Biden da prioridad a la industria nacional en los contratos de la Administraci¨®n federal
El presidente firma una nueva orden ejecutiva para potenciar y crear empleo en el sector de la manufactura
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha firmado este lunes una orden ejecutiva para pedir a las agencias de la Administraci¨®n federal, con un gasto anual de 600.000 millones de d¨®lares, que a la hora de contratar opten por suministros y proveedores estadounidenses para impulsar la industria y apoyar el empleo. El decreto presidencial tiene como objetivo ¡°aumentar las inversiones en la industria manufacturera y en los trabajadores¡±, adelant¨® la Casa Blanca a los periodistas antes de que el presidente rubricara la orden.
Este alarde proteccionista ha puesto en guardia a los principales socios comerciales de EE UU, con Canad¨¢ y varios pa¨ªses europeos a la cabeza. Prueba de que la relaci¨®n comercial transatl¨¢ntica puede atravesar turbulencias por la pol¨ªtica del Made in America (Hecho en Am¨¦rica) de Biden es el hecho de que en los contactos telef¨®nicos que este fin de semana mantuvo con el primer ministro brit¨¢nico, Boris Johnson, y el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, el apartado comercial no figur¨® en la agenda seg¨²n el comunicado oficial de la Casa Blanca.
La orden tiene como objetivo impulsar la producci¨®n nacional y salvar empleos industriales mediante el aumento de la inversi¨®n. El decreto reduce la posibilidad de incumplimiento de las normas ya existentes ¨Cla Ley de Compra de Productos Estadounidenses de 1933, a¨²n vigente¨C que exigen a las autoridades federales dar prioridad a la compra de productos fabricados en EE UU, y que hasta ahora ven¨ªan aplic¨¢ndose de una forma laxa seg¨²n la nueva Administraci¨®n. La revisi¨®n legal pretende corregir las lagunas que aprovechaban algunas instancias federales para comprar productos hechos en EE UU a empresas que solo fabrican en territorio estadounidense una parte m¨ªnima de su producci¨®n.
El decreto presidencial pretende asegurar que las nuevas empresas tengan acceso a las licitaciones. ¡°Estas inversiones contribuir¨¢n a crear trabajos sindicalizados y bien remunerados y a reconstruir mejor nuestra econom¨ªa [tras la crisis de la pandemia] para que todo el mundo tenga una oportunidad justa de ser clase media¡±, ha indicado la Casa Blanca. Varios mantras reunidos en la misma frase: reconstrucci¨®n econ¨®mica, justicia social y clase media, gui?os habituales del Biden candidato en busca del voto. Lo que ¨¦l llama la ¡°espina dorsal¡± del pa¨ªs.
Este impulso del Made in America beneficiando a las empresas y los productos nacionales en los contratos del Gobierno federal -quedan al margen los Estados y la Administraci¨®n local- puede convertirse en el primer punto de fricci¨®n -o la contradicci¨®n m¨¢s palmaria- en el intento de Biden de abrazar la multilateralidad que Donald Trump rehuy¨® durante su mandato. Es cierto que el nuevo presidente repiti¨® durante la campa?a electoral el leitmotiv de consumir productos locales, un gui?o indisimuladamente populista, a lo Trump, que reson¨® en los Estados m¨¢s en disputa, como Pensilvania. C¨®mo encajar la apuesta por la apertura al mundo y esta suerte de trinchera comercial de tintes nacionalistas es la inc¨®gnita.
La medida de Biden recuerda pol¨ªticas de Administraciones precedentes, que hallaron su m¨¢ximo exponente en la guerra de aranceles que Trump declar¨® a medio mundo, y de la que varios pa¨ªses de la UE, entre ellos Espa?a, han sido objeto, incluso hasta el intercambio de sanciones. Pero, lejos de entablar nuevas o a?ejas guerras comerciales -la actual con China est¨¢ lejos de alcanzar el armisticio-, tiene una derivada interesante: Biden empodera como importante actor econ¨®mico a la Administraci¨®n federal, a la que tambi¨¦n obligar¨¢ a pagar un m¨ªnimo de 15 d¨®lares la hora a sus empleados, seg¨²n otra orden ejecutiva que firm¨® el viernes. ¡°Los d¨®lares que gasta el Gobierno federal son una herramienta poderosa para apoyar a los trabajadores y fabricantes estadounidenses. Solo las adquisiciones p¨²blicas representan anualmente casi 600.000 millones de d¨®lares [494.000 millones de euros] de gastos federales¡±, se?al¨® un funcionario de la nueva Administraci¨®n, citado por la agencia Afp. Un movimiento que puede suscitar recelo entre los partidarios de aligerar el peso del Estado, incluidos los dem¨®cratas m¨¢s centristas o moderados.
El Ejecutivo de Biden -que a¨²n no ha sido confirmado al 100% por el Senado- nombrar¨¢ a un director en la Oficina de Administraci¨®n y Presupuesto que supervise la implementaci¨®n de esta directiva, una funci¨®n an¨¢loga a la del superresponsable de coordinar los esfuerzos contra la pandemia. Tambi¨¦n se fiscalizar¨¢n las exenciones previstas en la ley y se fomentar¨¢ la opci¨®n de las pymes como licitadores.
Como en otros muchos ¨¢mbitos, de la pol¨ªtica migratoria a la respuesta a la pandemia, Biden no ha sacado un conejo de la chistera con su decreto Made in America. En campa?a prometi¨® un plan de 400.000 millones de d¨®lares para proyectos que utilicen componentes fabricados en el pa¨ªs, como el acero o los equipos de protecci¨®n personal para los sanitarios que se hallan en primera l¨ªnea contra la covid-19. Garantizar y fortalecer la cadena de suministro en ¨¢mbitos de importancia estrat¨¦gica o de seguridad nacional, como el material sanitario, fue objeto de otra orden ejecutiva firmada el jueves.
¡°Es parte del compromiso del presidente de invertir en la fabricaci¨®n local, incluidas las energ¨ªas limpias y las cadenas de suministro cr¨ªticas¡± como las relacionadas con el coronavirus, se?al¨® la fuente. Las empresas, sin embargo, ya han alertado de que endurecer las normas puede hacer aumentar los costes, lo que dificultar¨¢ la compra de piezas o componentes hechos fuera de EE UU.
El Tratado de Libre Comercio que EE UU cerr¨® con M¨¦xico y Canad¨¢ a finales de 2019 tras una laboriosa negociaci¨®n, y que fija la estabilidad econ¨®mica norteamericana, puede verse salpicado tambi¨¦n por la orden ejecutiva. No solo por parte de M¨¦xico, principal socio comercial de EE UU (307.000 millones de d¨®lares de comercio bilateral en el primer semestre de 2019). Canad¨¢ ya mostr¨® su inquietud la semana pasada por la revocaci¨®n por parte de Biden del permiso de construcci¨®n del oleoducto Keystone XK, un proyecto valorado en 9.000 millones de d¨®lares que conectaba el Estado de Nebraska y el pa¨ªs vecino, para quien EE UU es su principal socio comercial, con un 75% y un 51% de importaciones y exportaciones, respectivamente, en 2018.
Como corolario, Biden reafirm¨® la necesidad de potenciar la Ley Jones, que requiere que el flete de mercanc¨ªas entre puertos de EE UU se haga en barcos estadounidenses, con el objetivo de ¡°invertir en la construcci¨®n de energ¨ªas renovables en alta mar e incentivar la creaci¨®n de empleos para los estadounidenses en este sector¡±. Los socios comerciales europeos han presionado durante mucho tiempo a Washington para que derogue esta normativa para permitir una mayor competencia en el sector del transporte mar¨ªtimo.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter sobre las elecciones en Estados Unidos
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.