EE UU maniobra para reducir la dependencia de China en sectores clave de la econom¨ªa
Biden firma un decreto con medidas para garantizar el suministro en defensa, salud p¨²blica, biotecnolog¨ªa y energ¨ªa
EE UU enarbola la bandera de la autonom¨ªa estrat¨¦gica para reducir la dependencia de China y otros competidores mediante el refuerzo de las cadenas de suministro de bienes esenciales o cr¨ªticos, de equipamiento sanitario a microchips o minerales. La pandemia puso de manifiesto cu¨¢n dependiente es Occidente de la producci¨®n china y el presidente Joe Biden, en su af¨¢n por incentivar la industria local, ha firmado este mi¨¦rcoles una orden ejecutiva para garantizar que, en caso de nuevas crisis, el pa¨ªs ser¨¢ capaz de dar respuesta a las necesidades. La interrupci¨®n de la producci¨®n en varias plantas automotrices por falta de componentes demuestra la urgencia de la medida.
El viejo proteccionismo, revestido en el caso de Donald Trump de un inflamado nacionalpopulismo econ¨®mico, llev¨® a Biden a utilizar como mantra durante la campa?a electoral el lema Made in America (Hecho en EE UU), en apoyo de la industria local. Tambi¨¦n impulsa su ¨²ltimo decreto, que prev¨¦ la evaluaci¨®n en 100 d¨ªas de las cadenas de suministro de semiconductores, principios activos de medicamentos, bater¨ªas de veh¨ªculos el¨¦ctricos -otra apuesta de la Administraci¨®n dem¨®crata, que renovar¨¢ con ellos parte de la flota oficial- y minerales extra¨ªdos de tierras raras que se usan en la fabricaci¨®n de coches o armas, y en los que la dependencia de China es enorme. Estos son los cuatro objetivos urgentes.
Pero la reafirmaci¨®n del EE UU de Biden frente a China rebasa lo meramente econ¨®mico. William Burns, el veterano diplom¨¢tico nominado como nuevo director de la CIA, ha sostenido este mi¨¦rcoles durante la audiencia de confirmaci¨®n en el Senado que el ¨¦xito a la hora de frenar al gigante asi¨¢tico ser¨¢ clave para la seguridad estrat¨¦gica de EE UU. La guerra comercial librada por Trump contra Pek¨ªn, y viceversa, est¨¢ lejos de haber terminado, solo se han envainado las espadas, y el r¨¦gimen chino ha propuesto un nuevo tipo de relaci¨®n bilateral ¨²nicamente si Washington levanta las sanciones comerciales y deja de inmiscuirse en asuntos internos, como la represi¨®n de la minor¨ªa uigur o las protestas antigubernamentales de Hong Kong.
La orden ejecutiva contempla tambi¨¦n la revisi¨®n anual de la cadena de producci¨®n y suministro en seis sectores: defensa, salud p¨²blica y biotecnolog¨ªa, tecnolog¨ªas de telecomunicaci¨®n, energ¨ªa, transporte y producci¨®n de alimentos y provisi¨®n de materias primas agr¨ªcolas. Seis ¨¢mbitos que representan el meollo de la seguridad estrat¨¦gica a la que alud¨ªa Burns ante el Senado; para evitar no solo un hecho ¡°inaceptable¡± -el t¨¦rmino utilizado por la Casa Blanca- como la falta de equipos de protecci¨®n personal y mascarillas para el personal sanitario al comienzo de la pandemia, sino tambi¨¦n ¡°la reciente escasez de chips semiconductores [para la industria automotriz], que ha ralentizado el ritmo de producci¨®n de las plantas, una merma que puede acabar afectando a los trabajadores¡±, seg¨²n la Casa Blanca.
Varias plantas, incluidas las operadas por Ford y General Motors, se han visto obligadas recientemente a detener la producci¨®n por falta de componentes, con una reducci¨®n este trimestre del 20% del volumen de trabajo en la primera y la suspensi¨®n temporal en las f¨¢bricas de EE UU, Canad¨¢ y M¨¦xico la segunda. Un grupo de fabricantes de semiconductores solicit¨® a comienzos de mes a Biden incentivos para impulsar su producci¨®n, en el contexto de sus planes de recuperaci¨®n econ¨®mica. Las firmas estadounidenses del ramo venden el 47% de los chips en el mundo, pero solo representan el 12% de la producci¨®n global, a consecuencia de la deslocalizaci¨®n vigente desde los a?os noventa.
Tras reunirse en la Casa Blanca con un grupo de legisladores de ambos partidos, el mandatario se manifest¨® a favor de promover una legislaci¨®n espec¨ªfica que incentive la producci¨®n y el adecuado suministro de estos componentes, en el marco de la Ley de Autorizaci¨®n de la Defensa Nacional, una ley federal que especifica el presupuesto, gastos y pol¨ªticas del Departamento de Defensa, donde se inscriben los sectores estrat¨¦gicos que la Administraci¨®n de Biden quiere reforzar.
La intenci¨®n del decreto ley es ambiciosa: se acab¨® la respuesta reactiva, es el mensaje; la apuesta, al mil por ciento, es anticiparse a las crisis y remediar la vulnerabilidad puesta de manifiesto por el vendaval del coronavirus. Pero tambi¨¦n supone un repliegue en las deslocalizaciones, como las que han sacado del pa¨ªs en las ¨²ltimas d¨¦cadas el 70% de la producci¨®n de principios activos medicamentosos, el c¨¢lculo en que se basa la Casa Blanca para considerar prioritario ese mercado. No hay una f¨®rmula m¨¢gica que resuelva las carencias a corto plazo, pero, seg¨²n un alto funcionario de la Casa Blanca citado por la agencia Reuters, ¡°no se trata solamente de solicitar informes, sino de cerrar los agujeros a medida que los identifiquemos¡±.
Para cortar amarras con China y otros competidores econ¨®micos, EE UU buscar¨¢ desarrollar localmente parte de esa producci¨®n ahora deficitaria, y asociarse con otros pa¨ªses de Asia y Am¨¦rica Latina cuando no pueda hacerlo en casa, a?adi¨® la fuente. La revisi¨®n de los sectores estrat¨¦gicos tambi¨¦n pretende reducir el n¨²mero de importaciones a las estrictamente necesarias.
La orden ejecutiva de Biden se suma a la firmada en enero para aprovechar el poder adquisitivo del Gobierno de EE UU, el mayor comprador de bienes y servicios en el pa¨ªs, para incentivar la producci¨®n local y crear mercados para nuevas tecnolog¨ªas mediante la obligatoriedad de recurrir a empresas nacionales para los contratos.
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