunfo de Bolsonaro, la batalla judicial contra esta lacra languidece y proliferan las cr¨ªticas, ahora tambi¨¦n desde la derecha. Incluso el fiscal general, Augusto Aras, elegido a dedo por Bolsonaro a espaldas de las propuestas de sus pares, ha acusado p¨²blicamente a los fiscales especiales de la Lava Jato de excederse. ¡°Es hora de corregir el rumbo para que el lavajatismo no perdure¡±, afirm¨® Aras en julio en un debate en el que presumi¨® de que bajo su mandato se acab¨® el ¡°punitivismo¡± de fiscales ¡°al acecho de sus presas¡± y con gusto por el ¡°espect¨¢culo¡±. ¡°Vamos a seguir persiguiendo los delitos pero dentro del universo de la Constituci¨®n y las leyes¡±, a?adi¨®.
La c¨²pula de la fiscal¨ªa que dirige debe decidir antes del jueves 10 si renueva por un a?o m¨¢s el mandato de los fiscales especiales del caso que operan desde Curitiba, R¨ªo de Janeiro y S?o Paulo. Las pesquisas iniciadas en 2014 se han traducido en 210 condenas, incluidas dos contra Lula, que le llevaron a prisi¨®n y le impidieron concurrir a las ¨²ltimas elecciones que gan¨® el ultraderechista, cuya familia est¨¢ ahora bajo sospecha por corrupci¨®n en un caso de malversaci¨®n de fondos p¨²blicos ajeno a la Lava Jato. El mandatario es investigado por intentar entorpecer las pesquisas policiales sobre sus hijos. Le denunci¨® el antiguo juez y ministro Moro, investigado a su vez a instancias de Lula por violar la imparcialidad exigida. Asuntos todos que convergen en el Supremo, cuyos 11 miembros tienen un protagonismo pol¨ªtico indiscutible.
El presidente del Instituto N?o Aceito Corrupc?o, el fiscal Roberto Liviano, afirmaba en una reciente entrevista: ¡°con el Gobierno Bolsonaro hemos retrocedido en el combate contra la corrupci¨®n¡±.
Gracias a la Lava Jato tambi¨¦n se han recuperado para las arcas p¨²blicas brasile?as 5.000 millones de reales (950 millones de d¨®lares, 800 millones de euros) mediante el pago de multas y los acuerdos de colaboraci¨®n. Estos ¨²ltimos, popularmente conocidos como delaciones premiadas (reduces tu pena a cambio de denunciar a otros), han sido instrumentos clave para que las investigaciones avanzaran pero al mismo tiempo son considerados por muchos acusados y sospechosos de medidas coercitivas ilegales.
Sostiene el especialista en corrupci¨®n Livianu que ahora tanto el Ejecutivo como el Congreso y el Senado no tienen inter¨¦s en la batalla pero recalca que, si los equipos especiales de investigaci¨®n dedicados a la Lava Jato ¡°dejaran de existir, ser¨ªa necesario colocar algo en su lugar porque existe una demanda social de luchar contra el crimen organizado y la corrupci¨®n a gran escala¡±. Livianu admite que ¡°cometieron errores, pero quien sigue de cerca su trayectoria sabe que el n¨²mero de aciertos en mucho mayor¡±.
Los fiscales de la Lava Jato tienen 400 investigaciones abiertas que abarcan desde contratos de Petrobras con multinacionales a lavado de dinero a trav¨¦s de galer¨ªas de arte, seg¨²n revel¨® una fuente an¨®nima del equipo a Reuters.
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